Luego del arresto del político opositor Alexei Navalny en Moscú después de regresar de Alemania, varios representantes de países europeos le pidieron a Rusia su liberación.
El presidente del Consejo de la Unión Europea, Charles Michel, le exigió a Rusia que libere "inmediatamente" a Navalny. “La detención de Alexei Navalny a su llegada a Moscú es inaceptable. Pido a las autoridades rusas que lo liberen de inmediato”, manifestó en Twitter.
Por su parte, Dominic Raab, el secretario de Relaciones Exteriores de Reino Unido, manifestó que era "espantoso que Alexei Navalny, víctima de un crimen despreciable, haya sido detenido por las autoridades rusas. Debe ser liberado de inmediato”. "En lugar de perseguir al Sr. Navalny, Rusia debería explicar cómo se llegó a utilizar un arma química en suelo ruso", añadió.
Asimismo, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, pidió a Rusia que libere a Navalny y dijo que la detención del político era "incomprensible".
“Rusia está obligada por su propia Constitución y por sus obligaciones internacionales de defender el Estado de derecho y proteger los derechos civiles. Por supuesto, estos principios también deben aplicarse a Alexei Navalny. Deberá ser puesto en libertad de inmediato", advirtió Maas en un comunicado.
“Navalny fue víctima de un grave ataque de envenenamiento en suelo ruso. Seguimos esperando que Rusia haga todo lo posible para investigar a fondo este ataque y llevar a los perpetradores ante la justicia”, agregó Maas.
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, también expresó su indignación y dijo que “Las autoridades rusas deben respetar los derechos de Alexei Navalny y ponerlo en libertad de inmediato. La politización del poder judicial es inaceptable".
“Profundamente preocupado por la noticia de que Alexei Navalny ha sido detenido a su regreso a Moscú. Pido a las autoridades rusas que liberen al Sr. Navalny. Una oposición sana y vibrante debe ser bienvenida”, expresó, por su parte, la ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Ann Linde, en Twitter.
La ministra de Relaciones Exteriores de Noruega, Ine Eriksen Soreide, manifestó a su turno su preocupación y pidió a Rusia que "revele las circunstancias que rodearon el envenenamiento de Navalny".
En una declaración conjunta, Letonia, Estonia y Lituania indicaron que la detención de Navalny era "completamente inaceptable", y agregaron: "Exigimos su liberación inmediata. La UE debe actuar con rapidez y, si no es liberado, debemos considerar la imposición de medidas restrictivas en respuesta a este acto flagrante".
Desde el otro lado del Atlántico, Jake Sullivan, el asesor entrante de Seguridad Nacional del presidente electo de Estados Unidos Joe Biden, también pidió a Rusia que libere a Navalny.
"El señor Navalny debe ser liberado de inmediato y los autores del escandaloso ataque contra su vida deben rendir cuentas. Los ataques del Kremlin al Sr. Navalny no son solo una violación de los derechos humanos, sino una afrenta al pueblo ruso que quiere que se escuche su voz”, explicó Sullivan en Twitter.
Mientras tanto, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, pidió a los países que reaccionaron sobre el asunto de Navalny a respetar el derecho internacional y abstenerse de infringir las leyes de los Estados soberanos.
"Me gustaría pedirle al Sr. Sullivan y a otros políticos extranjeros que han publicado declaraciones que respeten el derecho internacional, se abstengan de infringir las leyes de Estados soberanos y aborden los problemas de sus propios países", enfatizó Zakharova.
Navalny y su esposa, Yulia Navalnaya, tenían programado originalmente aterrizar en el aeropuerto Vnukovo de Moscú, pero el avión en el que viajaban fue desviado al aeropuerto de Sheremetyevo.
El líder opositor, de 44 años, un fuerte crítico del presidente ruso Vladimir Putin, se enfermó en agosto pasado durante un vuelo a Moscú. Después de un aterrizaje de emergencia en la ciudad siberiana de Omsk, el político pasó dos días en un hospital ruso antes de ser enviado a Berlín para recibir tratamiento.
Luego de realizar pruebas en varios laboratorios, los funcionarios alemanes aseguraron que Navalny fue envenenado con el agente nervioso Novichok, que también se utilizó, según el Gobierno del Reino Unido, en un ataque contra el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en la ciudad británica de Salisbury en 2018.
Las autoridades rusas han negado cualquier participación en el caso y han sostenido que Rusia no desarrolla ni produce armas químicas desde que se destruyó la última ronda de estas en 2017, según lo verificado y certificado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Anadolu