Un nuevo año llega y como siempre muchas expectativas en la mente de los chocoanos. Las cosas no andan bien, pero por lo menos se perciben nuevos aires de renovación, cuyo efecto en la psiquis es bastante positivo, pues eso redunda en una prospección generalizada en sus gentes.
Y una de esas expectativas, recaen en la designación de la abogada y especialista en derecho administrativo, Farlin Perea Rentería, cuyo nombramiento después de más de 10 meses, resuelve por fin la vacancia, tras la suspensión del cargo de Ariel Palacios Calderón como gobernador del departamento del Chocó, por presuntas irregularidades en un contrato por más de $200 millones en elementos de bioseguridad para la pandemia del Covid 19, que afectó gravemente la gobernabilidad y por su puesto la trazabilidad de los procesos administrativos, de un departamento empobrecido por sus propios hijos.
La recién gobernadora encargada del Chocó, tiene más de 10 años de experiencia en el sector público, pasando por asesorías jurídicas a empresas privadas y del gobierno, catedrática de una prestigiosa universidad y gerente de etnias de la alcaldía de Medellín (último cargo) en la actual administración de Daniel Quintero, donde realizó una excelente labor en pro de la reivindicación de los derechos de las comunidades étnicas asentadas en el Valle de Aburrá.
Su designación se da, luego de una serie de contratiempos con la terna de prospectos elegidos por los partidos Conservador, Verde y Liberal, este último donde milita Perea Rentería, y que en últimas son las colectividades que conformaron la alianza política, denominada CONCOR, que resultó ganadora en las pasadas elecciones regionales del 2020.
Pero Farlin Perea no la encontrará nada fácil. A los acostumbrados ataques producto de algunos que confunden la lealtad con la empatía política, se sumará muy seguramente las zancadillas de algunos funcionarios que por carrera administrativa permanecerán en su gobierno. ¡Pero Ojo! Esto no es nuevo. Es una “práctica” que se normalizó no solo en el Chocó sino en otras latitudes. Engavetar documentos, iniciar operación brazos caídos e implementar operación tortuga, solo son algunas de las malas praxis que enfrentará la nueva mandataria de los chocoanos. Lo veo venir, ya pasó con Jefferson Mena, gobernador encargado en el 2020, tras el primer fallo de la Procuraduría contra el recién electo.
Ella sabrá cómo manejarlo, lo cierto es que lo que he visto hasta ahora me gusta: Una funcionaria comprometida por su departamento, con una visión más panorámica de la problemática del Chocó, resultado de haber salido hace 7 años para la ciudad más educada del país, Medellín. Con el dinamismo, de venir de la administración de Quintero, con capacidad de gestión, por sus relaciones que tiene con el alto gobierno y empresarios antioqueños, pero sobre todo, con la Independencia que se requiere, por su cercanía con el Presidente Petro, quien le ha manifestado su irrestricto respaldo, poniendo toda la maquinaria estatal a su completa disposición y quien fue el que tomó la decisión de escogerla en la terna por encima de dos profesionales de enormes capacidades tanto profesionales como personales, como lo son Yimmy Leiter Aguilar y Fernelix Valencia.
Entre los retos y desafíos de la nueva gobernadora, está resolver la grave crisis del hospital San Francisco de Asís, cuyo drama de nunca acabar, mantiene a los médico-asistenciales en el limbo, pues para nadie es un secreto que el más grande y único ente hospitalario de segundo nivel del departamento, es un enfermo terminal, una entidad inviable, que requiere acciones urgentes pero concretas para hacerlo auto sostenible. Supe por redes sociales, de sus recientes reuniones con la interventora del centro médico y con Carolina Corcho, ministra de salud y Protección social. Eso me gustó, pues es imperiosa la necesidad de rescatar la salud del Chocó, hoy secuestrada y que no se sigan robando los recursos que se inviertan.
Devolverle a los chocoanos la confianza en sus mandatarios, perdída por tantos casos de corrupción, es otro punto en el que Farlin Perea debe enfocarse. El Chocó no aguanta un escándalo más. El cargo de gobernador del Chocó, pareciera ser sinónimo de cárcel y los chocoanos hemos venido perdiendo la credulidad en nuestros líderes por sus actuaciones Non Sanctas. Para ello, debe tomar decisiones concretas, que no agradarán a unos cuantos, pero todo sea en nombre del Chocó y su regreso a las buenas sendas.
Otro tema es la recuperación de la gobernabilidad del departamento, perdida por más de 10 meses de permanecer en un limbo administrativo por causa de la vacancia que, aunque estaba “semicubierta” por el secretario del interior, no era lo mismo.
Para el ex senador, analista político y ahora asesor, Rufino Córdoba, que el Departamento del Chocó haya ascendido por primera vez a tercera categoría es histórico y sumamente importante pues denota que se ha venido realizando una buena gestión en cuanto al tema fiscal.
Es importante anotar que desde que se creó la categorización de los departamentos; el Chocó, siempre estuvo en la 4 categoría. Para efectos de la categorización de departamentos (Ley 617/2000) y municipios (Ley 136/94 y Ley 617/200) se tienen cómo requisitos, la población, los ingresos corrientes de libre destinación (ICLD) y el porcentaje de límite de gastos entre los gastos de funcionamiento y los ingresos de libre destinación.
Que el departamento del Chocó haya pasado a 3 categoría, le va a permitir mejorar los salarios de sus empleados y lo más importante, por haber incrementado sus ingresos propios o recursos de ingresos corrientes de libre destinación en un 45%, ya que pasaron de 40 mil millones en la administración anterior ( 2019) a $58.300 millones en el 2021, esto va a permitir que el departamento del Chocó para este año por este gran esfuerzo fiscal y administrativo, se le incrementen sus recursos de inversión social (SGP), fundamentalmente en los sectores de educación y salud.
No obstante, hay temas que hay que ponerle la lupa. Según los datos presentados por el observatorio de derechos humanos de la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia), 2022 se convirtió en el peor año para los grupos indígenas en Colombia, llegando a 453.018 indígenas afectados. Según la organización, se recrudeció tanto la violencia contra los indígenas en el año 2022 en Colombia que, solo contando la cifra del 1 al 31 de diciembre, fueron 10.370 indígenas afectados, siendo el Chocó el departamento con más afectaciones (6.021), por mencionar solo una de las dificultades que deberá afrontar la mandataria.
En resumen, todas las esperanzas de los chocoanos están puestas en Farlin Perea, y aunque sabemos que en su corto periodo (un año), no podrá solucionar las diversas problemáticas que posee esta hermosa pero sufrida región, su buena voluntad, su gestión y su compromiso para cumplir con esta gran tarea encomendada por el Presidente Gustavo Petro, serán fundamentales.
¡Dios la guie!
Adenda:
Rechazamos desde esta columna, las amenazas por parte de la delincuencia común en Quibdó, en contra de las directivas del centro cultural Muntú Bantú que terminaron con el cierre de sus instalaciones.
Hay cosas que no se tocan, que son sagradas y extorsionar a Sergio Mosquera, que mantiene con las uñas este espacio afro diasporico, dedicado a la religiosidad, la etnohistoria y la antropología de los pueblos negros y que buscaba consolidarse como un referente continental en la defensa de los hitos que han marcado un camino para la lucha por la igualdad y el respeto a las minorías, no tiene ningún sentido. ¡Qué vergüenza!