Participar en la aprobación del Plan de Desarrollo para Bogotá fue una experiencia desafiante pero gratificante. Las jornadas fueron largas y exigentes, pero cada momento invertido valió la pena al ver cómo nuestras propuestas se convertían en políticas concretas para el bienestar de la ciudad. Aunque hubo debates intensos, puedo dormir tranquilo sabiendo que contribuimos para construir las bases de una Bogotá inclusiva, próspera, con un gran logro que me llena de mucha alegría y es que sea una ciudad que no solo camine segura si no que también navegue segura.
Enfrentar este gran reto también trajo consigo nervios y ansiedad ante la responsabilidad de tomar decisiones que estaban directamente relacionadas con la vida de millones de bogotanos. La tensión era evidente en cada discusión y votación, pero logramos sacar adelante este Plan de Desarrollo desde la democracia en el que todos aportamos desde nuestros ideales, entendiendo que este no es un tema de colores o partidos políticos si no la unión de esfuerzos para construir una mejor Bogotá.
Debo confesar que me siento muy satisfecho por lo que logramos como Concejo, pero de manera particular, por lo que logramos como equipo Juan Manuel Díaz y resalto indudablemente la labor de cada uno de los asesores que también fueron parte fundamental en este proceso.
Uno de los primeros pasos que dimos en este gran debate fue que en el ámbito de los impuestos, como Bancada del Nuevo Liberalismo, logramos eliminar el impuesto al parqueo fuera de vía, aliviando así el bolsillo de los bogotanos.
En movilidad y acción climática, celebramos la aprobación de nuestro proyecto: la navegabilidad del río Bogotá. Este es un proyecto del que hablé incluso en campaña y del que desde que llegué al Concejo he tratado de impulsar, obteniendo no solo el respaldo de la administración si no también del Gobierno Nacional. Me siento muy feliz de ver dentro del Plan de Desarrollo un artículo que nos permitirá seguir trabajando por esta apuesta que cambiará la historia de Bogotá y la calidad de vida de sus habitantes.
La seguridad también es prioridad, siempre lo he dicho. Por eso Consolidar la interoperabilidad de las entidades de seguridad con un sistema único de videovigilancia. Además, lograr una alianza innovadora con el sector privado para potenciar nuestras estrategias de seguridad pública también es un logro que me llena de orgullo y satisfacción.
En Bogotá hasta el momento, no tenemos un registro cierto de cuántos cuidadores y cuidadoras hay en nuestra ciudad, queremos visibilizar la labor heroica de aquellas personas que por amor abandonan sus actividades económicas para dedicarse al cuidado de personas con discapacidad, personas mayores o población vulnerable. Por ello y de la mano de mi colega Juan Daniel Oviedo logramos implementar un registro voluntario que permitirá focalizar mejor los servicios institucionales hacia quienes más lo necesitan.
La salud mental no ha sido olvidada. Reconocemos la importancia de cuidar a quienes nos cuidan y por eso incluimos medidas para garantizar el bienestar mental de los profesionales de la salud. Quienes cuidan nuestra salud mental, descuidan la suya, es por ello que ahora el Distrito deberá implementar prácticas de atención y prevención con énfasis mental para su personal.
En turismo y desarrollo económico, apostamos por una Bogotá productiva las 24 horas. Esta estrategia no solo fortalecerá nuestra economía, sino que también enriquecerá nuestra vida nocturna ampliando ofertas que contribuirán con el dinamismo de nuestra ciudad.
Otro logro clave es que reafirmamos nuestro compromiso con los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los bogotanos.
El balance frente a nuestros logros en el Plan de Desarrollo es muy positivo, me siento muy contento de poder retribuirle a la ciudadanía el voto de confianza que depositaron en mi, al elegirme como Concejal de Bogotá, de que todas esas propuestas que tiempo atrás fueron construidas con ilusión, hoy sean una realidad y así demostrarles como lo dice no solo mi eslogan de campaña sino de vida, que la palabra tiene valor.
