A diferencia de los seres humanos, en que el bello facial es cuestión de estética, en los animales tienen diferentes funciones como sensores.
Los bigotes no son un adorno en las mascotas. Estos actúan como una extensión del cuerpo cumpliendo la función de radar o sensores que ayudan al animal a ubicarse en su entorno, detectando los cuerpos de otros animales, tamaño y patrón de movimiento.
Cuando hay poca luz o en plena oscuridad, les sirve en orden de no chocar o tropezar con otros elementos.[single-related post_id="796412"] Los bigotes son los pelos largos, gruesos y rígidos que en su base tienen gran riego de sangre y terminaciones nerviosas. Están ubicados en las almohadillas a cada lado del hocico, también están presentes en la frente, arriba de los ojos, unos más cortos en la mandíbula inferior y en la parte trasera de las patas delanteras. El largo es proporcional al ancho del animal, lo que permite calcular los espacios pequeños que puede recorrer, incluso, cuando la luz no es clara. En sus puntas se ubica un órgano llamado propioceptor, el cual envía señales táctiles al cerebro. Este actúa de forma estimulante y le dice cómo debe moverse, tiene que ver con la motricidad, por tanto, los pasos del felino son tan exactos y con gracia. El que los gatos tengan esta especie de bigotes en la parte trasera de sus patas delanteras, tiene como razón saltar de una forma más precisa, algo fundamental en la caza. Si los pelos en la cara están tensos y hacia atrás, es una muestra de que la mascota está a la defensiva y se dispone a atacar. Por lo cual, no es muy recomendable tocar o acariciarlos, aunque hay excepciones. [single-related post_id="790390"] En cuanto a los perros, más allá del olfato, al igual que en los felinos, los bigotes tienen utilidad motora y receptora, al identificar las variaciones en las corrientes del aire, les permite, como ya mencionamos, identificar objetos y animales en movimiento a su alrededor. Se podrían comparar con la sensibilidad que tienen las yemas en nuestros dedos. La cantidad de bigotes en los perros puede variar según la raza, mientras que en los gatos, pueden tener entre doce y treinta pelos en su cara. Es altamente recomendable no cortarlos, por más que estas mascotas estén acostumbradas a su hogar, se generaría un desequilibrio en la forma en que ellos se relacionan con el ambiente.