En el ejercicio medico hay casos comunes. Se repiten y presentan con frecuencia. Otros ocasionales, pero por alguna razón se ven de nuevo. Pero algunos entran a la calificación de casos anecdóticos y solo en la vida medica alcanza uno a ver unos cuantos. Cuando llegan despiertan la curiosidad de la búsqueda y la consulta. Hasta que las dudas se han aclarado se siente el profesional que ha resuelto estas preguntas académicas y plenamente satisfecho. Es quizá la descripción de un hecho imprevisto o significativo que afecta a un enfermo y estas observaciones escritas en forma no estructurada permitirán que quienes conozcan el caso hagan su propio diagnóstico.
En el último mes y después de más de 40 años en el ejercicio medico vi en consulta, con dos semanas de diferencia, par pacientes con Síndrome de Boca Ardiente. Una fue enviada para evaluación neurológica por “dolor” intratable y la segunda, esposa de un conocido, por sabor metálico, “tipo zinc”, en boca. Es un trastorno doloroso de la boca que los pacientes describen como ardor, hormigueo o escozor. Es la afección crónica de dolor intraoral que se ubica especialmente en la lengua o tejidos vecinos. Cinco a uno es la relación mujer/hombre y se presenta habitualmente después de los 55 años. A veces describen el síntoma como quemazón en las encías, los labios y el paladar. Puede asociarse a xerostomía (sequedad bucal) y entumecimiento de la lengua y el paladar. Se quejan además de resequedad en la boca, sabor extraño y casos extremos de pérdida del gusto.
A pesar de haber sido estudiada su etiología es desconocida y se presume que la podemos dividir en dos grandes grupos. El primario o idiopático en donde no existe una causa estructural que lo explique. Se piensa que hay lesión en los nervios que controlan el gusto o el dolor. Esta apreciación amplia, vaga e inespecífica no permite definir la causa aparente. En la secundaria a trastornos metabólicos como la diabetes, alteraciones hormonales como menopausia o tiroides. Carencias nutricionales y el déficit de Vitamina B12 o de hierro. Se mencionan alergias, reflujo y algunos medicamentos que disminuyen la TA.
Escuchar con atención la historia de estos enfermos es clave. Describen un dolor constante, qué apareció de un momento a otro y con sequedad de la mucosa bucal. El dolor empieza leve en horas de la mañana y aumenta de intensidad en la tarde. Les provoca tomar agua y especialmente fría que les alivia los síntomas. Las comidas picantes o calientes les aumenta el dolor. No tienen dificultades para dormir, pero la cronicidad de la dolencia genera estado ansioso y depresión. Relatan además gusto desagradable descrito como disgeusia.
El diagnostico no es fácil y no existe una prueba que lo confirme. Usualmente los pacientes llegan con una carga de exámenes que pares previos han solicitado. Para la inmensa mayoría es un diagnóstico de exclusión y toda la colección de paraclínicos e imágenes están dentro de parámetros normales.
Se ha clasificado como un trastorno fisiológico y guarda relación con neuropatías centrales y periféricas que producen como mecanismo final un dolor neuropático en la cavidad bucal. El origen psicógeno es una causa frecuente, coincide en el tiempo con un hecho adverso como problemas de pareja, fallecimiento de un familiar o problemas laboral. Autores hablan del 45% del origen psicógeno. Se deben tener en cuenta la radioterapia o la quimio que desencadena mucositis, el consumo exagerado de antidepresivos y la toma de inhibidores de la enzima angiotensina. Hay estudios que han mostrado en pacientes diabéticos tipo I con neuropatía periférica y el umbral térmico en la lengua, en diferentes estadios, sugiriendo una neuropatía modalidad tipo trigeminal sensorial.
¿Se deben usar medicamentos? Este es un terreno difícil pues algunos autores aconsejan derivados tricíclicos y remiten estos pacientes a terapia conductivo conductual. Hay unas recomendaciones útiles que vale la pena tener en cuenta: tome abundantes líquidos especialmente fríos. El hielo es una gran compañía y se utiliza goma de mascar sin azúcar. Evitar el tabaco y los alimentos picantes, los alimentos calientes y sacándole el cuerpo a los enjuagues bucales con alcohol.
Diptongo: evitar la glosodinia especialmente si ocupa un cargo público.