Jesús Santrich, el exjefe de la guerrilla de las Farc, dijo desde que fue arrestado que haría huelga de hambre. Y así lo ha cumplido. No ha tomado alimento sólido. Solo admite té y sus medicinas recetadas desde antes, por distintas dolencias. Su estado decae con rapidez.
Los médicos han dicho que si sigue en esta situación será necesario trasladarlo a un hospital, ya que no ha permitido que se le canalice para recibir suero intravenoso y estabilizarlo, y sus niveles de glucosa en la sangre empiezan a estar peligrosamente bajos. Incluso, como prevención, le han puesto una colchoneta en el piso de la celda por si cae en caso de que tenga alguna convulsión o ataque epiléptico.
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Santrich, que fue detenido hace 12 días, a petición de agentes federales de la DEA y del Departamento de Justicia de Estados Unidos por estar supuestamente involucrado en un caso de narcotráfico, en el que planeaba enviar 10 toneladas de cocaína a ese país, está esperando para ser extraditado.
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El exguerrillero escribió en una emotiva carta de despedida que envió a sus familiares el miércoles pasado en la que expone que prefiere morir en Colombia que vivir encerrado en una celda en Estados Unidos.
La captura de Santrich se produjo el fue arrestado y espera la orden de extradición. El artículo 19 del Acto Legislativo 1 de 2017, por el cual se crearon disposiciones transitorias de la Constitución para la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz duradera en Colombia, establece la imposibilidad de extradición por hechos ocurridos durante el conflicto y su finalización dentro y fuera del país.
Santrich fue arrestado el pasado 9 de abril, después de un allanamiento luego de una orden de captura emitida por una corte de Nueva York, que incluía la incautación de bienes y la retención de todos los dispositivos electrónicos con capacidad de almacenamiento que tuviera el exmilitante. El Partido FARC anunció que luego de este arresto, "el proceso de paz está en su punto más crítico y amenaza ser un verdadero fracaso".