En los Llanos y al sur del Lago de Maracaibo llaman tatucos a los montículos cónicos de varios centímetros de altura producidos por lombrices en bordes de bajíos y esteros, zonas donde la lámina de agua en invierno no es muy alta, por constituir los únicos regímenes climáticos de los suelos con suficiente humedad para aguantar las sequías de los largos períodos secos del llano. Los conos son erigidos en período de lluvia con las propias deposiciones, lo que les permite la respiración en zonas inundadas.
Cuando el ‘tatuco’ explotó, al lado de Luz Edith había otras seis personas, su prima entre ellas, quien con heridas en sus piernas la cargó y subió la loma para llevarla a la carretera, mientras le imploraban que cuidasen a su niña lesionada. Habían sido heridos por estas armas no convencionales, letales artefactos explosivos improvisados, con que las Farc atacan cabildos indígenas, poblaciones, comunidades, puestos de salud, iglesias, estaciones de policía e instalaciones militares. Se trata de granadas de mortero hechiza cuya metralla es infectada con heces humanas para causar daños más letales.
Todos los días, sus ayudantes se preocupan por mantener un arsenal completo de pertrechos a disposición del Señor de los Tatucos, como se le conoce. Él mismo contribuye a incrementar la munición, mientras se preocupa por manejar la parte política del movimiento.Tiene claro que la mejor defensa es un buen ataque, lo que baraja magistralmente, cual baza distractora.
El expresidente de los dos periodos se había dedicado a trazar planes de acción para su sucesor, de quien esperaba oficiara como un pelele, pero en quien encontró todo un mariscal de campo, dueño de sus propios planes de gobierno.
Trinando a punta de bombardeos de tatuco, se apresura a lanzar sus ofensivas en búsqueda de ocultar su pasado siniestro, el cual se remonta desde cuando su padre era el cuate de los capos del cartel de Medellín. No permite que su devele ni se pongan en la picota pública los pecados de su gobierno. Para mencionar solo unos pocos nombres, se tiene viviendo en Panamá a la reo ausente, la Coneja Hurtado, zarina de las chuzadas. El excomisionado de paz, Luis Carlos Restrepo huye de la justicia que le sigue los pasos tras desmovilizar falsos grupos de guerrilleros con la ayuda del guerrillero Olivo Saldaña, como los Bloques Cacica Gaitana y Norma Patricia Galeano y de los paramilitares de Cacique Nutibara a los cuales dotó de uniformes nuevos, armas hechizas y escopetas de fisto para aparentar ilegales a más de 15.000 individuos extras escogidos entre bazuqueros y ladrones de poca monta.
En la cárcel se encuentran, entre otros, su exministro de Agricultura Andrés Felipe Arias, alias Uribito, por haberle metido las manos a las arcas del Estado bajo el pretexto del programa Agro Ingreso Seguro, buena parte de cuyos beneficiarios regresarían a financiar a manos llenas las aspiraciones presidenciales de Uribito. Hacen fila para enfrentar los estrados judiciales, por el escándalo de la salud, el exministro, Diego Palacio, y otros como, Andrés Uriel Gallego ocho años Ministro de Transporte a quien se le recuerda por entregar en ese lapso menos kilómetros de vías de las que recibió, no obstante haber recaudado millones en peajes; también por su contubernio con los Nule y en especial por haber trabajado adjudicando contratos hasta las tres de la mañana todas las noches que antecedieron la posesión del Presidente Santos, el 7 de agosto de 2010.
No se debe olvidar la compra de su reelección mediante los buenos oficios de Sabas Pretelt de la Vega a través de prebendas para Yidis Medina y Teodolindo Avendaño, entre otros. Notarías a cambio de votos. Tampoco los negocitos de los hijos del ejecutivo, Tomás y Jerónimo, quienes salieron multimillonarios del gobierno de su padre, dueños de zonas francas por arte de birlibirloque. La dirección de Estupefacientes le sirvió para acabar de comprar al Congreso en su afán requeterrelecionista. Como el troglodita de Hugo Chávez Frías.
Como director de la Aeronaútica Civil, adjudicaba las cartas de vuelo de los carteles de Cali y Medellín, a través de su gerente de Planeación, César Villegas, alias el Bandi, quien sería asesinado en el año 2002.
No logró sacar adelante la segunda reelección, pues la Corte Constitucional se le atravesó en la trampienta.
Este es el momento en que tanto gobierno como la alta intelectualidad debe frenar esta andanada de tatucos. El Mantra debe consistir en no poner atención a sus trinos, tatucos de mala leche, donde pontifica sobre el presente y el futuro, lo divino y lo humano,para en su lugar exigir, que más bien se dedique a explicarle al país sus actuaciones durante los ocho años que duró la horrible noche. No caer en ese maquiavélico juego que de seguro diseñó José Obdulio Gaviria, primo hermano del mafioso Pablo Escobar y abogado del capo. Como será de empalagosa su avalancha de trinos, que el propio candidato presidencial de Venezuela le exigió mantenerse por fuera de esa contienda presidencial.
Como si fuera poco, News Corp., el gigante estadounidense de los medios de comunicación, propiedad del magnate Rupert Murdoch, anunció el martes haber propuesto su nombramiento para su consejo de administración. Al rey de las chuzadas le resultó un trabajo ni mandado a hacer para su perfil: dar lora todo el día y dedicarse a interceptar —chuzar— a importantes personajes del espectro mundial. Se encargaría de aliviar las finanzas de la publicación severamente afectadas por un escándalo de escuchas ilegales en Gran Bretaña.
@Sarandix
El Señor de los Tatucos
Sáb, 15/09/2012 - 09:02
En los Llanos y al sur del Lago de Maracaibo llaman tatucos a los montículos cónicos de varios centímetros de altura producidos por lombrices en bordes de bajíos y esteros, zonas donde la lámina