Es la figurita que falta en el álbum. A la constelación de estrellas que ya visten la camiseta de Real Madrid, se le podría sumar un jugador que para muchos, es el elegido a recibir el legado de Cristiano Ronaldo. A pesar que no es derecho como el portugués, este polivalente futbolista es capaz de emular a CR7, con gran velocidad, excelente pegada y una técnica increíble. Este genio, que puede aterrizar en Madrid en los próximos días, no es otro más que el galés Gareth Bale.
Tottenham no lo quiere dejar ir. Esperanzado en treparse a la cima de la Premier League, los “Spurs” planean mantener a Gareth en su plantilla, pero este ya ha tomado una decisión. A pesar de la gratitud, el zurdo galés no tiene otra meta que jugar la próxima temporada en Real Madrid. La decisión ya la conocen los dirigentes ingleses, sobretodo el presidente Daniel Levy, que en cierta ocasión le prometió dejarlo ir.
Pero como el Faraón en tiempos de Moisés, Levy parece arrepentido de liberar a su joya. Increpando a Real Madrid por querer sonsacar a su jugador, o incluso tratando de seducir al crack con duplicarle el sueldo, el presidente da patadas de ahogado, hasta el punto de cansar al jugador. Bale no soporta más la situación y ha ingresado al despacho presidencial con una sola petición: “Cumple tu promesa y negocia”.
Aun cuando otros equipos han querido pescar en río revuelto, Manchester United por nombrar alguno, el lateral devenido en atacante, solo tiene ojos para el club español. ““No me interesa el Manchester United ni ningún otro equipo. Sólo quiero jugar en el Madrid”, sentenció Gareth Bale en la nombrada reunión. Contra las cuerdas, Levy tiene en su mente aquel dicho que recita “del ahogado, el sombrero”.
Cien millones de euros, es la cifra que quiere sacar el presidente de Tottenham por el traspaso del español. De ser así, será el valor más alto nunca antes pagado por algún jugador. Si Real Madrid no quiere pagar ese dinero, la rebaja que le harían sería de 3 millones, vendiéndolo en 96 millones más uno más. ¿Por qué así? Porque el uno sería la diferencia que se haría con el traspaso de Cristiano Ronaldo, cuando dejó Manchester para vestirse de Blanco. En cualquier caso, Bale se irá y Levy hará historia, y debe apurarse, no vaya a ser y le caigan las diez plagas de Egipto al club de White Hart Lane.
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