Arrancó la Política electoral

Jue, 24/01/2013 - 01:03
Calentó motores la política con el anuncio del Uribismo de lanzar listas a Congreso y Presidencia por fuera de las toldas de La U. Al anuncio de las huestes del expresidente, respondió el President
Calentó motores la política con el anuncio del Uribismo de lanzar listas a Congreso y Presidencia por fuera de las toldas de La U. Al anuncio de las huestes del expresidente, respondió el Presidente arengando públicamente a su Ministro de Vivienda para que se le mida a convertirse en contraparte de Álvaro Uribe. Cualquiera pensaría que Vargas Lleras quedó ungido por Santos como su paladín, pero se necesita no conocer al Presidente para entenderlo así. Lo que Santos está calculando es que para contrarrestar el prestigio de un Uribe que lo rebasa en las encuestas, lo menos malo que puede hacer, es emprender una especie de “operación avispa” poniendo líderes con votos propios, a encabezar las listas a Senado de la Unidad Nacional, para que traten de hacerle muescas al tronco de votación de Uribe, calculando que de mordisco en mordisco, cinco listas fuertes le quiten mucho de la torta electoral. La táctica también procura evitar que la campaña se polarice entre “el gobierno” y Uribe, al volverlo rival ya no del mandatario en ejercicio, sino de los generales de su “Estado Mayor”. Esa maniobra tiene la ventaja que si resultare medianamente exitosa, le daría a Santos una gran autoridad política; pero si fracasa, serán -Vargas Lleras en Cambio Radical, Serpa por el liberalismo, y los otros “pesos pesados” que lideren listas del Conservatismo, Verdes y PIN- quienes paguen individualmente el fracaso a cuenta de su prestigio personal y político. En ese panorama, Santos quedaría en libertad para recomponer gabinete y rebarajar las cartas del poder, pensando en su reelección, que sin un contrincante fuerte todavía tendría posibilidades. Por el lado del Uribismo también se mueve la cosa, pero algunos hacen malos cálculos:Los últimos días hubo gran protagonismo de los precandidatos del Uribismo. Lo cual activa el cotarro, pero manda un mensaje errado a una colectividad que en realidad no existe. Me explico: El Uribismo es una fuerza cuya espina dorsal es el liderazgo personal de Alvaro Uribe. Pero sin partido que los prohíje, sin estructuras regionales,sin un cordón umbilical común, esas masas fervorosas ante Uribe, pero obligadas a improvisar militancias, escogiendo entre precandidatos, empezarán a atomizarse y surgirán rivalidades que traerán desgastes y debates internos que, en el momento político actual, no son constructivos sino semilla de discordias tempranas que pueden dar al traste con la meta de edificar una colectividad sólida que cobije el pensamiento de Centro y se erija como oposición a un gobierno que se mudó a la izquierda del espectro. Si el Uribismo apela al más básico instinto de conservación, debe dejar de hablar de campañas presidenciales, para concentrarse a fondo en la realidad inexorable de la elección a Congreso -que es la que viene- con la meta clara de elegir una mayoría senatorial (solo posible con Uribe encabezando lista cerrada) para darle vida a un nuevo partido basado en ese hecho político. Ya con bancada sólida y la certeza constitucional de tener derecho a convertirse en partido político, por lo apretado que está el calendario electoral, la colectividad presentaría también por firmas su candidato presidencial, pero con respaldo de un gran número de parlamentarios, ( las inscripciones a Presidencia deben ser antes de las elecciones de Congreso). Hacerlo al revés, enfatizando en lo presidencial, es la mejor forma de dividir un electorado que aún no se guarece en un techo legal y político común, porque lo común es esa fe nacional mayoritaria en Alvaro Uribe que prueban las encuestas. Todo lo anterior se ve mas lógico si consideramos que Santos nunca será abanderado de la Izquierda Democrática por mucho que sus temas de gobierno sean inspirados en ese ideario. Porque los protagonistas históricos de esa ideología no tendrán la candidez, que tuvo Uribe con el propio Santos, para creerle esa súbita abyección izquierdosa que se apoderó del jefe del estado. Es decir, la Izquierda, con o sin proceso de paz “exitoso” va a llevar un candidato presidencial propio. Y no se equivoquen, será fuerte. Las sucesivas alcaldías y gobernaciones de la Izquierda, y otras elecciones donde poco a poco han tejido una base política, burocrática, clientelista e ideologizada, obligan a reconocer que una alianza de las izquierdas, liderada por un hombre como Antonio Navarro, que no despierta odios y es respetado hasta por los mas derechistas, tiene todas las posibilidades de convertirse en una opción real de poder. Si Santos termina mal pero se presenta a la reelección, si el Uribismo no elige una poderosa bancada parlamentaria que impulse fuerte un candidato viable, mi vaticinio es que Navarro Wolf tendrá la opción presidencial real que han buscado, él con buenos resultados en su paso por el poder, y la izquierda democrática con un destacado papel parlamentario, aunque dando tumbos entre pícaros y chambones en el ejecutivo. Pero Navarro no es lo uno ni lo otro, sino buen administrador, buen político, y un hombre con el talante justo para no causarle miedo a nadie, adornado por el halo romántico de haber sido compañero de cuitas de Bateman y Constituyente del 91. Los ingredientes perfectos para una gesta política estupenda están a la mano, pero será el talento de quienes cocinen lo que definirá la exquisitez del banquete que se avecina. @sergioaraujoc
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