Pobre Partido Verde.
Eran cuatro candidatos. Tal vez cinco, con Ingrid Betancurt. Una lista al Senado muy frágil, al borde del abismo legal si no logra el umbral. Y, como si algo faltara para apurar el desastre, quieren botar al dueño, que se frota la barriga en Santander mientras sus pupilos importantes trabajan para él.
No sobra recordar que los verdes (Peñalosa, Lucho Garzón, Mockus y Fajardo) aterrizaron de emergencia en ese partido que ostentaba personería jurídica, aunque “el propietario” –Carlos Ramón González Merchán- tenía directa relación con el atacado Luis Alberto Gil, del PIN (y antes de Convergencia). Le hicieron algunos retoques al nombre, acentuaron el color y lo higienizaron con las nuevas figuras, de renombre.
La ola verde creció tanto que llegaron a tener un pie en el Palacio de Nariño. Pero el candidato, Mockus, se encargó de desinflar ese globo, a punto de estallar como la panza de Roberto Gerlein.
El senador John Sudarsky dice que González Merchán, que ha sido el dueño del Partido Verde, de la personería jurídica y de la chequera, incita al delito electoral y es experto en saltarse la ley. Ha prometido retirarse de la dirección ejecutiva y tampoco lo ha hecho.
“Y tenemos entendido que tiene en Santander un verdadero feudo que utiliza, muy a menudo, para acceder a la contratación pública”.
Sudarsky no está diciedo nada nuevo. González es viejo amigo de Gil y versado en mañas y artimañas. Los verdes le pidieron la ruana prestada –sabiéndolo todo- y ahora se la quieren arrebatar. La entrada del movimiento “Compromiso ciudadano” (del gobernador Fajardo) se frustró precisamente porque pusieron como requisito su retiro.
-Posiblemente sí cometimos un error, admite Sudarsky.
“Es evidente que González sigue manipulando y prácticamente sacó a todos los jóvenes. La chequera del Partido está a su disposición. Esto se ha vuelto insoportable. Si el señor González Merchán no renuncia a la personería jurídica, no vamos para ningún lado. Creo que en estas circunstancias va a ser muy difícil que el partido logre el umbral”.
Los verdes tienen hoy otro problema. Se comprometieron con los progresistas a sacar a González y no han podido. De no hacerlo, esa coalición podría romperse.
Sudarsky piensa que Alonso Salazar tampoco entró al partido por culpa de González. Y difícilmente volverá Antanas Mockus en estas circunstancias. Hay algo peor: en algunos casos la gente se ha sentido amenazada.
La Dirección Nacional de esa fusión entre verdes y progresistas es inmanejable con cerca de 40 personas, el 55% del primer partido y el 45 de los amigos del alcalde Petro.
Sospecho –por lo que conozco del habilidoso González- que primero se irán Sudarsky y todos sus amigos, porque hoy –como ayer- tiene la sartén por el mango.
Réquiem por el Partido Verde
Lun, 25/11/2013 - 21:58
Pobre Partido Verde.
Eran cuatro candidatos. Tal vez cinco, con Ingrid Betancurt. Una lista al Senado muy frágil, al borde del abismo legal si no logra el umbral. Y, como si algo faltara para apur
Eran cuatro candidatos. Tal vez cinco, con Ingrid Betancurt. Una lista al Senado muy frágil, al borde del abismo legal si no logra el umbral. Y, como si algo faltara para apur