Por @Lauquiceno
La vida como actriz de Constanza Duque comenzó sin que ella lo supiera en las veladas teatrales que hacía junto a 12 hermanos en Manizales o en las primeras clases de teatro que tomó con Santiago García en la Escuela Nacional de Arte dramático. La vida como la mamá de las telenovelas colombianas comenzó cuando encarnó a Carmenza Suárez, una matrona paisa que logró conectar con miles de mujeres colombianas que no se perdían ni un minuto de 'Café', la telenovela escrita por Fernando Gaitán y dirigida por Pepe Sánchez. Hoy es Sara de Ávila, la mamá del Estilista del Canal RCN, una mujer diferente a la señora de escapulario y acento marcado de 'Café', pero siempre con ese instinto protector que la actriz ha encarnado durante años.
—He hecho mamás chistosas ('Laura Por Favor'), mamás divinamente ('El Inútil', 'El estilista') y lo curioso es que para el personaje de mamá que me cambió la vida, yo no estaba planillada. Primero intenté ser la madrastra de ‘La Potra Zaina’ y no quedé, quedó Celmira Luzardo, después escuché que estaban preparando una novela que se llamaba “Café” y pensé: “Tengo que estar en una novela que se llama 'Café', yo soy del eje cafetero, sé cómo hablan, se cómo son” y cuando pregunté me dijeron: “Ya está listo todo el elenco”. Insistí y de tanto insistir me llamaron a un casting. La persona encargada miraba una carpeta y me decía: “Usted se ve muy joven para este papel”, mientras comparaba fotos mías y de Margarita Rosa de Francisco. Al final me llamaron y mi personaje que sólo duraba dos meses, duró toda la novela. Un día le dije a Fernando Gaitán, ¿de qué me voy a morir y cuándo? Para ir buscando trabajo, y él me dijo: “No, la mamá de Gaviota va hasta el final.”
Son las tres de la tarde y Constanza se toma una aromática mientras se prepara para compartir su álbum de recuerdos con sus “hijos de ficción”, personajes que la volvieron memorables y algunas fotografías de ella como la cómica estadounidense Lucille Ball o Charles Chaplin. Un lugar especial tiene una imagen de ella y la actriz española Carmen Maura durante el rodaje de la película 'Sofía y el Terco' dirigida por Andrés Burgos.
Es histriónica, espontánea, una actriz de carácter y no una diva. En el momento de las fotos pide salir con un “trapo amarrado” en la cabeza y retocar el pintalabios rojo. Con una sonrisa reconoce la paradoja de interpretar en la televisión a todas las mamás que nunca fue.
Laura por favor, escrita por Fernando Gaitán y dirigida por Carlos Mayolo.
“Me parece muy curioso que la vida me ponga en esta carrera a ser todas las mamás que no fui” Repite el rol de mamá en 'El Estilista', ¿cuénteme sobre este personaje y lo delicado de interpretar a mujeres colombianas que han pasado por el secuestro de sus hijos? Lo primero que hice fue hablar con Clara Rojas de ‘País Libre’ y le conté sobre este personaje que estaba preparando para que me ayudara a contactar a estas mujeres. Me organizaron citas con mamás de secuestrados de hace veinte años, que nunca aparecieron y que ya no van a aparecer, pero una mamá no se convence de eso nunca hasta que no le entreguen unos huesitos. Les pregunté sobre su rutina, si dormían, y todas esas cosas que se ven en mi personaje hoy. Todas ellas me decían que el momento de la comida es un momento triste, porque una mamá siempre piensa, ¿le estarán dando comida? Y en el caso de Sara de Ávila en ‘El Estilista’, ella se tiene que ir creciendo porque las circunstancias van llevando a esta familia a una situación más extrema. ¿Y en algún momento pensó en ser mamá? Sí claro. Tuve ganas de ser mamá, pero en ese momento no se podía, o no había con quién porque tenía otras prioridades. Primero me fui a recorrer el mundo, después llegué a estudiar teatro, y ya después cuando dije: “Tengo mi vida organizada, ahora sí”, ya estaba muy entregada a mi carrera. Se me pasó el tiempo, no soy mamá, pero soy tía como de treinta. ¿Qué tan difícil es hacer un papel de mamá sin ser mamá? No soy mamá pero he sido hija toda la vida y soy maternal en muchas cosas. Soy muy mamá de mis amigos, de cocinarles y consentirlos. Durante las grabaciones mis compañeros me dicen que soy muy mamá, les llevo loncheras y reparto con todo el elenco. Sí alguien está enfermo le doy una pastilla. Pienso que además es una cosa muy de las mujeres paisas, a uno le enseñan esta cosa de proteger a los demás, de ser solidario. De preguntar, ¿ya comió?, ¿ya desayunó? Eso es muy paisa y creo que eso se transmite en los papeles. Tengo un referente muy grande que es mi mamá, Estrella Gómez, una mamá de 13 hijos. La mujer colombiana que se quita el pan de la boca para darle a los suyos."En el momento que quería ser mamá, el novio que tenía era un hombre que ya tenía dos hijos y era separado. No me decidí en ese momento"
