Durante la madrugada de este jueves 15 de diciembre se aprobó en segundo debate el proyecto de ley liderado por la senadora Andrea Padilla con el que se busca prohibir de manera gradual el maltrato animal en Colombia, específicamente en actividades como las corridas de toros y las corralejas.
“Dos de la mañana, este senado, el senado de Colombia, acaba de aprobar el proyecto de ley que prohíbe progresivamente las corridas de toros, entre otros espectáculos crueles con bovinos en el país. Es histórico lo que acabamos de lograr y vamos ahora a defender el proyecto en la Comisión Quinta de la Cámara y luego a la plenaria, estamos seguros que lo lograremos”, aseguró por medio de su cuenta en Twitter la senadora Padilla, perteneciente a la bancada del Partido Alianza Verde,
La búsqueda de la prohibición de los corridas de toros ha enfrentado un duro debate durante los últimos años en el Congreso, principalmente por parte del representante a la Cámara Juan Carlos Losada, quien también ha liderado iniciativas legislativas en este sentido que sin embargo no han logrado prosperar.
Entre los congresistas que apoyaron la iniciativa estuvo también el presidente del Senado, Roy Barreras, quien además de promover su discusión anunció públicamente su apoyo al proyecto de ley con el que se busca regular los espectáculos crueles con animales.
“Por supuestos siempre hay argumentos aquí, entendibles, razonables, que se resumen casi siempre en el hecho de que hay una cultura. Muchos de nosotros consideramos que la vida es sagrada, la vida de todas las especies, y aquí me declaro culpable de un hecho (...) el cambio climático no solamente se debe a los gases de efecto invernadero por cuenta del petróleo sino por cuenta de la ganadería y yo soy carnívoro (...) Yo creo que defender la vida de las demás especies es defender la supervivencia, inclusive, de nuestra especie, por esa razón mi voto será positivo”, agregó Barreras durante la plenaria del Senado.
Así las cosas, el proyecto pasará ahora a dominios de la Cámara de Representantes en donde, entre otras cosas, deberá hacer frente a retos como el sostenimiento de las economías que se derivan de los espectáculos con animales y de su concepción en algunas regiones como un patrimonio cultural.