Es una gran alegría volver después de muchos meses a publicar en este gran medio sobre la cultura gastronómica de Bogotá, y sus mejores exponentes. No obstante, la industria de bebidas y alimentos, y en general la cultura colombiana tienen desde hace veintidós años un epicentro central: Popayán. Y estaremos allí por primera vez apoyando a esta maravillosa revista y llevando lo mejor de la gastronomía colombiana del 5 al 8 de septiembre. El departamento del Amazonas y Guatemala, territorios invitados de honor.
FRASES SABIAS
Personaje del año. Tiene que ser doña Lina Moreno de Uribe. Su liderazgo en el campo de gastronomía ha sido enorme. Ha convocado los mejores chef del país para participar en sus proyectos, que fueron y serán muchos, siempre como (sic) el mismo propósito; recuperar la cocina colombiana y hacer labor social a través de la buena mesa. Es la primera vez que tenemos una esposa de presidente que se ha interesado en nuestro tema y hay mucho que se puede hacer, y lo
está haciendo”
Kendon Macdonald Smith, chef y crítico gastronómico escocés nacionalizado colombiano (1959- 2008).
“Popayán, consolidada en su decisión de servir como sede del más importante evento de la cultura gastronómica de Colombia les da su más calurosa bienvenida a esta nueva cita nacional en la que esperamos fortalecer con el apoyo de todos, un encuentro de quienes creemos que a través de los saberes y sabores de la cocina, los pueblos se reconocen así mismos, se fortalecen en su identidad y
hallan que la vida tiene más sentido cuando alrededor de la mesa se profundizan los sentimientos de solidaridad, se despoja el ánimo de rencillas y pendencias y se proyecta con insuperable claridad el
futuro del conocimiento humano. Igual que en el año anterior el pensamiento fundamental de este equipo que constituye la Corporación Gastronómica de Popayán es seguirle apostando al futuro de Colombia, un país con dema- 17 siadas tribulaciones, pero también dispuesto a superarlas pensando que su horizonte no puede ser indefinidamente el del infortunio, sino el que las nuevas generaciones edifiquen con actos de paz y reconciliación como el que hoy nos congrega.
(...) Hoy la presencia de Lina Moreno de Uribe nos confirma que en este mandato presidencial caben las expresiones de la provincia cuando se presentan con honestidad y empeño para ser realizadas en provecho de la comunidad nacional.
Hemos tomado la decisión de cambiar el nombre de “Festival” por el de “Congreso” atendiendo razonables argumentos, entre ellos el de la Ministra de Cultura, expresados en el evento del año pasado, queriendo enfatizar la necesidad de que tuviera un carácter más académico y cultural.
(...) Al determinar que fueran las cocinas regionales el hilo conductor de este congreso quisimos contribuir a crear una conciencia sobre lo nuestro para cimentar y enriquecer todo ese acerbo y llegar, ojalá pronto, a la versión de una cocina regional tan auténtica y rica como la que hoy tienen México o Perú en esta zona del mundo. Seguramente que de este Congreso saldrán experiencias afortunadas para conseguir este objetivo.
Guillermo Alberto González Mosquera, ingeniero y político colombiano fundador del Congreso
Gastronómico Nacional de Popayán (1941-2021)
POPAYÁN Y NOSOTROS
Sin duda alguna, existen múltiples elementos culturales, históricos, naturales y sociales que hacen sin duda alguna que el Cauca tenga un protagonismo excepcional en la historia de la construcción del territorio colombiano en su vida virreinal y republicana. La riqueza del Cauca no es retórica: es real; se refleja en porque antes de que múltiples tratados mal hechos restaron territorio a nuestro país dejando rincones de la Patria a Perú y Brasil, hasta donde llegaban los dominios del Gran Cauca…y es tan real, que nos muestra lo que fuimos -o pudimos ser-, y lo que tenemos por ser…que se manifiesta en las islas de Malpelo, Gorgona y Gorgonilla, y en las etnias de todas las latitudes del mundo que llegaron a estas tierras, desde la
parte norte del Tahuantinsuyo -nombre del Imperio Inca-, y desde el África Subsahariana hasta los confines de la Europa de Carlos V, donde como él mismo decía: “el Sol no se ponía”.
Popayán ha sido una de mis ciudades soñadas por conocer y que por diferentes circunstancias y tiempos no he logrado. Aparte del Congreso Gastronómico que ya tiene una fama totalmente consolidada, actividades como la Semana Santa, el
Festival de Cine Corto y en general la vida apacible, histórica, romántica y tranquila que refleja el centro histórico de la llamada “Ciudad Blanca”. Como apasionado por la historia, y aficionado a las ciudades coloniales, digamos que Popayán ha sido ese
amor imposible, esa tendencia a idealizar inevitable que todos tenemos desde nuestros anhelos más profundos sobre conocer lugares y experiencias, que muchos pueden juzgar… pero, ¿no es acaso la razón de ser de nuestra industria y de la profesión de Administración de Empresas Hoteleras y de Turismo vender
experiencias, sueños y realidades posibles a través de actividades útiles, racionales y necesarias como el ocio y la recreación pasiva?
