Todo empezó de pronto. Dos meses de síntomas cambiaron al individuo y lo fueron aislando del medio. Tenia cerca de 4 décadas sin verlo y me sorprendió su llegada a la consulta. Acompañado de su esposa y apoyado en el bastón de madera llego caminando inestable. Tenía 70 años y contabas que estos dos meses fueron un tormento. Empezó con dificultades en la visión, no podía ver del lado derecho y la luz por ese lado se fue apagando. Luego la visión central y esto ahogo la luminosidad de los ojos. La enfermedad siguió progresando y los exámenes médicos no lograban comprender lo que sucedía. Hace 10 días se afectó el lenguaje y desarrollo una afasia nominal. Entendía lo que se hablaba, pero en el momento de definir o precisar el nombre la palabra precisa se fugaba y le obligaba a dar vueltas al tema. Le molestaba no encontrar el termino adecuado y en el bastón descargaba su ira. Su estado neurológico lo separo del entorno: ciego y sin poder comunicarse con definición.
Fue estudiado con seriedad y disciplina. Los exámenes solo demostraron una enfermedad vascular progresiva y en las dos resonancias se veía el cerebro como un firmamento azul lleno de nubes. Estas, las lesiones isquémicas de los accidentes vasculares que presento, y que comprometían las áreas responsables de la visión y del lenguaje. Se veían groseras en un cerebro sano. Las vías que llevaban el oxígeno fueron analizadas y en ellas la pan-angiografía demostró lesiones estenóticas en ambas vertebrales. Los estudios sistémicos dentro de limites normales y el marcapaso que utiliza solo tenia una efectividad del 10% cuando era encendido. Esta fue la presentación del accidente isquémico, múltiple, que lesionó la vida de este enfermo.
El Accidente Cerebro Vascular (ACV) se produce cuando se interrumpe o se reduce el flujo de sangre a una parte del cerebro lo que impide que reciba oxígeno y sus nutrientes. En tiempo muy corto, las células cerebrales comienzan a morir. Los accidentes cerebrovasculares son la segunda causa de muerte en el mundo y la primera en discapacidad. Hay una tasa de mortalidad del 28 y una prevalencia de142 por cada 100.000 respectivamente. Se calcula que en USA ocurren 700.000 casos nuevos/año.
Hay factores generales que modifican o condicionan la incidencia del ACV: distribución geográfica, sexo, etnia y mezcla de razas, nivel socioeconómico y contaminación del aire. No olvidar en nuestro país el papel que juega el analfabetismo en la evolución de la enfermedad. Con fines académicos y mejor comprensión se usa la clasificación en isquémicos o hemorrágicos con una incidencia de 80 y 20%. Es un problema mayúsculo en salud pública y gran dolor de cabeza para las autoridades lograr que las campañas se sigan en forma continua. Llegan, están un tiempo corto y tristemente desaparecen.
Los factores detonantes no han cambiado: la hipertensión arterial, el cigarrillo, las enfermedades arterioescleróticas y un grupo de desencadenantes que están clasificadas como otras y que incluyen enfermedades inflamatorias o entidades que las desencadene. El ACV ha tenido una transición epidemiológica y se presenta con mayor incidencia en jóvenes y de curso más grave. En estos pacientes buscamos el contacto o uso con drogas tipo cocaína y anexos.
El cerebro habla y se expresa de acuerdo con el área que se toque. Arteria como la cerebral media cuando se ocluye produce severas alteraciones en el lenguaje y motora, una pequeña rama la alteración en el habla será selectiva. La cerebral posterior tendrá alteraciones en la visión y el pronóstico por la lesión en tallo cerebral de la estenosis u oclusión de la vasilar es muy complejo. Lo importante es reconocer esta enfermedad y saber qué es una emergencia médica: se debe consultar de inmediato pues los grandes déficits están precedidos en un 25% por déficit leve (amaurosis fugax) a los cuales no se les presta atención.
El tratamiento inicial debe ser integral y comprometer a toda la familia. Las medidas preventivas y el control de los factores de riesgo es una necesidad por la salud del enfermo. La rehabilitación, tema difícil de tratar en el país, es una tarea muy complicada y que muchos de los enfermos abandonan antes de tiempo. No existen centros de rehabilitación en Colombia cuya misión sea reintegrar a este individuo a la sociedad. Los que hay, muy escasos, usualmente no están disponibles. Esto concluye tristemente la enfermedad de estos pacientes quienes descuidaron los factores de riesgo y terminan encerrados en sus síntomas.
Diptongo: tan fácil tomarse la medicina para la hipertensión arterial y caminar. Qué tragedia esta enfermedad.