La práctica Kunyaza se basa en la estimulación del cuerpo de las mujeres para que ellas logren la eyaculación femenina y un apasionado clímax.
Esta técnica es bien conocida para los habitantes de Ruanda, en el centro del continente africano, así es cómo las mujeres llegan fácilmente al orgasmo. Es una tradición milenaria, de hecho, tiene su propio mito que es trasmitido de generación en generación para los jóvenes que se inician sexualmente.
Los hombres que no son capaces de “hacer brotar agua” a sus parejas mediante estas técnicas usualmente son discriminados y usualmente tildados de faltar a su “autenticidad” masculina.
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En el Kunyaza es importante que exista confianza y ambos estén relajados. No es un botón mágico que hace sentir repentinamente un placer desmesurado, es la estimulación del clítoris y los órganos eréctiles de la vagina, que requiere un aumento de temperatura para obtener orgasmos femeninos más fuertes.
Para entender esta práctica es necesario dividirla en dos segmentos: la estimulación exterior y la penetración.
Para empezar, la mejor posición es que ambos estén con sus cuerpos encontrados de frente, el hombre se sienta en un lugar cómodo mientras la mujer se posa sobre su regazo. Es necesario que haya un juego previo para que en este punto ya se sienta cierta tensión sexual entre ambos, ambos están desnudos, pero todavía no hay penetración.
Las piernas de la mujer deben estar abiertas, mientras que el hombre toma su pene y con el glande (la cabeza) masajea los labios mayores y menores, de arriba abajo.
En ese momento debe haber gran excitación, entre más aumenta más se deben repetir los movimientos, rozando el clítoris y su capuchón, pero siempre evitando la penetración. Los besos y las caricias son un plus para que aumente la pasión entre ambos.
Para que la práctica del Kunyaza sea satisfactoria debe haber una excitación previa, y así estén en plena lubricación. En caso de que no sea así, se recomienda usar uno a base de agua, para que la vulva y el glande permanezcan húmedos, evitando alguna fricción que provoque dolor.
El objetivo es que esta estimulación intensa prepare toda la zona para el siguiente paso: la penetración.
Al llegar a un punto máximo de la excitación se procede a la penetración, el Kunyaza sugiere una técnica especial, conduciéndolo con una mano, el pene debe introducirse en la vagina parcialmente para que estimule las paredes vaginales y los labios interiores simultáneamente.
El hombre guía a su pene en círculos que rodeen la vagina, gozando cada pared y aumentando el ritmo con intensidad, pero delicadamente. Es posible penetrar a más profundidad de vez en cuando, pero evitando que el acto sea solo eso, el ritmo varía dependiendo de la respuesta sexual de la mujer.
Cuando la estimulación es correcta y se alcanza una conexión sexual optima, lo más seguro es que el orgasmo llegue en cualquier instante acompañado del llamado squirt, así habrán logrado un Kunyaza satisfactorio, una técnica que pueden implementar cada vez que lo deseen.