¿Cuáles ventajas encuentra hoy en no tener hijos? No añoro tener un hijo hoy en día, porque siento que así tenía que ser, que la naturaleza fue muy sabia, porque pienso que tener un hijo es una responsabilidad muy grande y que ya con todos los hijos de la ficción que tengo es suficiente. No sé si hubiera podido con uno de verdad, porque ser mamá es un acto de entrega total. Yo sería la mamá más obsesiva y más cansona del mundo. A los hijos de ficción me entrego como si fueran de verdad. He sido la mamá divertida, la mamá horrible, la mamá chistosa, y me parece muy curioso que la vida me ponga en esta carrera a ser todas las mamás que no fui. Pasemos ahora al tema de la televisión hoy. ¿La fórmula del éxito para las telenovelas en los tiempos de Café es la misma de hoy? Pienso que la televisión de antes no se hacía para ganar rating, estoy pensando muy claramente en Café, en los proyectos de Fernando Gómez Agudelo en RTI, ellos querían contar unas muy buenas historias, si eso se veía reflejado en audiencias, mejor, pero el motor de una novela interesante no era ganar rating, ni hacer plata, era contar historias. No era esta industria despiadada que es hoy en día. Hoy todas las novelas desde su concepción están ligadas a la idea de rating, entonces se cae en el sensacionalismo. Si les "pegan" las historias de música quieren hacer veinte, y se vuelve un tema monetario. Yo estoy en crisis con la televisión y la televisión colombiana está en crisis. Cuando una producción no les da rating, la cambian de horario y hemos visto pasar productos maravillosos como “Allá te espero” a las 10 de la noche. El desempleo en el gremio de actores es altísimo, en este momento de 1.300 actores que estamos agrupados sólo hay 120 empleados. Entonces acabamos de formar un sindicato, cosa que no se había podido hacer en toda la historia de la televisión, creamos la Asociación Colombiana de actores (ACA), en la junta directiva están desde un Víctor Mallarino, Carolina Gómez y estamos ahí porque la situación de trabajo ha empeorado y los actores estamos muy desprotegidos. Pero me parece que de esta crisis algo tiene que salir, porque este año ya van tres realities, viene otro ‘Protagonistas de Nuestra Tele’. Y da algo de nostalgia porque la telenovela colombiana fue un ejemplo para América Latina. ¿Quién pensaba que una historia sobre el café se iba a vender en más de 80 países? ¿O qué ‘Betty la fea’ se iba a vender en 120 países? ¿Su participación en 'Sofía y el Terco' la anima a participar más en cine que en televisión? Lo que pasa es que la industria del cine es incipiente y hacer cine en Colombia es muy costoso. El problema grave con el cine en Colombia no son las programadoras, son las distribuidoras, entonces a los ocho días que la película tal no dio una taquilla tal la quitan. Están solamente las películas de Dago García que está demostrado que se venden. Me encantaría hacer más cine, pero amo la televisión. Los medios audiovisuales son muy poderosos, tú haces televisión un minuto y te ve un país. Puedes llegar a donde quieras y por eso tienes que ser muy responsable, puedes alinear a la gente o abrir puertas, ser la voz de muchos que no tienen voz.Con la actriz española Carmen Maura en 'Sofía y el terco'
¿Un papel que sacaría de su currículum? De pronto hace unos años hubiera dicho algún personaje. Hoy en día ninguno, porque pienso que cada personaje tuvo una razón de ser. Incluso Doña Bertha Hernández de Ospina, la esposa del Presidente Mariano Ospina, mi primer papel en televisión. Cada personaje es una maestra, la buena, la mala y algunos papeles que rechacé, llegaron por algo. Alguna vez le oí a un maestro una cosa muy linda: "Uno no tiene en la vida lo que quiere, sino lo que necesita" y lo estoy aplicando para los personajes que me llegan. Me encantaría una mujer popular y lo estoy esperando, personajes de la calle, de una empleada, de una mujer recicladora, una dueña de un burdel. Personajes que me reten como actriz.