Carlos Andrés Carvajal, presidente de la Federación Nacional de Pirotécnicos estuvo en entrevista con KienyKe.com y contó cómo ha evolucionado el mercado de la pirotecnia en los últimos años: “Nosotros los pirotécnicos formales estamos en función de la vida y seguridad de las personas. Trabajamos por una pirotecnia responsable legal y segura. Hace 20 años la actividad de la pirotecnia era una actividad demasiado informal, irregular, solo en Bogotá había unas cuatro mil casetas y se vendía de manera desaforada la pirotecnia”.
Asegura que mucho ha cambiado gracias al trabajo de los pirotécnicos y su formalización. “No había regulaciones para la venta a menores de edad ni personas en estado de embriaguez. En el año 2001 nace una ley, la 670, que dice que la pirotecnia se puede ejercer, pero con protección a los niños”.
Según el presidente de la Federación Nacional de Pirotécnicos, el 80% de personas que se lesionan con pirotecnia es con cinco productos: los Totes, las mechas, los torpedos, los globos y las culebras, que son elementos altamente detonantes y son fabricados por la pirotecnia informal. Además, añadió que entre el 30 y el 40 por ciento de las personas que se lesionan están bajo los efectos del alcohol o sustancias psicoactivas.
Lamentan que las restricciones del gobierno afecten a la pirotecnia formal en Colombia: “Las autoridades castigan a empresas legales, que nos dedicamos a la pirotecnia de manera legal. No se hace control sobre las empresas informales que producen elementos altamente detonantes, que venden a menores de edad o personas en estado de embriaguez. Pueden tener hasta 20 o 30 gramos de carga pírica, que es prácticamente una bomba. La pirotecnia regulada no permite este tipo de productos”.
Para Carvajal, el uso responsable de la pirotecnia hace parte de las festividades navideñas y puede regularse para mitigar las afectaciones a la fauna silvestre y los animales de compañía: “desde hace tres años hemos venido pensando que la actividad de la pirotecnia se debe armonizar con el cuidado animal. Hemos hecho investigaciones que nos hacen ver como el fenómeno de la pirotecnia puede ser armonizado con el cuidado ambiental, especialmente el cuidado animal”.
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El presidente de la Federación Nacional de Pirotécnicos explica que trabajan en el desarrollo de elementos menos ruidosos para bajar el volumen y los decibeles de la pirotecnia, pues lo que más afecta a los animales son los golpes sorpresivos que se generan a partir de grandes explosiones.
Según cifras de investigaciones desarrolladas por la Federación de Pirotécnicos, no todos los animales se afectan con el uso de la pólvora: “En el caso de los perros más de un 50% no se afectan, un 30% se afecta levemente y tan solo un 20% presenta unos cuadros complicados. Son fobias que pueden ser presentadas por la pirotecnia u otros ruidos como cundo cae un rayo o una motocicleta estalla su exosto”, explica Carvajal.
Asegura que existen mecanismos preventivos para que los animales no se vean afectados por la pirotecnia: “Invitamos a los dueños de estos animales de compañía a qué traten a sus mascotas. Hay formas de estimularlos para que estos golpes sorpresivos se vuelva algo recurrente, cuando los animales se asustan, lo que se deje hacer es premiarlos, no trasmitirles el miedo. También se puede poner música para ocultar esos golpes sorpresivos”.
Frente al impacto de estos elementos pirotécnicos en las aves, Carvajal explica: “Nosotros consultamos a la Royal Sociality Protection of Birds. Ellos nos dicen que el impacto de la pirotecnia no presenta afectaciones importantes a la población de aves. Ellos recomiendan que la actividad de la pirotecnia no se desarrolle en reservas ambientales o en donde hay anidamiento de aves”.
Son conscientes de que sí puede haber un impacto a la fauna silvestre por la pirotecnia, pero por ejemplo en la plaza de Bolívar hay 10 mil aves y año tras año se hacen espectáculos de pirotecnia allí y esta población de aves sigue presente en el lugar.
Según Carvajal, muchos de los productos producidos por la pirotecnia formal no presentan un efecto nocivo para los animales: “Hay una gran diferencia entre productos formales y productos ilegales. Los productos formales están catalogados en tres categorías: hay productos que no contienen pólvora, como por ejemplo las chispitas, los dispositivos de humo, los lanza confetis, las velas volcán y son productos que su sonido es menos de 30 decibeles”.
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Otros productos que están en el mercado deben ser manipulados con precaución para evitar quemaduras; “Los productos categoría dos tienen unas cargas que tienen unas cargas píricas de acuerdo a las normas Icontec. Vienen con unas advertencias de seguridad y lo que hemos encontrado en investigaciones es que estos productos categoría dos no pasan de 97 decibeles”.
Existe una lista de productos categoría tres que solo pueden ser usados por profesionales para hacer grandes eventos y espectáculos. Son productos que su combustión es mucho mayor y por ende el riesgo es mayor. Estos espectáculos tienen una regulación y en los picos de un espectáculo pirotécnico pueden generar explosiones de hasta 120 decibeles.
Desde la Federación Nacional de Pirotécnicos hacen un llamado a no estigmatizar el uso de la pirotecnia y que esta pueda emplearse de forma sana, teniendo claro que ni los menores de edad ni las personas bajo los efectos del alcohol deben utilizar este tipo de elementos.