La soledad de las playas de Cartagena empieza a preocupar no solamente a las autoridades de la capital bolivarense sino también a todos los trabajadores que de una u otra forma dependen del turismo para subsistir. Los precios excesivos, las estafas y otros varios problemas han afectado la imagen de la ciudad como paraíso turístico y empieza a alertar sobre la importancia de cuidar a los visitantes para que regresen y recomienden la ciudad a otros viajeros.
Más recientemente, por ejemplo, se conoció una carta de una turista en la que además de señalar la importancia económica del turismo para la amurallada, enumeró los múltiples problemas por los que los viajeros, nacionales o extranjeros, no están visitando Cartagena.
“El turismo es la base de su apertura hacia los colombianos y hacia los extranjeros, pero las autoridades deben dedicarse a varias cosas importantes: la primera, educar a la población que atiende el turista para que no abusen de los precios de alimentos y bebidas, así como de otros abalorios”, inicia recomendando la turista, y quien más adelante señala que las trampas a los turistas sólo tienen efecto una vez.
“Concientizar a los nativos y al comercio de la ciudad que tienen relación directa o indirecta con el turismo, que la persona que están atendiendo puede ser engañada una vez, pero que no les volverá a comprar y regará la especie de que lo están “tumbando” en calles y playas”, acotó.
Así mismo, además de las problemáticas derivadas de la atención al público y los abusos tarifarios, otro problema que estaría registrando Cartagena es la falta de aseo en sus calles, y hasta el mal manejo de las aguas residuales, lo que le estaría restando valor en comparación con otros sitios dedicados al turismo.
Finalmente, la falta de orden en diversos aspectos urbanísticos estarían haciendo de Cartagena una ciudad poco amable con los turistas, empezando por la falta de delimitación para el uso de vehículos particulares en la parte histórica, donde las calles tienen el espacio justo para los carros y los peatones deben sortear todo tipo de riesgos.
“Puede empeorar el descenso de viajeros que llegan buscando el descanso y se encuentran con un territorio bulloso y difícil de conocer por el desajuste en las reglas de movilidad. Los carros en los andenes y los ciudadanos esquivando a cuanto chofer loco se mete por las estrechas calles sin necesidad alguna (...) Las vías totalmente faltas de señalización y sin las protecciones debidas”, agrega.
La situación es un llamado urgente para que las autoridades, en cabeza del alcalde Dumek Turbay y su equipo de gobierno, adelanten acciones antes de que Cartagena deje de ser en absoluto uno de los destinos favoritos de los nacionales y connacionales, y en cambio caiga en el desprestigio de quienes han ido y han sido víctima de estas y otras situaciones poco recomendables.