Coljuegos ha tomado una decisión que pone un antes y un después en las redes sociales: de ahora en más los influenciadores y empresas que quieran hacer concursos y todo tipo de dinámicas que incluyan el azar como estrategia para captar seguidores, tendrán que contar con un permiso. Al igual que el Baloto, la lotería regular o cualquier clase de rifa corporativa a nivel nacional.
El tema es, que a pesar de que estos concursos sean aparentemente beneficiosos para los usuarios, ya que en ellos se juegan grandes sumas de dinero, vehículos, viajes y todo tipo de excentricidades, en Colombia se han presentado varios casos de estafa que han hecho que las autoridades tomen cartas en el asunto.
“Cualquier juego de suerte y azar que se realice en Colombia debe contar con la autorización del ente regulador de juegos de suerte y azar. El desconocimiento de la norma no exime de responsabilidad frente a las sanciones por operar sin autorización”, aseguró la entidad en un comunicado.
En línea con esa medida, Coljuegos señaló que para que un influenciador o empresa pueda realizar un concurso a través de redes sociales, tendrá que pedir autorización quince días antes del evento y “cancelar previamente a la autorización el 14% del valor total del plan de premios”. Recursos económicos que serán destinados al sector de la salud.
De acuerdo con Jhon Altamiranda, vicepresidente comercial de Coljuegos, incumplir esta normativa puede dar lugar a inhabilidad hasta por cinco años para operar juegos de suerte y azar, así como una multa de 100 salarios mínimos legales vigentes.
¿Alguien quiere pensar en los influenciadores?
Detrás de todo este gran anuncio, se esconde un peligroso fenómeno, que al tiempo está relacionado con la infinidad de formas de obtención de recursos a través de redes sociales. Cada vez con mayor frecuencia, empresas e influenciadores de todo tipo anuncian con bombos y platillos rifas y concursos en los que, más allá de su palabra, no son muy claras las reglas de juego ni la transparencia.
Los más famosos son los llamados “giveaway”, un tipo de concurso en el que el oferente rifa algo esperando una meta específica: más seguidores, ‘me gustas’, participaciones, reproducciones, entre tantos otros indicadores determinantes del éxito digital.
No obstante, este tipo de ofertas han sido denunciadas varias veces por supuesta estafa, bien sea porque se entregó el premio pero no fue lo prometido, porque se alargó excesivamente el tiempo de entrega o bien porque este simplemente jamás llegó a existir.
Como barco que navega contra la marea, el influenciador Nicolás Arrieta ha sido uno de los pocos que se ha dedicado a hablar de este tema, incluso desde mucho antes de que Coljuegos hiciera su anuncio. En repetidas ocasiones ha arremetido contra varios creadores de contenido por este tipo de concursos y las personas confían en él para enviar sus denuncias, al punto que se ha vuelto algo así como el “ente regulador” no oficial de los influencers.
Cabe mencionar que los Giveaways y demás concursos y rifas están lejos de ser las únicas dinámicas por las que los influenciadores han estado en el centro de atención de las autoridades. En el pasado, por ejemplo, también lo han estado por promocionar productos de belleza y salud sin registro Invima.
Uno de los casos más recordados es quizá el de las pruebas 'ProMed covid-19 rapid test', promocionadas por Elizabeth Loaiza, quien fue investigada por la Superintendencia de Industria y Comercio pues dicho producto no poseía registro Invima (aunque ella decía que sí).
Las cosas así, es importante destacar que los influenciadores y en general todos los actores del ecosistema digital están cada vez más en la mira de las autoridades para darle algo de control a este tipo de situaciones y velar por la seguridad de los internautas que muchas veces está a la deriva de información engañosa.