Durante los buenos gobiernos las bajas de popularidad son inevitables. El mismo Obama, uno de los líderes más valiosos, carismáticos e influyentes de la historia reciente de la humanidad, no ha tenido siempre la popularidad de su lado. La baja imagen favorable de Santos es una reacción negativa a las decisiones difíciles que ha tenido que tomar. No hay dudas que hacer la paz es más complicado e impopular que hacer la guerra. Está pagando el precio del ruido que quiere hacer la guerrilla con sus últimos actos de violencia.
El hecho de que la opinión favorable del Presidente baje no puede ser visto como una tragedia, todo lo contrario, es una oportunidad para hacer correcciones y mejorar. El Presidente no puede pasar por alto este hecho, debe aprender de estas dificultades y cambiarlas a su favor. Lo que si no puede permitir el gobierno es que haya un detrimento en el compromiso y cooperación necesarios por parte de la ciudadanía para que sus políticas sean eficaces. Atacar las causas de los problemas siempre es más difícil e impopular que atacar los efectos. Ya está demostrado que no bastó con el crecimiento económico para solucionar el problema de la pobreza, desigualdad y ausencia de oportunidades. Durante el gobierno de Uribe hubo tasas bastantes significativas de crecimiento económico, pero continuaron las agudas carencias en amplios sectores de la población. De nada sirve el crecimiento si no está encaminado al desarrollo. Llegar a ser uno de los países más desiguales del mundo es el más claro ejemplo de que este crecimiento económico había quedado estacionado en una exclusiva minoría. Muy contrario al modelo de prosperidad social de centro implantado por Santos, en donde en medio de una economía de mercado se busca una prosperidad social capaz de crear oportunidades equitativas para todos los colombianos. Sería deshonesto no reconocer que en el 2012 en Colombia se registró la tasa de desempleo más baja de los últimos 11 años; que la pobreza extrema bajó de 12.3% a 10.6% de 2010 a 2011 y la pobreza pasó de 37.2 a 34.1% de 2010 a 2011 (todo parece indicar que en el 2012 bajó más de 2 puntos porcentuales, los resultados salen en mayo). A pesar de haber una percepción de inseguridad vale la pena destacar que en el 2012 Colombia tuvo la tasa de homicidios más baja desde 1985. Estos, junto con la consecución de muchos más resultados, como la reducción significativa que se espera del déficit de vivienda y las miles de reparaciones a las víctimas del conflicto armado antes de terminar su mandato, son una evidencia del bosque que crece y seguirá creciendo. * Resulta bastante paradójico que el expresidente Uribe gracias a Santos, durante la operación Jaque, alcanzó el índice de popularidad más alto de sus dos gobiernos, y hoy con el gran empeño de Uribe, Santos tiene la opinión más desfavorable de su mandato. @jorgepiotrowski jorgepiotr@hotmail.com“Hace más ruido el árbol que cae que el bosque que crece”
Sáb, 23/02/2013 - 01:01
Durante los buenos gobiernos las bajas de popularidad son inevitables. El mismo Obama, uno de los líderes más valiosos, carismáticos e influyentes de la