Pese a que el sector de ciencia, tecnología e innovación debería ser el que impulse los desarrollos estructurales de la economía, en Colombia es el sector que menos presupuesto nacional recibe. Con el fin de subsanar esa situación, en el 2011 el gobierno de Santos promovió una reforma constitucional que permitiría financiar proyectos de investigación con el 10% de las regalías que recibía la nación.
Lo que en principio parecía una buena noticia fue eclipsándose cuando el Departamento Nacional de Planeación - DNP estableció que todos los proyectos financiados con recursos de regalías que quisieran acceder a fondos del sistema de regalías debían ser presentados bajo la metodología general ajustada o MGA, una metodología idónea para proyectos de inversión (construcción de carreteras, puentes...), lo cual hizo que en 2012 muy pocos proyectos fueran presentados a ese mecanismo.
Lo que para los funcionarios del DNP era una necesidad de crear un procedimiento homogéneo para hacerle seguimiento a cualquiera de los proyectos presentados al sistema de regalías, se convirtió en una pesadilla para la comunidad científica colombiana, pues los proyectos de investigación se asimilaron en su seguimiento y control a los proyectos de inversión.
Lo anterior es un error conceptual grave, pues mientras que un proyecto de investigación se sustenta en un estado del arte, un marco teórico y una metodología que ayuda a responder una pregunta de investigación, un proyecto de Inversión presenta la solución de una necesidad actual o futura, aprovechando los recursos disponibles por un grupo empresarial, y maximizando el rendimiento sobre la inversión. Algunos autores asimilan un proyecto de inversión a un “Plan de Negocios”. Es claro entonces que el riesgo o la incertidumbre en un proyecto de investigación es muchísimo mayor que el que se asume en un proyecto de inversión.
Pese a ello, el DNP sigue exigiendo que los proyectos de investigación que se presenten al sistema de regalías lo hagan siguiente la MGA. Lo triste es que como estos son prácticamente los únicos recursos públicos que existen para financiar las investigaciones, los académicos nos hemos plegado a ajustar los proyectos de investigación a la lógica de la MGA.
Ante esta situación absurda proponemos que el MinCiencias negocie con el DNP y, con la claridad conceptual de diferenciar entre proyectos de investigación y proyectos de inversión, impulse la estructuración de una MGA-Científica para que los investigadores puedan presentar proyectos al sistema de regalías sin tener que organizar su investigación como un plan de negocios. Para ello, se deberían considerar 5 criterios:
1. Reconocimiento de la forma en que la comunidad científica se está organizada (investigador, grupos, instituciones) de forma que garantice que con el capital humano y físico se logren las investigaciones propuestas.
2. Capacidad de que la investigación esté articulada con el capital humano que está haciendo doctorados de forma que se use de forma idónea a ese valioso recurso.
3. Compromiso de registrar los diferentes productos de propiedad intelectual ante las autoridades nacionales de forma que se vaya generando un registro público del conocimiento que se va produciendo.
4. Financiación para producir prototipos de forma que la investigación no se quede sólo en la publicación de artículos, sino que busque formas de verificar la viabilidad de producir series que impacten el mercado.
5. Compromiso con divulgar masivamente los logros que la investigación ha ido consolidando de forma que se impacte la apropiación social del conocimiento.
Estos criterios son básicamente los que tenía Colciencias hace un tiempo cuando, a través de esa institución, se financiaban gran parte de las investigaciones científicas. Igualmente, se requiere que se supere la necesidad de proyectar desde la formulación del proyecto de investigación metas certeras con las que los supervisores autorizarán los recursos. Lo anterior, debido a que la investigación científica tiene incertidumbres que el financiador debe reconocer, pues constituyen la esencia de la investigación científica.
Ajustar la MGA para que responda a las necesidades del sector de ciencia, tecnología e innovación es una tarea del ministro de ese sector. Lograr ese propósito le haría ganar un gran reconocimiento, pues ayudaría tremendamente a que los investigadores dejen de ajustar sus proyectos de investigación a los estándares de los proyectos de inversión para tener recursos que les permita continuar con sus investigaciones. Ojalá que el ministro Crissien aproveche esta oportunidad, pues para que un país entre en la era del conocimiento es necesario que haga unas inversiones importantes y estratégicas en el sector de ciencia, tecnología e innovación. No hacerlo a tiempo nos genera un rezago aún mayor al que actualmente tenemos con otros países
