Aprovechando que había dado como positivo para Covid-19, “El Viejo Joe” se retiró a su casa en Greenville, Delaware, para evaluar políticamente el futuro de su campaña presidencial. Demoró en darse cuenta que los demócratas querían salir de él hasta que,
finalmente, se hizo más que evidente que gente como su “gran amiga” Nancy Pelosi y los Clinton tenían en la mira a Kamala Harris como la mejor opción posible para enfrentar a Donald J. Trump.
Ante esa realidad, y ante su manifiesto estado de salud, Biden decidió pasarle la posta a Kamala Harris después de ver que se quedaba cada vez más solo en sus aspiraciones por derrotar nuevamente a Trump. La justificación de la mala jugada fue el debate en el que fácilmente pudimos ver que los años le estaban pegando muy duro al “Viejo Joe”. No lo digo por sus 81 años, pues, Adenauer tenía 73 años cuando se hizo Canciller y gobernó por 14 años. Trump tiene 78 y luce fantástico. Claramente, en el caso del “Viejo Joe” la edad si importa.
Repito, “El Viejo Joe” no quería declinar en sus aspiraciones reeleccionistas aun cuando sabía que ya no era capaz para comandar La Casa Blanca; fueron las circunstancias políticas, es decir, que al quedarse solo y sin apoyo del establecimiento demócrata no le quedó opción diferente que dar un paso al costado y dar por terminada su larga carrera política.
En ocasiones como esta, las palabras son las mismas: “Joe es un patriota”, “durante su presidencia lo hizo extraordinariamente”, “su acto es una manifestación de grandeza” y bla, bla, bla. Sin embargo, todos sabemos que no lo hizo bien y que si no le retiran el apoyo, “El Viejo Joe” hubiera sido derrotado vergonzosamente por un Trump casi bendecido por “los dioses”.
Ahora el escenario es otro. Derrotar al “Viejo Joe” era tarea fácil, no así será vencer a Kamala Harris quien apelará a lugares comunes, pero muy efectivos, en política. Género, raza y descendencia serán los principales activos con los que va a contar a la hora de planificar los ataques contra Trump. Muchos de estos buscarán reforzar los líos judiciales que tienen en serios aprietos al presidente.
“Trump vs Harris” sería una campaña verdaderamente polarizadora. Mujer vs hombre, negra vs blanco, hija de inmigrantes (Jamaica-India) vs gringo-gringo.
De ser así, Harris va a atacar fácilmente desde su trinchera de mujer a Trump con los temas de acoso, violación y machismo. Como descendiente de migrantes tendrá un problema muy serio para justificar la manera en que, al lado del presidente guatemalteco de ese entonces, Alejandro Giammattei, le decía los migrantes que llegaban por América Central “no vengan, no vengan”, como afrodescendiente le resultará efectivo acusar de racista al presidente Trump y como fiscal va a señalar a Trump de todos sus procesos.
Sin embargo, todo lo anterior es apenas un supuesto toda vez que Harris no es todavía la candidata oficial y puede aparecer un retador a última hora que amargue la fiesta del establecimiento demócrata. No obstante, creo que para lo que buscan, Kamala es la figura precisa para el momento adecuado.
A eso se sumará que ella va a envolverse como la candidata de la democracia mientras a Trump lo van a vender como lo opuesto por el asalto al Capitolio en enero de 2021 y el desconocimiento de los resultados electorales de noviembre de 2020. Los estrategas de comunicaciones de Kamala van a seguir demonizando a Trump tal como el “Viejo Joe” lo explicó anoche desde el Salón Oval. Si los “dioses” lo protegieron de un AR-15, ¿harán lo mismo frente a la furia de Kamala Harris?
A su vez, Trump le va a endosar la inflación, la crisis migratoria, la inseguridad y la debilidad internacional de los EE.UU. y todos los errores de Biden, incluyendo la manera en que se encubrieron los problemas de salud del “Viejo Joe”.
En este contexto, Kamala será una buena candidata por el hecho simple de ser mujer, ex fiscal, negra e hija de inmigrantes lo que la facultará mucho mejor para golpear a Trump como no lo podía hacer “El Viejo Joe”. Tan simple es todo esto que ahora el viejo es Trump y ella representa una nueva generación tal como dijo ayer el “Viejo Joe”.
De hecho, el “Viejo” insistió que en defensa de la democracia, o como diría Paola Ortiz por la salud de la democracia, ha decidido pasarle la posta a su vicepresidente para que sea esa nueva generación la creadora del futuro y preserve la idea lo que ha significado Estados Unidos a lo largo de la historia.
Con Kamala la historia será otra. Y vamos a ver una campaña presidencial mucho más áspera, pues, nadie duda de las capacidades que tiene para agredir. Es una mujer dura que gusta de la confrontación y del ataque personal. A Kamala le sobra la ferocidad que al “Viejo Joe” le falta. Desde el ángulo de la comunicación política, será una campaña apasionante. Queda por ver si podemos decir lo mismo de la democracia.