Los cuidados especiales para la vagina son todo un tema en estos momentos, entre las tendencias que se relacionan con vaporizaciones y ejercicios para suelo pélvico para esta zona del cuerpo de las mujeres, incluso la labioplastia, cirugía que cambia la apariencia de la vulva. Además, hay masajes especiales, también conocidos como masajes yoni, que sirven para prestarle atención a la vulva.
El objetivo no es necesariamente llegar al orgasmo, en vez, se busca tener una mejor vida sexual luego del tratamiento, en algunos casos, se trata sobre cuidarse a sí misma al soltar dolor e incluso trauma que puede estar reteniendo en el área pélvica.
Si siente curiosidad, a continuación encontrará información más detallada sobre este tipo de masajes.
La palabra yoni, según la tradición tántrica, es vulva en sánscrito y traduce “portal secreto” o “cueva sagrada”, dice Isis Phoenix, una sexóloga somática que se especializa en masaje yoni.
“Un masaje yoni es una ceremonia en la que una persona invita a que toquen su vulva”, dice la experta. “Cuando invitamos al tacto, hay oportunidad de limpiar una sensación de energía”, dice que es un proceso terapéutico que busca ayudar a la gente a estar más consciente de su sexualidad.
El masaje funciona de la siguiente manera, Phoenix empieza su sesión con ejercicios de respiración profunda y trae la consciencia de su cliente sobre su cuerpo y piso pélvico. A veces ella les pide que rueden alrededor con una pelota de ejercicios para concentrarse más en esta área de su cuerpo. Ocasionalmente, ella usa tratamientos herbales para que sus clientes se relajen más.
Después de que la persona se calma, se recuestan sobre una mesa y la experta masajea su cuerpo usando aceites esenciales y aceite de coco. Este masaje también puede concentrarse en ciertas zonas erógenas, como los senos. Después de eso, ella estira los flexores de la cadera de la persona antes de seguir a la parte interna del masaje yoni.
Phoenix y su cliente se siente en una mesa en una posición de mariposa, las piernas de la cliente cubren las de Isis. Cuando la cliente está lista, Phoenix ubica sus manos que cubre con guantes en la vulva de la persona. Luego, ella le pide repetir los ejercicios de respiración, mientras toca suavemente los labios de la cliente. Durante esta parte del masaje, la sexóloga evalúa cómo se siente la cliente y le pide empezar a inhalar con su boca y exhalar por su nariz.
Si la persona lo desea, Phoenix pondrá sus dedos adentro para analizar cualquier tensión que tengan en la vagina. Cuando encuentra un punto apretado, ella presiona sobre él y pide a la clienta contraer sobre sus dedos, aguanta la respiración y la suelta.
Estos masajes se recomiendan para quienes quieran tener una experiencia cercana con su vagina y explorarla. Uno de sus propósitos es que la gente descubra nuevas áreas de placer. Aunque, según la experta, hay quienes buscan estos masajes por otra variedad de razones, como opresión incómoda en la pelvis, dolor pélvico crónico, superar un trauma o superar una ruptura amorosa.