He propuesto a las fuerzas políticas que componemos el Pacto Histórico, una reunión urgente para discutir y definir nuestra consolidación como un partido unitario con el cual impulsar un gran Frente Amplio por la vida y la democracia.
Porque si algo nos demostraron las elecciones de octubre, es que separados es mucho, muchísimo más difícil avanzar. El contexto y sus desafíos claro que jugaron un rol, pero la dispersión de la lista que nos llevó a ser la fuerza más votada al Congreso y a ser el primer gobierno progresista de la historia del país, redujo las posibilidades de haber logrado un resultado más robusto.
En este sentido, y si nuestra intención es seguir en la arena democrática y en la justa disputa del poder, debemos recomponer la moral de nuestra gente y trabajar con madurez, grandeza y altruismo alrededor de la cohesión de las fuerzas progresistas para sacar adelante las reformas y consolidar los avances que hemos logrado.
Sin embargo, a este escenario de voluntades colectivas para acompañar al gobierno, se suma la necesidad jurídica de orden constitucional de unificar las fuerzas de cara a las elecciones de 2026. ¿Por qué?
Los artículos 108 y 262 de la Constitución Política señalan que el único camino para el Pacto es la fusión. Esto, debido a que si se presentan las fuerzas de la lista por separado, según el primer artículo, se pone en riesgo las personerías jurídicas de todos los partidos en caso que no superen el umbral del 3% de los votos válidos, como casi pasó en 2018 con el Polo y la Lista de la Decencia, y le pasó a Fuerza Ciudadana y Estamos Listas en 2022.
Asimismo, el artículo 262 restringe la posibilidad de volvernos a coaligar por haber superado como conjunto el umbral del 15% de los votos válidos. En este sentido, considerando ambos artículos, tenemos dos opciones: que cada uno de los 13 partidos vaya por separado, mermar la representación de las izquierdas y arriesgar la personería jurídica de todos; o fusionarnos en un solo partido, con mecanismos robustos y sólidos de democracia interna.
Por lo anterior, he insistido en la necesidad de confluir, consolidar y fusionar todas las fuerzas del Pacto en un solo partido, con el cual impulsar un gran Frente Amplio junto a otras fuerzas democráticas, progresistas, liberales y defensoras del Estado Social de Derecho. Porque solo así seremos capaces de conservar lo alcanzado y seguir avanzando en las transformaciones que necesita el país y por las que nos votaron en 2022. La fusión del Pacto es una necesidad ante la innegable realidad descrita.
El escenario actual de disputa política y cultural nos demanda el mayor nivel de organización y cohesión posible. Tenemos que estar a la altura y dar lo mejor de nosotras, pero también debemos trabajar por conquistar más allá de nuestras fuerzas y a seguir movilizando los corazones de un país que ha apostado decididamente por la vida.
Articular organizaciones sociales, liderazgos territoriales, partidos y movimientos de izquierda es un desafío enorme, el desafío de nuestra época. Entendemos las reticencias, las características identitarias, pero si no actuamos con pragmatismo frente a las alertas como fueron los resultados de las elecciones locales o las de Argentina, seguiremos presenciando el avance de la ultraderecha por culpa de cálculos mezquinos.
La confluencia de las fuerzas del Pacto Histórico es un proceso de cocción a fuego lento, con desafíos cuya superación requiere diálogo y esfuerzo, además de formación, maduración y trabajo territorial para conocer y responder a las necesidades y voces de cada región. Debemos agotar todas las estrategias necesarias para lograr la fusión de cara al 2026. Construir y cuidar una Colombia digna es tarea de todos los sectores y la invitación está abierta a sumarse a trabajar en unidad para lograrlo.
Porque cuando nos unimos somos más fuertes. Por eso, convoco a quienes hacemos parte del Pacto Histórico, apoyen o no -por ahora- la idea de la fusión, y también a quienes quieran acompañar este proceso, a que mantengamos abiertas las puertas al diálogo que permita consolidarnos como una verdadera alternativa progresista para este país.
