Es innegable que hoy por hoy, a cualquier bogotano le da pánico salir a la calle a enfrentarse a una cruda realidad en donde la inseguridad predomina. Es momento de tomar acción contra los bandidos uniendo fuerzas como nunca antes a través de redes de apoyo que integren a todos los sectores de la sociedad. Moteros, taxistas, Seguridad privada, y desde luego, cada uno de nosotros.
Bogotá enfrenta graves problemas de seguridad, para nadie es un secreto que la inseguridad ya no es un tema de percepción, los criminales se han apoderado de las calles, la oleada de atracos han sumergido a la ciudad en un estado de intranquilidad y la sensación de vulnerabilidad persiste en algunos sectores.
En el primer balance en materia de seguridad entregado por nuestro Alcalde Carlos Fernando Galán, se reveló que durante el primer mes del año las autoridades recibieron 8.814 denuncias por hurto y las extorsiones tuvieron un incremento del 47% con un total de 110 casos denunciados cifras que hacen un diagnóstico claro: La seguridad de la ciudad está en cuidados intensivos.
Frente a este gran desafío es comprensible que Galán tenga que enfrentar cuestionamientos sobre su gestión y que al intentar resolverlos se enfrente con obstáculos políticos, especialmente con un presidente que parece más interesado en sabotearlo que en ayudarlo, en donde está pagando el precio de problemas heredados y constantes críticas que no van más allá de mencionar lo que ya sabemos pero que no aportan soluciones que es realmente lo que se necesita. Si fuéramos menos críticos y más propositivos el cuento sería otro.
Por eso celebro el anuncio que hizo Galán en días pasados en el que confirmó que Bogotá se fortalece con la llegada de 800 policías a la ciudad además de la implementación de tecnología que emerge como una aliada poderosa en este contexto. La implementación de sistemas de vigilancia inteligente, cámaras de alta resolución y drones, puede mejorar la capacidad de respuesta de las autoridades. Soy consciente de que es poco, pero es el camino que debemos tomar. Seguir fortaleciendo la seguridad cada vez más. Sobre todo integrar todos los circuitos de cámaras de la ciudad, una acción urgente y necesaria.
Considero que frente a esta situación estamos en el momento ideal de iniciar un trabajo articulado en el que como lo he propuesto en varias oportunidades y lo considero una de mis grandes apuestas, podamos incluir a las empresas de seguridad privada como solución a la inseguridad de nuestra ciudad. Estoy convencido de que son un elemento crucial en este proceso para lograr de manera efectiva someter a las bandas ante la justicia.
En el mes de enero radiqué un proyecto de acuerdo para que esta propuesta se convierta en una realidad y en el que esta articulación les permita tener un beneficio tributario. Sé de su capacidad tecnológica, de la construcción de grandes redes de apoyo y su experiencia que siempre generosamente han puesto a disposición. Son más de 3.500 funcionarios que sin duda serán un gran respaldo para las autoridades y que como me lo manifestó Luis Alarcón Presidente Clúster de Bogotá Región tienen todo el compromiso de contribuir con la recuperación de la seguridad en Bogotá.
“Desde la seguridad Privada estamos comprometidos, esa iniciativa de generar una manera especial de reducir un aporte en la parte tributaria se verá reflejado en la inversión que hacemos nosotros en equipos, en tecnología y Bogotá tiene el 80% de las compañías de seguridad como sede principal, si ustedes apalancan ese proyecto de Seguridad Distrital en nosotros, créame que la respuesta es definitiva; estamos dispuestos, somos sus aliados estratégicos y la coadyuvancia está siempre está presente para ustedes.”
Confío plenamente en qué Bogotá volverá a caminar segura pero quiero hacer énfasis en que recuperar la seguridad no solo significa reducir la delincuencia, sino también construir una comunidad más unida y solidaria. Además, tengamos en cuenta que cuando logramos que nuestra ciudad sea segura, atraemos más inversiones y creamos más oportunidades de trabajo y crecimiento para todos.
Bogotá tiene la oportunidad de convertir estos desafíos en catalizadores para una transformación positiva. La seguridad no solo es responsabilidad de las autoridades, sino un compromiso compartido entre gobierno, empresas, y, sobre todo, la ciudadanía. La construcción de una Bogotá segura implica que todos pongamos nuestro granito de arena, que logremos acciones coordinadas y una visión colectiva de la ciudad que todos queremos construir y disfrutar.
