Salud en cuidados intensivos: la crisis del hospital más grande del Chocó
En el Chocó la salud está en cuidados intensivos. En este departamento, con el 63,4% de su población en pobreza, el centro médico más grande e importante es el Hospital San Francisco de Asís, actualmente en un estado físico y financiero crítico. Al punto de estar en riesgo de una nueva liquidación.
Hace siete años, en el 2016, luego de un largo proceso de intervención por parte de la Superintendencia de Salud, el San Francisco de Asís fue liquidado. Todo esto, fruto del incumplimiento de una sentencia de la Corte Constitucional que exigía arreglar las deudas pendientes, entre otros temas relativos a la recuperación del hospital. Gracias a eso se lograron resolver los pasivos, en aquella época alrededor de los 37 mil millones de pesos y con eso se esperaba garantizar la continuidad del servicio.
Nació entonces la Nueva ESE Hospital Departamental San Francisco de Asís, entregado a la Gobernación del Chocó, marcando un momento bastante esperanzador en el que se esperaba por fin tener un hospital público sostenible. La realidad fue muy diferente, pues hoy, enfrentando desde 2020 una nueva intervención de la SuperSalud, el hospital se encuentra al borde de una nueva liquidación.
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Kienyke.com le puso la lupa a esta situación en el tercer capítulo de Colombia Profunda, que registró el estado físico realmente lamentable en el que se encuentra este hospital que ha recibido enormes cantidades de recursos públicos y los gritos de auxilio del personal médico que lleva meses trabajando sin recibir su sueldo.
Vea el reportaje sobre la crisis del Hospital San Francisco de Asís:
Camillas abandonadas y oxidadas, hacinamiento de pacientes, paredes con pintura levantada, huecos en el piso que llevan años, construcciones a medio terminar, goteras, falta de equipos modernos, moho, deficiente manejo de los desechos, una planta de agua sin capacidad para potabilizar agua del Río Atrato, equipos de oxígeno que amenazan con dejar de funcionar e incluso el hecho de que el archivo físico de todos los pacientes del Chocó estén en una habitación sin mayores cuidados, son parte de los hallazgos de nuestra visita.
La SuperSalud responde a Kienyke.com
La Nueva ESE Hospital San Francisco de Asís se ha convertido en un verdadero pulso político en el Chocó, entre la SuperSalud que sin mayor fundamento se niega a retirar la medida de intervención y entregar el hospital al departamento; y la Gobernación, que ve con malos ojos la desconfianza que se gesta desde Bogotá frente al manejo local del hospital.
Kienyke.com se comunicó con la Superintendencia de Salud para preguntarle las razones de mantener la intervención, toda vez que en el mismo reportaje se evidencia el tremendo rechazo que esta genera por parte de los trabajadores del San Francisco de Asís. Sus respuestas son determinantes para dimensionar el nivel de la crisis actual.
En primera instancia, uno de los más grandes problemas que enfrenta este Hospital tiene que ver con las EPS o entidades responsables de pago, que actualmente le deben al San Francisco de Asís 17.798 millones de pesos (con corte a abril de 2023), de acuerdo con lo expresado por la SuperSalud en el derecho de petición respondido a este medio.
Un grave problema teniendo en cuenta que con ese dinero el hospital podría pagar más de la mitad de sus deudas, que hasta abril iban en $30.608’014.732. Las entidades que más deben según la Super son: COMFACHOCO, NUEVA EPS y la misma Gobernación.
De acuerdo con la SuperSalud, hasta abril el hospital le debía a sus empleados tres meses de salario, correspondientes a noviembre y diciembre de 2022, así como abril de 2023, por un valor total de 2.361 millones de pesos. Durante nuestra visita en febrero de este mismo año, algunos trabajadores llegaron a denunciar falta de pago de cuatro, cinco y hasta seis meses de sueldo.
Este último tema resulta bastante polémico, ya que literalmente nadie responde. La gobernación no es responsable al no tener el control; el gobierno central tiene delegada a la SuperSalud y esta a su vez le aseguró a este medio que ella no es responsable del pago de los empleados al no ser “generadora de recursos”.
La entidad asegura que su función en este caso es la “intervención forzosa administrativa para administrar o liquidar”, para lo cual han llegado a designar cuatro agentes especiales interventores para agilizar los procesos, pero juran que no es su responsabilidad pagar a los empleados. En resumidas cuentas, los trabajadores del San Francisco de Asís no tienen con quien pelear el dinero que deberían ganar por su arduo trabajo.
¿En qué se gasta la plata del San Francisco de Asís?