De pronto pido disculpas a los lectores y lectoras si hablo por ustedes, pero creo que ir a Popayán a contemplar estos vestigios de esa libertad, de esos pocos espacios que más allá de la cultura y el deporte -que afortunadamente ha ido más allá del fútbol estos últimos años- nos permiten estar en concordia entre ciudadanos colombianos, descansando no solamente de las rutinas y problemas cotidianos de
cada quien, sino del estado de ánimo que alguien o algunos quieren hacer negativo todo el tiempo a través de las agendas de algunos medios de comunicación -que no es el caso de KienyKe-.
PREÁMBULO EXITOSO EN CHAPINERO
Ya en otros espacios anteriores, he destacado desde aquí el valor cultural del trabajo de Gloria Luz Gutiérrez, quien generosamente apoya desde su casa, recursos y don de gentes desde hace más de veinte años, quien en palabras del maestro jurídico Horacio Gómez Aristizabal: “Mientras más alta sea la cultura de la criatura humana, más alta es su dignidad y su estatura espiritual. En medio de tanto pragmatismo, frivolidad y pasión por el materialismo, sorprende el fervor y la mística por la cultura por parte de la meritoria dama señora Gloria Luz Gutiérrez, quien durante 13 años ha mantenido vibrantes
sus tertulias literarias en los aristocráticos salones de su bella residencia al nor-oriente bogotano”. Esas palabras, al tener el honor de conocer a Gloria Luz desde hace seis años, las suscribo de manera total y absoluta. Por personas como ella y los promotores de la Corporación Gastronómica de Popayán y similares, es que
Colombia sigue existiendo.
Allí, junto a los delegados de la Corporación y las palabras del Embajador de la República de Guatemala ante Colombia, Su Excelencia Doctor Óscar Estuardo Villagrán dio unas sentidas palabras de su llegada al país y describiendo de manera maravillosa y concisa, como compete al profesional de la diplomacia -que es la
filigrana y justo medio discursivo entre la profundidad discursiva del Derecho evidenciado en la concreción comunicativa de la Ingeniería y las ciencias-, para rematar con una hermosa interpretación de la abogada y soprano Julia Pimentel, quien me llena la memoria la interpretación de la canción Luna del Xelajú, considerada el segundo himno guatemalteco.
En cuanto a lo gastronómico, la tradicional pasta que siempre alimenta el alma y el cuerpo de los asistentes a la Tertulia, esta vez estuvo acompañada con pequeñas delicias de la comida guatemalteca que dejarán un abrebocas, donde los sabores de
un delicioso vino destilado de guayaba -aquí va a llover granizo por parte de los enólogos ortodoxos- de un emprendimiento muy valioso que espero reseñar pronto en este espacio junto al pepián (guisado de pollo acompañado de otras especias), para rematar una noche simplemente maravillosa que enamoró nuestro país.
Y la presencia como invitado nacional del departamento del Amazonas dará un toque especial a la mezcla diversa y exótica entre la América Central y la Colombia Profunda (que como ya referimos fue territorio del Cauca, sede del Congreso). Tendremos una mezcla de sabores entre el casabe, la yuca agria, pescado seco, los chicharrones de pirarucú con los caldos -palabra que en Guatemala es sinónima de
nuestras sopas-, tamales, moles, pupusas -sinónimo de nuestras arepas en Colombia y Venezuela, y las gorditas de maíz en México-...simplemente una expresión de todo lo que somos como latinoamericanos, unido a toda esa maravillosa oferta a la que se
suma el gremio restaurantero local y la economía popular gastronómica.
Y ni que decir de la riqueza pacífica del municipio del Patía que llenarán de sabor las jornadas académicas, de muestras de sabores, talleres, literatura especializada, emprendimientos e inclusive el Festival de Cine Corto de Popayán que tendrá los mejores cortos de temática gastronómica Co-Cine.
Si no tiene planes, si quiere un destino tranquilo y reencontrarse con nuestra esencia, Popayán lo espera del 5 al 8 de septiembre. Las inscripciones se pueden realizar en el siguiente enlace: con la información para categorías de inscripción y patrocinios con unos precios excelentes, que valen mucho menos que un tour a Europa, pero sin duda dan vida a un evento que es el alma y alimento de Colombia.
¡La vida es una sola y es corta para no vivir la ciudad de Popayán y sus sabores!