La espada de Simón Bolívar es el símbolo de la promesa de libertad de América. Es una reliquia para nuestra historia, un verdadero mito que no caduca jamás con el paso del tiempo. Fue el arma con la que Bolívar imaginó el futuro.
Aunque no fue una, los historiadores estiman que fueron al menos seis. Es un artefacto legendario. Que acompañó a un héroe como Bolívar a conseguir la independencia de cinco naciones, logró lo que parecía inalcanzable. Aunque nunca nada fue suficiente para él.
Después de todo, Simón Bolívar perdió la batalla contra la muerte, la que nadie por supuesto vence. Su espada aún resiste la acumulación de los siglos, como testigo formidable de las gestas de su dueño.
Y la espada ocupó los titulares de prensa en estos días. Volvimos a recordarla durante la primera reunión del presidente Duque y su inmediato sucesor, el presidente electo Gustavo Petro, quien se declaró sorprendido con el gesto del mandatario saliente.
“Y estaba desenvainada. Y el que estuviera desenvainada tenía un significado. Bolívar dijo: “Jamás envainaré mi espada hasta que haya justicia en Colombia”. Es la espada de la justicia y por eso nosotros la recuperamos y la entregamos. La metieron en una bodega y nunca más volvimos a saber de la espada” Dijo el presidente Petro sobre el episodio de la espada, en una entrevista a la revista Cambio.
Y es que el M-19 mantuvo la espada durante 17 años. Se la llevaron de la Quinta de Bolívar de Bogotá un 17 de enero de 1974 en horas de la noche y la regresaron a principios de 1991.
La espada se encuentra en una vitrina en la Casa de Nariño desde el año 2020, con motivo del Natalicio 237 del Libertador Simón Bolívar, ésta fue sacada de la bóveda en la que estuvo varios años.
Es oportuno recordar la reflexión del historiador Alvaro Tirado Mejía, a propósito del simbolismo de la espada: En esta situación de crisis y de profundas polarizaciones, suenan aleccionadoras y proféticas las palabras del Libertador en referencia a ese otro héroe y padre de la Patria, Francisco de Paula Santander, guardián de la civilidad y del Estado de Derecho: “El no habernos entendido a tiempo con Santander fue causa de nuestra perdición”.