La pregunta lógica es: ¿En qué se gasta el dinero que la SuperSalud, en calidad de interventora, gestiona a favor de la Nueva ESE? Vamos a analizar punto a punto la respuesta, partiendo que desde el 10 de junio de 2020, el San Francisco de Asís ha recibido por parte de diferentes instancias del gobierno nacional más de 36 mil millones de pesos.
De ese dinero, $28.130 millones provenientes de MinSalud fueron en su gran mayoría utilizados para pagar deudas laborales de nómina y empresas tercerizadoras, mientras que otro pequeño porcentaje se gastó dotando al hospital para enfrentar la emergencia sanitaria por Covid-19.
Una primera conclusión: tal como lo asegura el personal médico entrevistado, el San Francisco de Asís sigue sin ser resolutivo. Más de 25 mil millones del gobierno central que se pudieron haber invertido en equipos diagnósticos que dieran capacidad financiera al hospital, fueron invertidos en pagar deudas de nómina.
Luego viene lo peor. Se gastaron $2.467 millones de MinSalud en la adecuación de 30 cubículos UCI y hoy para muchos ya es plata perdida por su mal estado físico; así como 1.562 millones de pesos en equipos de dotación para la planta de oxígeno, mientras que el operario de la misma denuncia que el San Francisco no tiene reserva de oxígeno, pero si una máquina que requiere mantenimiento y otra dañada. "Si llegara a haber un fallo en este momento, tendríamos problemas", aseguró a Kienyke.com.
De igual manera, están los $3.202 millones anunciados por el gobierno para la compra del tomógrafo, mamógrafo y torre de endoscopia del hospital. A pesar de los bombos, la SuperSalud confirma que el proceso de compra del tomógrafo se declaró desierta porque ningún oferente contó con los requisitos y actualmente está abierta. Misma situación que el contrato de obras para adecuar la zona donde irán estos aparatos.
El mamógrafo y la torre de endoscopia sí lograron ser adjudicados, no obstante esta última “llegó averiada por lo que no se ha legalizado su ingreso hasta tanto no se resuelva tal situación”, según la SuperSalud.
Intervención y la respuesta de la Gobernación
En medio de todo esto, habría que cuestionarse por la verdadera necesidad de mantener una medida de intervención que hasta el momento, por lo menos para los trabajadores del hospital y los habitantes del Chocó en general, no está dando fruto alguno.
A pesar de que los chocoanos en ocasiones deben desplazarse en lancha durante horas para llegar a este hospital, al ser el más importante del departamento, la verdadera esperanza cuando hay una complicación de relativa gravedad es una remisión a Medellín o Bogotá. Allá pueden recibir la atención que merecen, aún cuando el San Francisco de Asís cuenta con personal cualificado.
La razón principal la podemos extraer de una respuesta de la SuperSalud que confirma la desconfianza del gobierno central: “Una de las principales debilidades de la ESE desde el momento de intervención es la falta de confiabilidad de la información”. Y he ahí un gran problema, ya que esa falta de información hace que a su vez el gasto de recursos sea más lento y menos efectivo.
Respecto a esto, la gobernadora encargada del Chocó, Farlin Perea, señaló a Kienyke.com que la SuperSalud se ha enfocado en críticas sin argumentos, “dejando de lado el verdadero problema que se presenta con el San Francisco de Asís”.
“Esa intervención, se logra evidenciar que empeora la situación financiera y la calidad del servicio para la población, pero paradójicamente se escudan en la administración, conociendo que la administración no es quien está a cargo del hospital. Está esta narrativa de que siempre en el Chocó no se hace o se pierde (…) No hay una confianza de que el hospital regrese al departamento”, dijo la gobernadora, quien pide que se sanee el hospital y asegura que estará en el papel de garante para que se cumplan los compromisos con los trabajadores.
De acuerdo con la SuperSalud, los logros de la intervención incluye la defensa judicial frente a 33 procesos que cursan en contra del Hospital por más de 30 mil millones de pesos. En un cruce simple, una amenaza que básicamente podría comprometer cualquier intento del hospital por salir adelante.
Sin embargo el tema no es tan sencillo. En los pasillos del hospital se dice que la actual interventora del hospital nunca habla con nadie y vive guardada en su oficina, incluso se critica que su sueldo se pague a tiempo cuando hay decenas de empleados esperando meses adeudados. El dato es que la intervención, más allá de una administración encaminada a evitar la liquidación, no puede hacer nada por el hospital, por su infraestructura o por el capital humano.
Una crónica de una muerte anunciada que ojalá sea escuchada para que nunca llegue a suceder. Que el departamento del Chocó pueda tener, por fin, el hospital que se merece y sus habitantes no estén condenados a vivir debatiendo sobre si el San Francisco de Asís es de nivel dos o tres, cuando actualmente apenas si puede cumplir con su trabajo.