El adusto Oscar Iván Zuluaga se contorsiona cuando de bailar se trata y vuelve a su cara de hombre atormentado, como si recordara que las artimañas (o fraudes?) de Santos le arrebataron la Presidencia. Su “bailao” es casi cantinflesco, frente al de su pareja María Fernanda Cabal (caleña), que incluye movimiento de hombros al estilo costeño.
El baile se volvió asunto de marketing político en el mundo. Bailan en público los presidentes de Estados Unidos y del planeta, para mostrarse menos aburridos y serios, “más humanos”, más reales. Quizá hacerlo aporte votos y en algunos casos se logra un motivo de campaña: “Venga a bailar con…”.
Algunos, sabiéndose buenos, buscan la oportunidad de mostrar sus habilidades dancísticas. Otros lo hacen bajo presión en algún acto público. La mayoría ante la invitación forzosa del anfitrión de la fiesta o algún espontáneo del encuentro público. Quedarse quietos, como un poste, mientras los demás bailan sería incómodo y hasta descortés.
Zuluaga –de Pensilvania, en la montaña caldense- no tuvo tiempo de practicar la danza. Quizá sea un buen billarista, distracción en los pueblos. O un buen escalador, entrenado en las cuestas de Manizales.
En la celebración del cumpleaños de la Cabal, Zuluaga expuso sus condiciones de bailarín espontáneo, y extrovertido hizo algunas musarañas realmente pintorescas. Bueno, casi aparatosas, por lo que se ve en el video y lo que me cuentan los asistentes al foforro.
Si la elección presidencial se definiera por baile, no ganaría la pareja uribista (Cabal-Zuluaga), ni siquiera con el refuerzo del expresidente Alvaro Uribe, que también es “amotro”, como dicen los jóvenes.
La gran pareja la conforman Antonio Navarro Wolf, que hace abstracción de su “pata de palo” y Claudia López. Los dos hicieron una “presentación” reciente, que resultó aplaudida, especialmente por la destreza del senador pastuso, quien perdió una pierna en un atentado cuando comenzaba el proceso de paz con el M-19, del cual era uno de sus líderes.
Navarro y López militan en la izquierda pero no son afines plenamente, ni en política ni en otras cosas. Pero bailando se acoplan perfectamente, algo así –exagerando- como lo hacían Travolta y Olivia Newton-Jhon en Vaselina (o Brillantina?). En la comparación, Antonio y Claudia serían nuestra pareja chibcha, bailando salsa caleña, no Grease. Aquí la pareja no vive una historia de amor por incompatibilidad de caracteres, pero sí un posible matrimonio político.
https://twitter.com/ClaudiaLopez/status/845777150871588865
Si el “bailongo” definiera la política, analicen ustedes cómo bailan otros personajes públicos colombianos:
https://twitter.com/MartinSantosR/status/896382545352413184
https://www.youtube.com/watch?v=LR1MIN4CvjU
https://www.youtube.com/watch?v=LBvVcSpkP4M
https://www.youtube.com/watch?v=6S1EyqD0ajo
No sobra comparar. Es inevitable. Miremos cómo “mueven el esqueleto” algunos políticos, mandatarios y estadistas del mundo , cuyos bailes quedaron grabados para la historia.
https://www.youtube.com/watch?v=cU2Dr48E0J0
https://www.youtube.com/watch?v=1wdkDFb0zdg
https://www.youtube.com/watch?v=3x__CdUbUC8
Si es bailando (vea los videos) gana la izquierda
Sáb, 12/08/2017 - 05:35
El adusto Oscar Iván Zuluaga se contorsiona cuando de bailar se trata y vuelve a su cara de hombre atormentado, como si recordara que las artimañas (o fraudes?) de Santos le arrebataron la Presidenc