En medio de la Cuarta Reunión de la Conferencia de Ciencia, Innovación y TIC, un encuentro regional sobre de la CEPAL, el presidente Gustavo Petro habló acerca de la Casa de Nariño, actual sede de la Presidencia de la República.
En medio de su discurso, al primer mandatario colombiano aseguró que, si fuera por él, ‘tumbaría’ este icónico edificio que sirve como palacio presidencial y se trasladaría a un lugar más abierto al pueblo.
Por mí, lo tumbaba –ya verán cómo salen los titulares– y hacíamos una cosa que sea democrática y popular, con los patios abiertos y donde la gente fluya y donde pueda ver a los funcionarios sin que se oculten en estas penumbras frías, haciendo quién sabe qué.
Frente a esto, César Lorduy, magistrado del Consejo Nacional Electoral, realizó una curiosa invitación a Gustavo Petro e indicó un posible nuevo lugar para que funcione como la nueva sede de la Presidencia de la República.
Se trata de la sede alterna de la presidencia que está ubicada en la turística ciudad de Cartagena, una amplia propiedad en donde se suelen recibir mandatarios de otros países que, entre otras cosas, está junto al mar caribe.
“Presidente Gustavo Petro, no tumbemos la Casa De Nariño. Le sugiero que modifiquemos, tal como lo propuse en el pasado, el artículo 47 de la Ley 768 de 2002, para que la sede alterna de la Presidencia en Cartagena, sea para todos los efectos, y no solo para actividades protocolarias”, agregó el magistrado en su cuenta de X.
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Hasta ahora, esta propuesta no ha vuelto a ser abordada por el Gustavo Petro, no obstante, esta no sería la primera vez que el mandatario colombiano critica los edificios en los que se establecen los poderes en Colombia, calificándolos como “fríos” y “tristes”.
¿Cómo nació el Palacio de Nariño?
Lo que ahora es la casa presidencial, en tiempos pasados, fue el lugar de nacimiento de Antonio Nariño, una de las figuras más importantes de Colombia y su proceso de liberación frente al reino de España.
No obstante, después de que esta figura histórica viviera aquí, otras familias adineradas de la ciudad ocuparon esta vivienda hasta que, en 1885, el presidente Rafael Núñez decidió comprar la propiedad y volverla la sede de la presidencia.
Una vez esta propiedad se convirtió en el edificio más importante de la rama ejecutiva, varios presidentes adelantaron remodelaciones en donde se le construyó un segundo piso en 1906 y se renovaron los jardines en 1974 bajo el Gobierno de López Michelsen.