Las pensiones de los colombianos se han convertido de lleno en eje principal del debate político en Colombia, luego de que el candidato Gustavo Petro explicara su propuesta de reforma pensional que incluye varios cambios en el sistema actual y busca, según él, garantizar el acceso de todos los colombianos a su pensión y garantizar un mínimo vital para la tercera edad que no supere el umbral de pobreza. No obstante, sobre esta propuesta son muchas las cosas que se han dicho y acá se abordarán punto por punto.
Lo primero que hay que mencionar es que la propuesta de Gustavo Petro, según lo que explicó él mismo en el debate de Revista Semana y El Tiempo, consiste en fortalecer Colpensiones con el fin de que sea el Estado y no los privados quienes garanticen el derecho a pensión de los colombianos.
“Al garantizarlo el Estado el mejor mecanismo es el de reparto simple con pilares. Explico la palabra: toda persona hasta cuatro salarios mínimos de base de cotización, cotiza al Estado, y a partir de una base de cotización de más de cuatro salarios mínimos (es decir, salarios altos) pueden ingresar recursos en fondos voluntarios y privados de pensiones”, manifestó el candidato del Pacto Histórico.
En ese sentido, agregó, no se eliminarían los fondos privados sino que estos “serían complementarios de un fondo público común de reparto simple que garantice la pensión”. Esto entre otras cosas porque, según Petro, las estadísticas indican que las personas que ganan menos de cuatro salarios mínimos “no tienen pensión en los fondos privados”. De hecho, destacó que en Colombia existe una relación de 1,5 millones de personas “con pensión pagada por el Estado”, frente a una población total de 4,5 millones de adultos mayores con edad de jubilación.
Lo cierto es que esta idea era un común denominador en los precandidatos del Pacto Histórico: garantizar la pensión como derecho de los colombiano fortaleciendo Colpensiones, haciéndolo más competitivo y construir un sistema en el que los privados tengan un papel complementario y no protagónico. De hecho, en ese mismo debate previo a elecciones, Francia Márquez aseguró que "la Organización Internacional de Trabajo ha dicho que de los 34 países que pasaron a un fondo de pensión privado, 18 han vuelto al sistema público”.
Otra idea destaca en la propuesta de Gustavo Petro: la entrega de un bono mensual de 500 mil pesos mensuales para los 3 millones de adultos mayores por fuera del sistema pensional. Una iniciativa que costaría unos 18 billones de pesos al año, que se compensarían con el tránsito masivo a Colpensiones. “En lugar de tener fondos privados de pensiones con cotizaciones para ahorro individual administradas al 30% que cobran en un banco, usted manda esa plata a un fondo público. Con esa plata se paga inmediatamente las actuales pensiones que hoy está pagando el Estado (...) Liberas al Estado de 18 billones de pesos anuales en el presupuesto y los gastas en los que no tienen pensión”, aseveró.
“Esa plata”, la de los fondos privados de pensión en la categoría de pensiones obligatorias, corresponde nada menos que a 358 billones de pesos. Dinero que se ha acumulado entre todos los colombianos que llevan años aportando en este régimen.
El sistema pensional colombiano
El tema pensional se ha vuelto central de cara a estas elecciones y puede significar un paso en falso si los colombianos perciben cualquier tipo de peligro sobre su ahorro para la vejez. Es por esa razón que merece una revisión exhaustiva, con mitos, realidades y perspectivas desde diferentes voces de autoridad en la materia.
Para iniciar, de acuerdo con Asofondos, hay que saber que en Colombia actualmente hay 17’937.060 personas afiliadas al Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS, que corresponde a los fondos privados), de las cuales están activas como cotizantes 6’946.557. Por otro lado, en el Régimen de Prima Media (que corresponde a Colpensiones), hay 6'786.255 afiliados y 2’700.757 son cotizantes, de acuerdo con las bases de datos de diciembre de 2021.
Según Colpensiones, más de 1,5 millones de personas reciben pensión y de estas el 29% son de Bogotá. En cuanto a la cuantía, señalan que el 54% reciben “por lo menos un salario mínimo y un 23,9% reciben dos”. No obstante, de todo esto también se desprende un problema.
Resulta pues, que uno de los problemas del sistema pensional colombiano es que desde hace algún tiempo viene intentando recuperarse de un déficit causado por diversos factores, entre ellos la gran cantidad de personas que cotizan por un salario mínimo (cerca del 81% según Colpensiones), frente a un pequeño porcentaje de personas que reciben pensiones muy altas que terminan afectando la sostenibilidad del sistema. Otra cuestión son los subsidios pensionales.
