El pasado abril, los países de la Unión Europea aceptaron restringir aún más el uso de ciertos pesticidas conocidos como neonicotinoides que, según estudios científicos, son dañinos para las abejas. Aunque es una buena noticia que pone al medio ambiente por encima de los intereses económicos de empresas, desde Greenpeace creemos que es un primer paso muy importante pero no suficiente para proteger los polinizadores en general. La solución integral es el paso a la agroecología, un modelo de agricultura sustentable y que respeta al medio ambiente.
En el mundo hay entre 25 y 30 mil especies de abejas. La polinización que realizan es fundamental para el equilibrio ecológico, nuestra seguridad alimentaria y la de las demás especies, aunque no lo sepamos. El 71% de los principales cultivos a nivel mundial y cerca del 90% de las plantas de flores silvestres dependen de la polinización por insectos. Sin estas especies, los frutos y las semillas no existirían.
Sin embargo, la humanidad parece no comprender la importancia que las abejas tienen para la biodiversidad. Pese a su vital función, poblaciones enteras de abejas están siendo seriamente afectadas a nivel global debido a varios factores como el cambio climático, la pérdida y deterioro de hábitats, los cambios en el uso de los suelos y, principalmente, el uso de herbicidas.
La mayor amenaza a la que se enfrentan los insectos polinizadores es a la muerte producto del uso masivo de agrotóxicos empleados en la agricultura industrial. Aunque se tomó un gran paso, hay otras sustancias utilizadas en la agricultura que continúan siendo un problema para estas poblaciones. Las investigaciones indican que muchos otros plaguicidas son una amenaza para las abejas, incluidos cuatro neonicotinoides actualmente autorizados en la UE (acetamiprid, tiacloprid, sulfoxaflor y flupyradifurona) y otros insecticidas como el cipermetrin, el deltametrin y el clorpirifos. Las autoridades y productores deben tomar medidas para reducir y eliminar progresivamente el uso de estos productos y apostar decididamente por la agricultura ecológica, la única solución con futuro.
La inversión en tecnología agroecológica es la mejor alternativa para producir alimentos de acceso popular y preservar el equilibrio de los ecosistemas: estudios demuestran que en las tierras sin quìmicos existen hasta un 34% más de especies vegetales y animales y en particular hasta 50% más de especies de abejas. Necesitamos una agricultura que se encuentre en armonía con la preservación de los suelos y los ecosistemas: el sistema actual basado en agrotóxicos no es sustentable ni respeta la vida de especies fundamentales como los polinizadores.
Por Hernán Nadal, Director de comunicación de Greenpeace Andino.
Las abejas, eslabón clave en los cultivos
Jue, 24/05/2018 - 05:20
El pasado abril, los países de la Unión Europea aceptaron restringir aún más el uso de ciertos pesticidas conocidos como neonicotinoides que, según estudios científicos, son dañinos para las ab