Bernardo Hoyos Montoya y Guillermo Enrique Hoenisgberg Bornacelly, exalcaldes de Barranquilla, capital del Atlántico, fueron condenados a siete y nueve años de cárcel respectivamente por irregularidades en la contratación de la educación de un edificio para la Alcaldía.
La Fiscalía determinó que el contrato para la remodelación y adecuación de un edificio para el despacho de la Alcaldía Distrital, tuvo sobrecostos e irregularidades que evidenciaron un caso de corrupción por parte de los dos exalcaldes.
Según la Fiscalía, el contrato que en principio se pactó por 1.490 millones de pesos, tuvo adiciones en menos de seis meses por 1.495 millones de pesos, el doble del contrato. Cuatro años después se pagaron, al mismo contratista, más de 3.500 millones de pesos en obras adicionales.
“Dentro de las irregularidades demostradas, la Fiscalía evidenció sobrecostos. Por ejemplo, para la cancelación del contrato inicial se pagaría el 40% y con actas de entrega se abonaría el 60% restante; sin embargo, a los 3 meses de suscrito el convenio, y sin iniciar las obras, ya se había pagado el 94% del valor total”, señaló el ente acusador.
La Fiscalía también halló excesos como el cobro de 15 millones de pesos para aseo o instalación de campamentos de la obra.
En medio de todo el entramado de corrupción, también se evidenció que se realizaron contratos accesorios con obras que no estaban contempladas en el principal acuerdo. Entre ellos, se le autorizó al contratista realizar la planeación de la obra con un costo de 153 millones, cuando la Alcaldía contaba con Departamento de Planeación para tal efecto. Además, el contrato superó los topes de licitación que regían para la fecha.
“Los acusados, en una asociación criminal sin escrúpulos, crearon la figura del contrato accesorio para modificar los pliegos de condiciones y las ofertas, lo que rompió el principio de transparencia que debe existir en la licitación pública”, señaló el juzgado en su sentencia al condenar a los exalcaldes.