
El nombre de Shay Bradley será recordado en toda Irlanda después de la broma que le jugó a toda su familia en su propio funeral. Los momentos de tristeza y nostalgia pasaron a ser de asombro entre quienes habían asistido al lugar, donde presenciaron algo que nunca se había visto en un entierro.
En medio del sepelio sonó un instrumento típico de la región para homenajear la muerte de Bradley, mientras sus familiares miraban hacia su ataúd con respeto.
Apenas dejó de sonar la música, la voz de Bradley apareció de inmediato. "Hola. ¿Dónde diablos estoy? Déjenme salir", fueron sus primeras palabras, con un par de golpes en el ataúd.
Los asistentes se empezaron a observar entre sí, tratando de entender lo que estaba ocurriendo. Cuando de repente la voz continuó: "¡Está oscureciendo aquí!... ¡Sáquenme de aquí!".
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En seguida, sus hijos y algunos de sus familiares soltaron las primeras risas, para amenizar un poco el ambiente. Lo enterraron y le dieron su último adiós.
Al finalizar, los seres más cercanos a Bradley le aclararon a la personas que habían llegado hasta el lugar, que se trataba de una broma que él mismo había originado antes de su muerte.