La cercanía de Gustavo Bolívar con el Presidente Gustavo Petro es incuestionable. Por el contrario, su incondicionalidad con el entonces candidato y ahora Presidente, es respetable. Seguramente, lo motivan buenos propósitos o, por lo menos, deseos. Pero gracias a su notoria falta de capacitación y conocimiento en muchos temas, políticamente y en los debates de fondo que deben darse, su actuación poco y nada le suma al Presidente. Al contrario, le resta.
Lejos está de ser cuestionable al Senador, como a cualquiera otra persona, que desconozca sobre muchos temas. El problema radica en que aun desconociéndolos, actúa creyendo que es experto en cada uno de ellos. Así, aborda y desarrolla cualquiera, sin el menor rigor y sin contar con la mínima capacitación e información para hacerlo; tal y como sucede con los aspectos económicos, propios de la hacienda pública que discute la Comisión Tercera del Senado, que él, paradójicamente, preside.
El desconocimiento en estas y otras materias que acompaña al Senador Bolívar, probablemente es la razón de sus constantes salidas en falso y su necesidad de actuar descomedida y agresivamente frente a los contradictores del gobierno. Su incapacidad profesional de acometer debates de fondo, basados en cifras y argumentos serios, lo llevan, en no pocas ocasiones, a acudir al insulto, al agravio o al descalificativo personal como “argumento” de discusión.
Frente a los reproches sobre el texto aprobado en primer debate de la reforma tributaria, que ha expresado tener el Ex Presidente César Gaviria Trujillo, la reacción de Gustavo Bolívar, le dan pleno vigor a lo expresado por el Senador Mauricio Gómez, quien le ha dicho a Bolívar: “estudie más e insulte menos”.
En esta oportunidad, Bolívar, despreciando el consejo del Senador Gómez, se refirió así al Ex Presidente Gaviria Trujillo: “Gaviria: “no votaría la tributaria”. Obvio, es socio de “MC2 International” empresa offShore de hidrocarburos con sede en Panamá que contrata con Ecopetrol según #Pandorapapers Su ambición le impide pensar en millones de excluidos por defender intereses mezquinos. ¡Vendepatria!”. Las palabras del Senador Bolívar, corroboran lo dicho.
El Ex Presidente Gaviria, es a la vez el Presidente del Partido Liberal, que apoya al gobierno del Presidente Petro, pero ello no implica que deba convertirse en un partido político mudo y, mucho menos, que su presidente y el grueso de los congresistas -senadores y representantes- que lo representan, pierdan el derecho u omitan su deber de discutir con la profundidad debida las reservas que les merezca la reforma tributaria o cualquiera otra, para adoptar una postura frente a la votación en plenaria. El desconocimiento del Senador Bolívar, también parece extenderse a los valores básicos en los que se funda una democracia.
Aun cuando las razones que llevaron al Partido Liberal, liderado por el Ex Presidente Gaviria, a ser partido de gobierno resultan difusas y confusas aún, la postura de estudiar y debatir con profundidad los efectos de la reforma tributaria para definir su voto, denotan que el Partido, en este caso, pareciera estar juiciosa y rigurosamente orientado al ejercicio democrático que lo ha distinguido en su histórica trayectoria.
El pueblo colombiano -o por lo menos el liberal- debe recibir con tranquilidad que frente a la reforma tributaria, en el Partido prime la dialéctica y la verdadera defensa -no demagógica- de los sectores populares. Sin empresarios y productividad no hay futuro.
Poco conoce Bolívar del Ex Presidente Gaviria, a quién poco le asustan los insultos que acostumbra hacer el entonces libretista y guionista. A diferencia suya, el Ex Presidente se distingue por una robusta formación profesional y un talante combativo, que ojalá se traduzca en la verdadera defensa de Colombia.