Pareciera que, en Europa, a falta de rey, bueno es bufón. Ver como un comediante de mal gusto maneja la agenda de la Unión Europea es algo preocupante y más aún si a ella se le suma el Reino Unido como recientemente ha ocurrido luego del episodio en la Casa Blanca del que el corrupto Zelenski salió, aparentemente, con el rabo entre las piernas luego de pretender colocarse por encima del mandatario de la potencia mundial imponiendo una agenda guerrerista en contra de los acercamientos de Trump con Putin para dar fin a una guerra que no debió darse nunca, como bien lo anotó el presidente de los Estados Unidos culpando a su predecesor, el también corrupto, Joe Biden.
Esa salida con aire de humillado de Zelenski, ahora me parece parte de una actuación. Ante lo avanzado que se encontraba un acuerdo para dar por terminado el conflicto, Zelenski tenía que ponerle una zancadilla. Sus intereses personales se verían muy afectados, empezando por tener que dejar la presidencia y no seguir recibiendo cuantiosas ayudas. Pero peor aún, tener que responder por los cientos de miles de millones de dólares que ha recibido durante los últimos tres años de los que quiere desentenderse alegando que no sabe en qué se fueron y que eran subvenciones de las que no tiene que responder. La perspectiva de un retiro con todo lo robado hasta ahora pareciera que no lo seduce, siendo un adicto al poder como les suele ocurrir a quienes acceden a él sin tener el menor mérito.
Donald Trump va a ser el dolor de cabeza de quienes han venido manejando los hilos tanto en su país como en el resto del mundo. Nadie se esperaba acciones tan claras y contundentes como las que ha emprendido en tan corto tiempo. Ya veremos quién sale vencedor de una contienda inevitable entre una agenda que se creía inmutable y un nuevo modelo que se le opone en todos sus puntos. De aquí pueden derivarse cambios sustanciales como la desaparición de la ONU y de otros organismos internacionales que se han impuesto en contra de cualquier principio democrático.
Me complace imaginar que si así fue el trato de Trump a Zelenski cómo lo sería con el mequetrefe de por acá si se le diese la oportunidad de confrontarlo y ponerlo en su lugar. Los que, como Maduro, Ortega, Petro, Lula y otros de esa calaña creyéndose amos y señores de sus países, consideran que pueden hacer lo que les da la gana en la región, la van a ver complicada con un presidente del talante de Trump que no soporta a bufón alguno. El encuentro con Zelenski deja una marca imborrable que pasará a la historia.
Se acabó eso de ir diciendo que huele a azufre y estar invitando a tomar whisky, como si se tratara de un amigote con el que no se tiene un mínimo respeto. Con Trump aténganse a las consecuencias. El inmenso poderío de USA se va a hacer sentir de una manera nunca vista luego de décadas en las que la condescendencia con las tiranías ha sido la constante. Por otro lado, las cumbres de los mandatarios europeos para discutir el destino de Ucrania serán un fracaso rotundo sin la garantía de los Estados Unidos.
Como mi interés está puesto en Colombia trato de descifrar en qué nos pueden afectar sucesos tan importantes en el campo de la geopolítica. Puedo intuir que si las cosas pasan a mayores y los europeos dejan de lado a USA en la resolución de la guerra de Ucrania la mirada del gobierno de Trump se pondrá en América Latina en donde hay suficientes problemas pendientes de solución entre los que resaltan la migración, el narcotráfico, la influencia de China y, muy especialmente, la estructura criminal de una izquierda progresista y comunista que tanto daño hace a nuestros pueblos.