LA FAMILIA, LA COMIDA Y EL AMOR
Mi primera reseña del año para los lectores de KienyKe, contrario a lo tradicional, no será esta vez sobre restaurantes o emprendimientos gastronómicos, sino sobre una película que ví en recientes semanas a través de la muy interesante plataforma de Paramount+ (ya que consumo de la radio de noticias lo estrictamente necesario, y que la radio pública y universitaria lamentablemente tienen contenidos o demasiado ideologizados o hipsters, aún para el gusto de un futuro alcalde local de Chapinero, proclive a los contenidos y rutinas más aburridas del Universo). Se trata de la película La historia de un niño hambriento, que fue una revelación, o más bien una rareza, ya que en Paramount se encuentran la mayoría de los contenidos propiedad de las marcas de VIACOM como Comedy Central, MTV y Nickelodeon. Una película que combina una gran historia real sobre el cómo un niño despierta la conciencia de comer de manera adecuada y ante las novedades de la alta cocina, que durante mucho tiempo ha tenido la hegemonía francesa, que será, aunque lejano, tendrá momentos importantes.
Esta película estrenada originalmente para televisión en 2010 en la primera señal de la BBC como una adaptación del libro autobiográfico del mismo nombre,de autoría del chef y periodista gastronómico Nagel Slater, nacido en 1956, al norte de Inglaterra, hasta que después del fallecimiento de su padre finalmente viajaría a Londres a comenzar su carrera en el mundo gastronómico.
El menor de dos hermanos de un industrial del acero,recio de carácter, dominante y que por los roles tradicionales de género de dicha época, no completaría que un hombre, salvo los muy pobres tomaran la opción de cocinar como una actividad seria. Nigel, en sus primeros años de escuela, enfrentaría además del bullying de sus compañeras de colegio, el enfrentar ser el único niño que tomaría cocina como opción en economía del hogar -una clase que se imparte en el sistema escolar de los países anglosajones y en el caso hispanoamericano en los colegios protegidos por el Opus Dei donde se desarrollan actividades relativas a la vida doméstica de los adultos con el fin de preparar en aspectos funcionales, de la crianza de los hijos y de las finanzas de la vida de hogar desde temprana edad a la primera infancia-. Por otra parte, la madre de Nigel, una mujer que no tenía mucha destreza en la cocina, pero que trataba de hacer lo posible por la felicidad de su hijo, incluso con sus dificultades de salud por el asma, que años después le quitaría la vida.
Esa necesidad de poder comer algo decente, ya fue subiendo al gusto estético por los platos bien preparados que se vería cuando de manera compulsiva observaba libros de cocina y revistas especializadas durante su paso de la niñez a la adolescencia, como se verá en una escena donde los gemidos de gusto al ver ilustraciones de cocina de un libro que vea oculto entre las cobijas de su cama, hacen que su padre a altas horas de la noche golpeara su puerta y finalmente gritando le dijo que se durmiera. No en vano, tal vez por esa experiencia, Nigel, ya siendo el crítico reconocido que es, diría para el diario The Guardian: “Para mí, para todo el mundo, la comida es algo muy sexual y creo que me di cuenta de ello bastante pronto. Todavía no puedo exagerar lo mucho que me emociona ponerle una comida a alguien que no sea nada. Y me refiero a todo. Quizá eso se deba a que trato de complacer a mi padre, no lo sé. Supongo que es como ser padre en cierto modo” . Y no hay nada más cercano al erotismo y al amor que la buena comida.
Finalmente, para no arruinar con spoilers la trama, el punto decisivo es cuando avanzando los años y su amor por la cocina, con una técnica bien perfeccionada al cocinar en casa, trabajar de medio tiempo en restaurantes y sobre todo, perfeccionar recetas para llamar la atención de su padre quien se había casado con su ama de llaves,que un tiempo antes iría únicamente a preparar la comida y mantener la casa en orden, aunque nunca ganaría la simpatía ni el aprecio de Nigel, quien la veia como la usurpadora del papel de su madre, además de robarle el amor de hogar, llegando al punto de la discordia con una receta: la tarta de limón…
Esta película, sin duda, es una feliz exploración del cómo las vías de escape vocacionales de la primera infancia son la solución de las dificultades de los hogares disfuncionales (que,viéndolo en el caso de la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XX no tenía los problemas extremos de los países pobres de América Latina), y que pueden cambiar la vida de una persona en formación, y aportar al mundo nuevos talentos. Esa válvula de escape de la vocación, de los sueños, es fundamental, sobre todo para dejar de lado un mal endémico de nuestras sociedades latinas: el complejo de víctima.
Una muy buena película para comenzar el año 2025 para la reflexión o simplemente una buena historia cercana a la realidad y lejana a lo convencional de estos primeros días del año con los clichés humorísticos refritos del cine nacional o las mega producciones de más de lo mismo que llegan a las plataformas y salas de cine.
Nos vemos la próxima semana con más restaurantes.