Los policías de Nueva York que se oponen a la vacuna recibieron un revés cuando una jueza denegó su petición de frenar la orden de la ciudad que les exige inmunizarse contra el coronavirus y que, por cierto, entra en vigor este viernes 29 de octubre.
La Asociación Benevolente de la Policía (PBA en inglés), el principal sindicato de agentes del orden de la ciudad, acudió a la corte la semana pasada en un intento por dejar sin efecto la orden del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, para que los empleados públicos se vacunen.
La medida que fuerza la vacunación comenzó en agosto con los maestros y empleados sanitarios, y luego se extendió a otras agencias.
Según ha advertido en Twitter Patrick Lynch, líder de la PBA, este fallo de la corte "prepara a la ciudad para una verdadera crisis", en referencia a que los empleados que no se vacunen quedarán suspendidos de empleo y sueldo hasta que demuestren lo contrario.
"Esto no solo viola los derechos de los policías, sino que resultará inevitablemente en menos policías disponibles para proteger a nuestra ciudad", aseguró.
Lynch también ha advertido que los abogados del sindicato impugnarán hoy el fallo de la Corte Suprema de Long Island, donde se presentó el caso.
El comisario de la policía, Dermot Shea, aceptó que hay "una posibilidad muy real" de que eso ocurra cuando entre en vigencia el mandato, y apuntó que la agencia que dirige trabaja en un plan de posibles contingencias.
Por otro lado, los bomberos que también rechazan vacunarse protestaron este jueves frente a la residencia del alcalde. También ha trascendido que la ausencia de este personal podría afectar las operaciones de varias estaciones y el servicio de ambulancias, adscritas al Departamento de Bomberos.
El jefe de esa agencia, Daniel Nigro, dijo que se asegurará que sus servicios no queden afectados, mientras que el sindicato de bomberos pidió a sus miembros que acudan a sus puestos de trabajo independientemente de la orden de De Blasio.