
Daneidy Barrera Rojas, más conocida como ‘Epa Colombia’, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida desde que fue privada de la libertad en enero de este año. Condenada a cinco años y dos meses de prisión por su participación en actos de vandalismo durante el paro nacional de 2019, ella enfrenta ahora un grave deterioro en su salud física y emocional, según declaraciones recientes de su abogado, Francisco Bernate.
La empresaria fue detenida por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) poco después de salir de su peluquería en Bogotá, y actualmente se encuentra recluida en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá. Desde su ingreso al penal, su defensor asegura que las condiciones del lugar han impactado profundamente su bienestar.
“Ya no está en un lugar seguro, ni en un ambiente donde se sienta bien. El estado de ánimo de ‘Epa Colombia’ es muy bajo y su salud mental se ha visto muy afectada”, afirmó su defensa en entrevista con el programa Red Viral. El abogado describió una situación alarmante: una alimentación deficiente, dificultades para dormir, pérdida de peso y problemas dermatológicos. “No come bien, no duerme bien, la piel se le ha deteriorado y se ha adelgazado terriblemente”, dijo, en declaraciones recogidas por El Tiempo.
El aislamiento también ha contribuido a su deterioro emocional. Estar lejos de su entorno habitual, sin compañía cercana ni un entorno estable, ha profundizado su tristeza, aunque, según Bernate, la influencer intenta mantenerse ocupada para sobrellevar el encierro.
Otro motivo de inquietud es la seguridad dentro del penal. Aunque no ha recibido amenazas directas, Barrera no se siente tranquila entre las demás internas. Esta sensación de vulnerabilidad la ha llevado a insistir a su defensor que agilice el proceso para buscar su libertad anticipada.
¿Qué pasa con la hija de Epa Colombia?
La situación cobra una dimensión aún más sensible debido a la separación de Barrera de su hija, una bebé de menos de un año. Según el abogado, madre e hija solo han podido reencontrarse dos veces desde la detención. “La niña ha podido compartir con su mamá, pero ese no es el entorno ideal para una menor”, señaló Bernate, destacando la importancia de la conexión madre-hija y su impacto en el desarrollo de la pequeña.