Un artículo del Washington Post, escrito por
Ishaan Tharoor, titulado ¿Qué pensaban los estadounidenses de los refugiados judíos en la víspera de la Segunda Guerra Mundial?, causó un verdadero revuelo en Estados Unidos.
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Tharor comparó el actual rechazo de varios e influyentes sectores de su país contra los refugiados sirios e iraquíes, que huyen del Estados Islámico, con el que los estadounidenses tuvieron contra los judíos al principio de la Segunda Guerra Mundial cuando se empezaban a conocer los horrores de los nazis contra el pueblo de Israel.
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Con una gráfica el autor de la columna ilustró lo que en los albores de la Segunda Guerra Mundial pensaban en Estados Unidos de los refugiados políticos, entre los que abundaban los judíos.
En julio de 1938 se le preguntó a los estadounidenses: ¿Cree usted que se debe permitir la entrada a EEUU a refugiados políticos provenientes de Alemania, Austria y otros países? El 67.4 respondió que se debería prohibir su ingreso, manteniendo las restricciones que prevalecían en la época. El 18.2% dijo que sería positivo dejarlos entrar, pero sin que se nacionalizaran.
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En ese entonces, explica el texto del
Washinton Post, se temía que los refugiados políticos provenientes de Europa, perseguidos por los nazis, impulsaran las ideas comunistas en América. Cabe recordar que los nazis eran rabiosamente anticomunistas y que muchos de los ideólogos del socialismo fueron judíos, y desde siempre, aún antes de la Guerra Fría, Estados Unidos se ha definido como un bastión anticomunista.
Hoy, el temor de los estadounidenses a los refugiados sirios se fundamenta en varios motivos:
1. Los atentados del viernes 13 de noviembre último en París, que dejó unos 130 muertos.
2. Temen que terroristas entren al país haciéndose pasar por refugiados.
3. Las heridas del 11 de septiembre aún no se cierran.
El Partido Republicano, que es superior en el Congreso y gobierna en la mayoría de los estados de la unión, se opone a que el país reciba a los refugiados afectados por el Estado Islámico. En el Legislativo cursa una propuesta según la cual toda persona que quiera asilarse en Estados Unidos, proveniente de Siria o Irak, debe pasar los controles tanto del FBI como del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y del Centro Nacional Antiterrorista.
El presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, dijo: "Si nuestras fuerzas de seguridad y la comunidad de inteligencia no pueden verificar que cada persona que viene aquí no sea una amenaza a la seguridad, entonces no se les debe dejar entrar".
El candidato presidencial republicano Chris Christie, actual gobernador de Nueva Jersey, fue más allá y dijo que él no dejaría entrar a su país ni siquiera a un huérfano de tres años proveniente de Siria o Iraq.
Alrededor de una treintena de estados, en su mayoría gobernados por republicanos, se opusieron esta semana a acoger a refugiados sirios en sus territorios. La diferencia la marcaron Washington, Pennsylvania, Vermont, Delaware y Colorado.
¿Qué dice Obama?
Quien sí quiere recibir a los refugiados es el presidente Barack Obama quien amenazó con vetar la iniciativa republicana. Pero el gobernante enfrenta un grave problema, congresistas de su propio partido (el demócrata) se pusieron del lado republicano.
La administración Obama quiere aumentar a diez mil el número de refugiados que entrarían a Estados Unidos este año. Actualmente la cifra es de 70.000. Según la Casa Blanca de los 2.174 sirios admitidos en el país desde el 11 de septiembre, ninguno ha sido arrestado o deportado bajo sospecha de adelantar acciones extremistas.
"Sería inaceptable obstaculizar nuestros esfuerzos en ayudar a quienes son las personas más vulnerables en el mundo, muchos de ellos víctimas del terrorismo, y además, socavaría a nuestros aliados en el Medio Oriente y Europa para hacer frente a la crisis de los refugiados en Siria."
Otra demócrata que quiere recibir a los refugiados es la candidata presidencial Hillary Clinton. Dice que su país debe acogerlos y al mismo tiempo robustecer la inteligencia y los sistemas de defensa estadounidenses.
El representante demócrata por Nueva York Jerrold Nadler dijo: "Derrotar el terrorismo no significa tirar la puerto en las narices de quienes padecen a los terroristas. Si fuera así también deberíamos tumbar la Estatua de la Libertad".
La situación de los desplazados de Oriente Medio es tan crítica, que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, propuso celebrar una cumbre par analizar los retos que supone el enorme flujo de migrantes y refugiados Oriente Medio y de Libia.
"Necesitamos un nuevo pacto global sobre el reparto de responsabilidades. Esto podría ayudar a prevenir la futura desestabilización de las naciones y regiones enteras", dijo Ban para agregar: "Debemos responder no cerrando las puertas, sino abriendo nuestros corazones con unidad, tolerancia, pluralismo y compasión".
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, según la agencia de noticias Efe, rechazó establecer un límite concreto al número de refugiados que reciba Alemania, aunque señaló que se procurará reducir el flujo con diversas medidas. La solución a la crisis de refugiados, según Merkel, tiene que ser europea, con un reparto justo de las cargas y con una cooperación con Turquía.
Países como Grecia y Turquía se han convertido en receptores importantes de refugiados. Grecia recibe al día unas 5.000 personas. El viceministro de Exteriores de Turquía, Naci Koru, citando cifras de la ONU, dijo que el suyo "es el país que está recibiendo mayor número de refugiados en todo el mundo". En total hay 2,5 millones de sirios e iraquíes, y además nace un promedio diario de 110 niños en los centros de atención, resumió el viceministro turco.
Austria y Hungría, otros importantes receptores de migrantes, amenazan con construir muros para contener la masiva entrada de desplazados.
¿Tercera Guerra Mundial?
Después de los atentados de París crecieron las voces que sugieren que el mundo ya ha entrado en una tercera guerra mundial. Frentes de combate en Siria e Irak (abiertos por la coalición que lidera Estados Undios hace un año y hace pocos meses por Rusia) y víctimas civiles en suelo occidental son algunos de los argumentos de quienes defienden esta teoría, esbozada tímidamente por el papa Francisco.
El mundo cambió, y en esta guerra no se enfrentan estados o imperios entre sí, sino un grupo extremista con la ambición de tener un califato contra países del hemisferio occidental y sus valores liberales.
La revista
Time, esta semana, se arriesga a publicar en portada una ilustración que sugiere que la amenaza de Isis tiene el potencial suficiente para llevar al mundo a una guerra mundial.
Otras voces son más prudentes sobre el pronóstico de guerra. Timothy Stanley escribió para
CNN: "La buena noticia es que ISIS está aislado. Aplicar la frase 'guerra mundial' aquí es inútil porque esta evoca imágenes de estados nación rivales y de igual tamaño involucrados en una guerra total. Pero mientras que el alcance de ISIS es a nivel mundial, este no tiene el mando de un apoyo considerable más allá de sus límites cambiantes. Mientras tanto, la alianza en su contra es una de las más grandes y diversas en la historia, incluyendo Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia e Irán."
Pero la dimensión del conflicto, si es una guerra mundial o una amenaza terrorista, pasa a un segundo plano cuando en medio están millones de personas indefensas obligadas a desplazarse de sus países debido a la violencia ejercida por un grupo de radicales. Nadie quiere repetir las imágenes de personas torturadas y asesinadas en campos de concentración, desalojadas de sus casas y asesinadas en las calles por el simple hecho de tener una creencia particular o simplemente diferente a quienes ostentan las armas.