Luis Miguel Franco tenía 22 años y era un joven deportista de Bucaramanga. Jugaba fútbol desde muy pequeño y por su talento hizo parte de la división de menores de equipo de su ciudad.
Apenas llegaba de México, donde estuvo varias semanas con el fin de formarse y lograr convertirse en futbolista profesional, cuando, por un celular, delincuentes apagaron sus sueños para siempre.
El pasado martes 29 de junio el joven deportista de Bucaramanga estaba en el barrio Granjas de Provenza. Llegó a ese lugar en horas de la mañana para ir a entrenar junto con un amigo. Estando en la calle sacó su celular para avisar a su compañero que lo estaba esperando cuando delincuentes lo atacaron.
Dos sujetos interceptaron a Luis Miguel Franco y lo atacaron con arma blanca para robarle su celular. De acuerdo con las autoridades, el joven fue apuñalado en dos ocasiones, ambas en la región del tórax.
Tras el ataque con arma blanca, el joven deportista fue trasladado a la clínica Fosunab de Floridablanca. Pese a los esfuerzos del personal médico, la gravedad de las heridas le produjeron la muerte.
La noticia impacto a la comunidad, sobre todo a los entrenadores y deportistas con los que compartió en Bucaramanga. Algunos de ellos aseguraron que Luis Miguel Franco tenía un gran potencial en el fútbol por lo que sería una promesa para el deporte.
"Hoy le arrebataron la vida y los sueños a Luis Miguel Franco, todo por robarle su celular. "Qué estará pasando con la humanidad?, ¿Por qué cultivamos tanto odio y resentimiento?", escribió el técnico de fútbol, Germán Wandurraga, en sus redes sociales.
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Además, señaló el joven deportistas tenía todas las capacidades para convertirse en futbolista profesional y la posibilidad de ir a jugar una liga en México.
Las autoridades colombianas adelantan las investigaciones para establecer quiénes son los responsables de este hecho que apagó los sueños de un joven y enlutó a una familia santandereana.