Este 4 de noviembre se celebra un nuevo aniversario de la fecha en que murió Alfonso Cano, el máximo líder de la guerrilla de las FARC que hace 10 años cayó en un bombardeo de la Fuerza Aérea en el departamento del Cauca en el marco de la “Operación Odiseo”, adelantada por el entonces gobierno de Juan Manuel Santos. Una operación un tanto polémica por haberse presentado de forma paralela a los acercamientos de paz entre el Estado y dicha organización guerrillera.
De Alfonso Cano se han dicho muchas cosas: que fue el artífice de los posteriores diálogos y acuerdos de La Habana, que era uno de los pocos ideólogos que aún se mantenían en las filas de las FARC; así como también se le ha revisado con dureza por una trayectoria al margen de la ley que llegó a registrar varias condenas e investigaciones por una gran variedad de delitos. Sin embargo, este año ha nacido una nueva teoría que dice que Alfonso Cano “fue asesinado fuera de combate”.
La afirmación fue hecha por los senadores del partido Comunes Victoria Sandino e Israel Alberto Zúñiga, ambos también firmantes de la paz, quienes radicaron un solicitud ante la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV) por medio de la cual buscarán aportar elementos probatorios que, según ellos, podrían cambiar la historia oficial sobre la manera en la que murió el líder guerrillero.
“Tenemos los elementos para afirmar que Alfonso Cano fue ejecutado fuera de combate, desarmado y en situación de indefensión, en una grave infracción al Derecho Internacional Humanitario y queremos presentar ante la Comisión de la Verdad y al país, este aporte, esperando que la contraparte responsable de estos hechos hagan lo propio”, asegura el comunicado de los congresistas.
Dentro de los argumentos presentados al padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión, Sandino y Zúñiga aseguran que lo que le habría sucedido a Cano haría parte de una serie de “comportamientos sistemáticos del Estado colombiano en acciones que podrían enmarcarse en crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y graves infracciones al DIH”. Algo que por supuesto ha suscitado un verdadero revuelo en redes sociales por parte de algunas personas que reciben la noticia como un insulto para las víctimas por parte de los firmantes de los acuerdos.
Alfonso Cano, ¿el arquitecto de la paz?
En el otro lado de la torta, lejos de la teoría de Sandino y Zúñiga, varios congresistas del partido Comunes, incluyendo a su líder Timoleón Jiménez, ‘Timochenko’, le rindieron un sentido homenaje a Alfonso Cano. Cabe destacar también que muchos de ellos confluyeron en un calificativo que ha resultado bastante polémico: “el arquitecto de la paz”.
Por su lado, Timochenko fue duramente criticado por un tuit en el que, entre otras cosas, aseguró: “Su muerte fue ordenada mientras ponía las bases para el diálogo que daría lugar al Acuerdo de Paz. Su legado es inmortal, como inmortal es el sueño de paz con justicia social que estamos construyendo”.
En un trino posterior, el ahora líder político arremetió contra sus críticos señalando que así como la guerrilla ha reconocido sus crímenes, “el Estado debe hacer lo propio”.
De igual manera, se presentaron varios pronunciamientos por parte de las cuentas oficiales del partido Comunes y algunos congresistas que, como ya es costumbre, rinden homenaje a sus compañeros caídos en combate en el marco del conflicto armado.
Al igual que en esta ocasión, en septiembre de este año un homenaje de varios congresistas al también abatido Mono Jojoy generó una verdadera tormenta en redes sociales, ya que muchos no estuvieron de acuerdo en que personas que aún están en un proceso de verdad y perdón con las víctimas del conflicto celebrasen la vida de alguien al que se le atribuyen varios crímenes de la extinta guerrilla de las Farc.
Por otro lado, también es verdad que esta situación lleva al máximo todos los sentimientos que suscita y seguirá suscitando la implementación del proceso de paz, que ha tenido un camino un tanto ajetreado y en la que tanto un bando como el otro han sentido situaciones que consideran injustas y en el que pesan, de una forma u otra, más de 50 años de odios, enfrentamientos y pérdidas humanas.