La noticia del ofrecimiento de contratos equitativos para hombres y mujeres que conforman las selecciones nacionales de Estados Unidos, ha generado una verdadera conmoción entre los seguidores de este deporte que perciben esto como un triunfo histórico de la igualdad de género.
“Creemos firmemente que el mejor camino a seguir para todos los involucrados, y para el futuro del deporte en los Estados Unidos, es una estructura de pago única para ambos equipos nacionales senior. Esta propuesta garantizará que los jugadores de USWNT y USMNT permanezcan entre los jugadores de selecciones nacionales senior mejor pagados del mundo”, aseguró la Federación de fútbol de Estados Unidos en un comunicado.
Por esa razón, dicha organización “ofreció propuestas de contrato idénticas para cada Asociación de Jugadores, con el objetivo de alinear las selecciones nacionales senior masculinas y femeninas bajo una única estructura de convenio colectivo”.
La medida fue anunciada el pasado 26 de agosto en medio de la conmemoración del día de la igualdad de la mujer y para entenderla hay que tener en cuenta la lucha emprendida desde hace meses por varias jugadoras (algunas de las mejores del mundo) para lograr igualdad salarial y premios en metálico similares a los ofrecidos en los certámenes FIFA de hombres.
Sobre este último punto, la Federación estadounidense fue enfática en asegurar que “no aceptará ningún acuerdo de negociación colectiva que no dé el paso importante de igualar el dinero del premio de la Copa Mundial”. Un verdadero hito histórico, que marca un antes y un después sobre la forma de tomar acción en pro de la igualdad de género.
Sin embargo, esta decisión (que aún está en negociación con los sindicatos de fútbol masculino y femenino de ese país) no es un tema al azar, sino una historia que se comenzó a escribir desde marzo de 2019 luego de que las futbolistas, encabezadas por Alex Morgan, demandaran a la Federación por lo que consideraban serias inequidades en su contrato colectivo con respecto a los hombres, razón por la cual pedían una indemnización de 64 millones de dólares y tres más de intereses.
Un reclamo de pago que fue desestimado en 2020 por el juez federal Gary Klausner; mismo que permitió continuar parte de la demanda que exponía condiciones discriminatorias. Un trámite que sigue en curso y sería resuelto entre finales de este año y principios de 2022.
Igualdad salarial en el fútbol femenino colombiano
Mucho se ha hablado de cuáles son los jugadores mejor pagos de la Selección Colombia. Aproximaciones que parten de sus sueldos base en los clubes nacionales o internacionales en los que debutan, ya que más allá de los premios en torneos, los guerreros y guerreras de la tricolor no perciben dinero por dejar todo en la cancha.
Dejando claro eso, es importante entender que para un deportista el ser convocado a la Selección es más un beneficio publicitario y de reputación: promoción gratis, irse arriba en los precios del mercado de jugadores, mejorar considerablemente su perfil y empezar a sonar en clubes internacionales, así como la ilusión de mantener viva a una fanaticada que empiece a relacionar nombres con identidad nacional (como el fenómeno Ronaldinho en Brasil, CR7 en Portugal o la propia Alex Morgan en Estados Unidos).
Aún así, son muy diferentes las condiciones en las que llega una mujer a un hombre a la cancha con la Selección. La diferencia de sueldos entre los clubes masculinos y femeninos es abismal y dicha desigualdad también aplica para los premios de certámenes internacionales.
Para tener un referente, pesos pesados (en términos salariales) como James Rodríguez, Yerry Mina o Falcao García, ganan en sus clubes en Europa y Asia, ocho, siete y cinco millones de euros mensuales, que además pueden aumentar en función de bonificaciones. La lista de ahí para abajo sigue y tenemos ejemplos como Yairo Moreno, que en el fútbol mexicano percibe un sueldo de 9.628 euros.
En cuanto a las mujeres, la situación es bastante diferente, empezando porque son pocas las que logran conquistar el fútbol internacional y en el plano nacional se ven afectadas por sueldos bajos (o inexistentes), así como por una liga poco fructífera en el plano profesional y que además es de mucha menor duración que la de los hombres (pues se desenvuelve en menos de dos meses).
Además, de acuerdo con lo asegurado por la arquera Vanessa Córdoba a Pulzo, mientras muchos futbolistas hombres pensaban durante la pandemia cuándo iban a jugar, sus compañeras estaban preocupadas por cómo subsistir.
“En promedio, me atrevería a decir que el sueldo en el fútbol femenino está en 1’200.000 o 1’500.000 pesos”, aseguró la atleta al medio, precisando que en algunos clubes incluso el tema de los contratos es más la excepción que la regla.
Situación diferente, por ejemplo, la de jugadoras como Leicy Santos, que ha logrado salir a brillar en el fútbol español y hoy por hoy juega en el Atlético de Madrid. En días anteriores, se anunció que en España los clubes femeninos ofrecerían como sueldo mínimo 14 mil euros en la entrante temporada, mientras que las jugadoras demandaban al menos 17 mil.
Es precisamente ahí que el argumento del mérito flaquea, cuando se tiene en cuenta que ni siquiera ganando torneos, ni siquiera ganando mundiales, las jugadoras del fútbol profesional femenino logran obtener los beneficios de los hombres. O que lo digan las estadounidenses, campeonas de la Copa del Mundo 2019, un torneo para el que la FIFA destinó 30 millones de dólares… frente a los 400 millones de los hombres en 2018.