Una vez más los colombianos del común debemos servir como público espectador de la tan ya famosa escena en la que algún actor político se defiende de acusaciones y señalamientos bajo el paraguas de la frase que se hizo célebre durante el Proceso 8.000: “Todo fue a mis espaldas”.
El turno ahora es para el Centro Democrático, protagonista una vez más de hechos encaminados a chuzadas, seguimientos e interceptaciones ilegales. Sus directivos hablan como si el señor Andrés Sepúlveda, contratado por ellos, hubiese sido un militante más en el partido, de esos que aunque van todos los días, sus miembros no lo distinguen, ni saben quién es.
Como era de esperarse a los señalamientos hechos por el hacker Andrés Sepúlveda, en las que deja ver una vez más la aparente intención de este partido político de sabotear el proceso de paz, y hacerse al poder presidencial, han sido negados por sus miembros. De hecho estoy segura de que si no existieran videos que prueban la relación laboral entre Sepúlveda y este movimiento, sus directivas en estos momentos estarían asegurando no conocerle.
Poco les ha faltado para salir a decir que Andrés Sepúlveda es un “bandido”, tal como lo hizo el Senador Uribe cuando Yidis Medina confesó haberse dejado comprar para favorecer con su voto la reelección presidencial, olvidando el legislador que meses antes la calificaba como “Hija de la Patria”.
Todo lo anterior hace ver que en realidad quienes actúan mal, son más bien quienes desde la política se prestan para este tipo de actos, mucho más, tratándose de algo tan delicado como lo es un proceso de paz, que bien podría ahorrarle al país un centenar de muertos, no solo del lado de quienes se enfrentan (guerrilla y Estado), sino también de la población civil, quien además ha tenido que soportar las consecuencias del desplazamiento.
Me cuesta creer que los oficios realizados por Sepúlveda, fueran desconocidos por los miembros de la campaña de Óscar Iván Zuluaga y por el mismo candidato, cuando finalmente era para ellos que él trabajaba. Puede ser que algo de lo que el hacker está diciendo no corresponda a la verdad, pero sí estoy segura de que mucho de lo que dice si puede ser cierto. Quizás así sepamos por ejemplo, de qué manera Uribe recibió las coordenadas para que se suspendieran las operaciones militares y permitir a un guerrillero de las Farc su salida hacia La Habana, y quienes más estuvieron detrás de este hecho.
También me cuesta creer que una persona que maneja las redes sociales en una campaña política actúe como un individuo aislado de los miembros directivos, cuando en la lógica, quien realice estas actividades, debe manejar los códigos y el lenguaje de la organización por la que fue contratado y para esto debe contar con el respaldo y confianza de sus superiores. Por esta razón resulta contradictorio que ahora los antiguos jefes políticos de Sepúlveda salgan a mostrarse sorprendidos por sus revelaciones. ¿Por qué no se sorprendieron cuando este les suministraba información del proceso de paz o de quienes consideraban sus contradictores?
Puede uno oponerse a los puntos y a la forma en cómo se están llevando los diálogos de paz; puede uno no estar de acuerdo en los tiempos en que se pueda incurrir; puede uno decir que no es el momento para dialogar y que a la ilegalidad es necesario combatirla y debilitarla aún más. Eso es válido y hace parte del juego de la democracia. Pero pretender sabotearlo, acudiendo a fórmulas y prácticas ilegales, eso ya es otro asunto, que por lo ilegítimo que es, merece que se abra una investigación de tipo penal y sancionatorio, no solo a quienes se prestaron a este suceso, sino al Centro Democrático como tal, y verificar si este modo de proceder hace parte de la política institucional del movimiento.
De otro modo será difícil, casi que imposible, erradicar esta práctica que parece haberse puesto de moda en el uribismo desde el momento en que se iniciaron las chuzadas en el DAS, que se hacían con el claro propósito de beneficiar al entonces presidente y hoy senador Álvaro Uribe, seguramente también a sus espaldas, y que al parecer, seguirán ejecutándola cuantas veces les sea posible.
No sé hasta cuándo les pueda durar la estrategia de negar los señalamientos de Andrés Sepúlveda, supongo que poco, porque cada vez se hacen más evidente la estrecha relación del hacker con la campaña del candidato del Centro Democrático.
Me temo que si esto hicieron en una campaña presidencial, sin duda alguna lo harán también en la próxima contienda electoral por alcaldías y gobernaciones, donde se encuentra el verdadero peligro al Proceso de Paz, hecho que el presidente Santos parece no haber calculado todavía, porque es claro que tras la firma de los acuerdos viene su implementación, la que se debe hacer en municipios y veredas y para esto es necesario que los mandatarios locales estén en línea con el gobierno nacional, por lo que pregunto entonces, ¿podría esto darse, si la mayoría las gana Álvaro Uribe? Recibo apuestas.
@ludyspalencia
¿Alguien conoce al hacker?
Vie, 29/08/2014 - 14:58
Una vez más los colombianos del común debemos servir como público espectador de la tan ya famosa escena en la que algún actor político se defiende de acusaciones y señalamientos bajo el paraguas