En las últimas horas, el noticiero Noticias Uno presentó una escandalosa conversación filtrada desde un grupo de WhatsApp para trabajadores de la Clínica Imbanaco, una entidad que presta el servicio de arrendamiento de consultorios a especialistas en la ciudad de Cali.
Uno de los comentarios de la publicación filtrada incluían este comentario de una mujer:
Aquí más de uno de puede delicar ... pero dan ganas de que vengas las autodefensas y acaben literalmente con unos 1000 indios , asi poquitos nada mas para que entiendan .. ai yo supiera dinde tengo que dar plata para que esto pase , allo voy volando , si alguien sabe me avisa
Hubo un pequeño error de edición por parte del equipo de Noticias Uno. Al publicar el cruce de chats entre la mujer y la periodista Juliana Ramírez, la implicada envió un comunicado para evitar que la nota se publicara marcó el archivo con su nombre. Los editores no borraron ese detalle y el primer nombre de la mujer quedó revelado en televisión nacional.
Los observadores usuarios de internet no perdonaron el error y averiguaron de quién se trataba: Juliana Andrea Rojas Neira, una médica que hizo su pregrado en medicina en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS), especializada en ortopedia y traumatología de la Pontificia Universidad Javeriana y subespecialista en cirugía de mano y miembro superior del Instituto de Ortopedia y Traumatología de Buenos Aires. Su teléfono personal y corporativos también se difundieron.
Cuando el escándalo estalló, la periodista publicó el comunicado de excusas públicas que había enviado la médica Juliana Andrea Rojas Neira. Según la profesional, dice que se dejó llevar por las emociones "en medio de la gran angustia y estrés ocasionado por el difícil momento en el que estamos sumergidos los habitantes de Cali".
La médica también aseguró que no sería capaz de hacer algo como lo que describió en el mensaje publicado y que "ese desafortunado comentario lo hice dentro de un entorno de colegas que consideraba cercanos", con lo cual sugiere que traicionaron su confianza con la divulgación del mensaje.
Finalmente, dijo que la situación ha causado que ella reciba amenazas y aseguró que teme por su seguridad y la de sus "pequeños hijos".
Con la información divulgada, comenzó un boicot en redes sociales que escaló a la vida real. Incluso, algunas personas llegaron hasta las instalaciones de la clínica para hacerle pintas con aerosol y mostrar descontento con el mensaje racista compartido por Juliana Andrea Rojas Neira.
Tras el incidente de orden público, la Clínica Imbanaco decidió pronunciarse en un comunicado. Allí indicaron que poseen un código de ética según el cual "ningún grupo de interés, sean proveedores, accionistas, empleados o prestadores de servicios de salud podrá discriminar o favorecer a los pacientes en razón a su filiación política, credo religioso, etnia, raza o preferencia sexual, por lo tanto, nuestro deber es prestar a toda la comunidad una atención humanizada y de excelencia".
Al concluir que el comentario no representa los valores de su institución ni el del resto de profesionales, anunciaron la decisión de acabar con el contrato de arrendamiento que había celebrado con la médica Juliana Andrea Rojas Neira.
Por su parte, el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) condenaron las declaraciones racistas de la doctora Juliana Andrea Rojas Neira. "Profesionales en salud con estos criterios, son los que ayudan a perpetuar las diferentes expresiones de violencia por las que atraviesa nuestro país, y al contrario, lo que genera son sentimientos de odio, miedo y desconfianza, colocando en riesgo la vida y la salud de los comuneros indígenas", dijeron a través de un comunicado.
Asimismo, esta autoridad indígena aseguró que "la hacemos responsable de los asesinatos de indígenas que surjan en el caminar de este Paro Nacional, porque con sus palabras incitan a atentar contra la vida, generando desarmonías en nuestros territorios" y pidió una copia del informe que arroje la investigación del comité de ética de la Clínica Imbanaco.