Nadie sabe con certeza cómo irán a jugar los partidos y movimientos políticos actuales, para competir por obtener representación en Cámara y Senado durante las elecciones en 2014, sin embargo, es claro que desde ya se empiezan a mover en esa dirección, algunos para aumentar su presencia y hacerse a las mayorías, otros lo harán únicamente para sobrevivir, conscientes de que su situación no les dará para más.
Aún así, lo que no parece lógico y coherente es que con el argumento de enfrentar a una lista en la que con toda seguridad participará el expresidente Álvaro Uribe Vélez, se pretenda desempolvar líderes que por decisión propia, habían decidido dar un paso al costado y permitirle a una nueva generación presentar sus nombres a consideración del electorado. Precisamente por lo anterior es que me pregunto, en el caso del liberalismo que quiere ahora promover las candidaturas de Horacio Serpa y el expresidente Cesar Gaviria para el Senado de la República, si es que este no cuenta en su interior con nuevas personas que sea capaces de hacerle frente a una lista de aspirantes que con su postulación, lo único que pretenden es conformar un grupo de presión que sirva para tapar y tapar todas las bajezas que se cometieron mientras fueron gobierno. Es difícil entender también cómo, si la izquierda cuenta con personas capaces de darle la pelea a una lista que tendrá como cabeza a una persona bastante cuestionada como Álvaro Uribe Vélez, no se pueda pensar en una reunificación, con miras no solo competir electoralmente, sino también a encabezar la oposición a un segundo período de Juan Manuel Santos, y por el contrario esté pensando en dejarle este papel a un grupo político que no cuentan con la suficiente autoridad moral para exigir buen gobierno y transparencia administrativa, y pasar a ser un partido político que solo se dedique a sobrevivir, cuando tiene todo a su favor para realizar una excelente tarea de control político desde el legislativo. Pero unidos con el movimiento Progresistas, y no cada quien por su lado. A los partidos y movimientos políticos les ha llegado el momento de dejar de pensar primero en sus intereses y proponer acuerdos con los pares que siente más afinidades, buscando una reagrupación que les permita obtener mayorías en cámara y senado, y así de paso evitar cualquier obstrucción y sabotaje a los proyectos e iniciativas que se hagan pensado en el pueblo, de parte de quienes llegan al legislativo arropados por un movimiento de derecha, nostálgicos de prácticas oscuras en la política, las mismas que ejercieron durante los ocho años que fueron gobierno. Precisamente por lo anterior, opino que el liberalismo y Cambio Radical no deberían pensarlo tanto y unirse, lo mismo que el Polo Democrático y el Movimiento Progresistas. No sé qué podría pasar en el caso de Mira, que aunque tiene figuras importantes y capaces de ejercer una labor como congresista, pensada para el colombiano de a pie, como bien lo ha hecho el senador Carlos Baena, no le veo posibilidades de fusionarse con otro. Y en el caso del Partido de Integración Nacional – PIN, prefiero no opinar, partiendo del hecho de que no creo que haya políticos con los cinco sentidos bien puestos, que quieran unirse a este grupo, por lo que estoy seguro que es mejor que estos sigan pensando en continuar haciendo el papel de la “amante escondida del Capitolio Nacional”, esa que todo hombre quiere y conoce solo a puerta cerrada, si aspiran a una reelección como movimiento político. Por último, los que hacen parte del Partido de La U, pueden estar tranquilos, porque esta colectividad sobrevivirá, mientras haya ponqué para repartir y mermelada para untar. Cambiando de tema, cuando se hacen acusaciones y señalamientos desde la institución, quienes estamos detrás de la barrera caemos en la trampa de creer que esto puede ser cierto y erróneamente seguimos el juego. En una opinión anterior dije que a Colombia le había llegado el momento de hacer una limpieza al interior de las Fuerzas Armadas y de Policía, cosa de la que no me arrepiento y por el contrario me reafirmo, porque no es posible que las instituciones que en nuestro país luchan contra la criminalidad, les sirvan de marionetas al crimen organizado, sin embargo, reconozco que al interior de estas existen personas integras, que llevan por delante la vocación de servicio al colombiano de bien, a quienes ofrezco mis disculpas, lo mismo a quienes sienten que han sido señalados injustamente como el General ( R ) de la Policía, Jesús Antonio Gómez Méndez, quien con papeles en mano ha demostrado no tener investigación alguna por malos procedimientos. @sevillanojaramiPartidos políticos unidos…
Mié, 30/01/2013 - 01:03
Nadie sabe con certeza cómo irán a jugar los partidos y movimientos políticos actuales, para competir por obtener representación en Cámara y Senado dura