En el informe de competitividad 2020-2021 del Consejo privado de Competitividad, se destaca que “en el Régimen de Prima Media un pensionado con 1 SMMLV recibe un subsidio anual de COP 6,6 millones, un pensionado con 2 y 4 SMMLV recibe COP 15 millones, y un pensionado con más de 10 SMMLV recibe COP 58,6 millones”. En ese sentido, toda esta compensación con fondos estatales beneficia desigualmente a los colombianos con mayor pensión.
¿Una reforma necesaria?
En medio de toda esa situación, con este marco de déficit fiscal, se hace casi que inevitable pensar en una reforma pensional, pues según el mismo informe, de seguir todo igual “se estima que en 2055 habrá cerca de 14,2 millones de adultos mayores, de los cuales 8,3 millones no contarán con protección alguna en su vejez”.
No obstante, habría que preguntarse: ¿Es la propuesta de Gustavo Petro la que el país necesita? Primero, habría que analizar una de sus grandes críticas a los fondos privados de pensiones, que parte de criticar que generalmente están asociados a los grandes poderes financieros e industriales, que luego también hacen parte del proceso de inversión de los recursos de las pensiones para entregar a los cotizantes una rentabilidad a futuro.
De hecho, como algunos podrán recordar, en 2019 hubo todo un escándalo por la entrada en vigor de una normativa que obligaba a los colombianos a manifestar a sus fondos privados de pensión en qué fondo querían destinar su ahorro (moderado, conservador o de mayor riesgo); caso contrario este dinero terminó en el último, que sugiere mayores utilidades, pero invirtiendo el dinero en operaciones mucho más arriesgadas.
No obstante, expertos de varias orillas han salido a contrariar algunas de las afirmaciones de Petro, empezando por Asofondos, quien ha atacado de tajo la aseveración de que los dineros de las pensiones sean públicos. Más allá de eso, Santiago Montenegro, presidente de la entidad, desmintió que se cobren comisiones del 30% o que los recursos de las pensiones hayan sido invertidos en empresas relacionadas con Odebrecht o la construcción de obras como el puente Chirajara.
Un punto en el que está de acuerdo, por ejemplo, Jorge Restrepo, profesor de economía de la Universidad Javeriana, quien señala que “las administradoras de los fondos de ahorro pensional compran deuda con el ahorro pensional, de Corficolombiana, como de muchas otras empresas y proyectos, no compran las empresas, no son inversionistas de capital. Esa es la diferencia”.
Jose Ignacio López, economista de la Universidad de los Andes y PHD en economía, señaló que el sistema de pilares propuesto por Petro “generaría una caja en el corto plazo para el Gobierno, que sería insuficiente para cubrir la transferencia propuesta a los no pensionados, y un déficit fiscal y del sistema pensional creciente en el tiempo e insostenible”.
Y agregó: “Las simulaciones con una reforma con un primer pilar igual al salario mínimo (RMP 1 SMLV) implica un déficit enorme después de 2 décadas”.
Otro que se sumó fue Alberto Bernal, máster en Macroeconomía del Instituto Kiel de Economía Mundial de Alemania, quien criticó que Petro haya manifestado que su sistema es el mismo que se está implementando en Holanda.
“En Holanda han entendido algo que ha entendido todo el mundo menos Petro: que las familias cada vez tienen menos hijos, entonces cada vez hay menos jóvenes para pagar las pensiones de los mayores (...) Lo que están haciendo ellos es una transición hacia un sistema en que cada persona tenga su propia pensión, pasando poquito a poquito a un sistema como el que tiene Colombia hoy en día”, dijo Bernal en su Twitter.
Por otro lado, también hay expertos que han salido a desmentir que lo que Petro propone es una expropiación de los recursos de las pensiones y es que en el fondo lo que propone es pasar los recursos ya existentes de forma voluntaria y que de acá en más apliquen las nuevas reglas de cotización.
Kevin Hartmann, abogado de la Universidad del Rosario, lo explicó a través de Twitter: “¿Cuánto debería ir a Colpensiones? Según Fedesarrollo, debería ser hasta 1 salario mínimo. Si alguien gana 2 salarios mínimos, su contribución se dividiría en 2: lo correspondiente a 1SM iría a Colpensiones y lo demás a una AFP”.
Sin embargo, esas son apenas unas pocas perspectivas de un debate que sigue abierto, que entra a tocar uno de los temas más sensibles de la sociedad y que pone sobre la mesa una reforma pensional que el país lleva años pidiendo, pero que se ve obligada ahora a debatirse en caliente ante los vientos electorales. En ese marco, por lo tanto, es importante alejarse de conceptos que caen en la falsedad como “expropiar” y debatir con datos y voces expertas el futuro de la jubilación en Colombia.