Hoy por hoy son muchos los mensajes que circulan en redes sociales y medios de comunicación sobre las distintas vacunas que existen contra el coronavirus. No obstante, quizá el comentario más polémico por estos días en Colombia ha sido el de Gonzalo Guillén, quien aseguró el pasado jueves por Twitter que la vacuna Sinovac es la “de los pobres”.
“Sinovac, la vacuna china, es la barata, la del gobierno. La de los pobres”, afirmó el periodista en un trino que borró tras el disgusto generalizado de sus lectores.
Aunque el mensaje de Guillén ya no se encuentra disponible en la red social, todavía hay muchas personas que discuten en redes sobre si el periodista bogotano tiene o no la razón sobre sus afirmaciones. Por supuesto hay polos en la discusión: quienes consideran sus afirmaciones como irresponsables al contradecir la posición científica o quienes lo apoyan por cuestionar la eficacia del fármaco de Sinovac.
El mismo día, Gonzalo Guillén tuiteó de nuevo contra esta vacuna, esta vez asegurando que “se están contagiando los adultos mayores vacunados con dos dosis de Sinovac”. Para respaldar sus afirmaciones, el periodista contó que un amigo le había asegurado que de tres casos cercanos de personas que habían completado su ciclo de vacunación con este fármaco, dos han fallecido.
En otro tuit, para tratar de reforzar aún más sus palabras, el investigador colombiano citó un artículo del New York Time que se titula: “El aumento de los contagios de COVID-19 en algunos países que usaron vacunas chinas genera dudas sobre su efectividad”.
No obstante, el mismo artículo lo contradice. Según los casos documentados en el texto periodístico del diario estadounidense, “las dudas” en ningún caso llegan a ser concluyentes frente a la efectividad de la vacuna Sinovac. Lo que es más, durante todo el artículo no se da un solo dato que respalde que este fármaco esté relacionado con el aumento de mortalidad en los países, mientras sí está presente una buena cantidad de información que respalda las dudas sobre su eficacia al momento de evitar los contagios.
“Los científicos no saben con certeza por qué algunos países con tasas de inoculación relativamente altas están sufriendo nuevos brotes. Las variantes, los controles sanitarios que se flexibilizan muy rápido y el comportamiento descuidado después de la primera dosis de un régimen de dos inyecciones son algunas posibilidades”, afirma la periodista Sui-Lee Wee, autora del artículo del NYT.
Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reiterado durante todos estos meses de inmunización mundial que “ Las vacunas, por sí solas, no acabarán con la COVID-19”, sino que por el contrario “en el futuro cercano deberemos seguir llevando mascarilla, manteniendo una distancia de seguridad, evitando aglomeraciones y aplicando otras medidas sanitarias”, según afirma en su web.
Dentro de las vacunas de “uso de emergencia” avaladas para su aplicación por la OMS, se encuentran la Sinovac, Pfizer, Astrazeneca, Janssen, Moderna y Sinopharm. De estas, las primeras cinco ya se encuentran en gran cantidad en Colombia. La vacuna Sputnik, de origen ruso, aún no cuenta con permiso de la OMS, aunque posee permisos especiales de uso en algunos países.
Pero no hay que ir tampoco tan lejos para hallar comentarios en contra. Navegando por Twitter, se pueden hallar encontrar posiciones como la del tuitero Julio Medina, doctor, profesor de enfermedades infecciosas e investigador de la Universidad de la República de Uruguay, citado más de 400 veces en artículos científicos, que apoyan la seguridad de la vacuna de Sinovac en cuanto es un fármaco “con pocos efectos adversos”.
No obstante esa información, el periodista Gonzalo Guillén se rehúsa a confiar en la vacuna Sinovac, razón por la cual se cuestiona en su Twitter: “¿A cuántos cacaos, ministros, expresidentes, generales, etc, los han vacunado con la china?".
“El virus chino del Covid no es chimbo pero la vacuna china sí es chimba. China es una dictadura comunusta oprobiosa en donde la verdad absoluta es lo que diga el régimen”, afirmó el periodista en su Twitter el pasado jueves.
De igual manera, la opinión desconfiada de Guillén no se limita a Sinovac, sino que también se extiende a la vacuna de Astrazeneca. Incluso en varias ocasiones hace uso de su humor para expresar sus críticas frente a dichos fármacos.
El periodista Gonzalo Guillén, famoso por sus investigaciones políticas que han sacado a la luz una gran cantidad de escándalos de corrupción y alianzas entre las mafias y el Estado, ya había sido cuestionado por sus informaciones sobre salud.
En marzo del presente año, por ejemplo, fue refutado por Colombia Check, un portal de verificación de información que reveló que el periodista había sustentado una acusación sobre costos de las vacunas en una cifra falsa.
Según el portal, Guillén aseguró que para entonces el Gobierno Duque habría gastado 2 billones de pesos en la adquisición de apenas 1’467.000 vacunas, jurando como fuente al diario El Espectador. La información fue desmentida por Juan Carlos Rincón, periodista de dicha casa editorial y miembro del equipo de La Pulla.
Finalmente, Guillén afirmó que el portal Colombia Check era afín al Gobierno y que por lo tanto no le concedía “credibilidad ni reconocimiento”. Juan Carlos Rincón respondió: “El problema de los egos frágiles”.