La política de drogas de Colombia es uno de los temas más controversiales y que da inicio a diversas discusiones entre la clase política y sociales del país. De cara a las elecciones de 2022 se vuelve protagonista y por ello la Universidad de los Andes y el Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas convocó a nueve precandidatos presidenciales para que expresaran sus ideas sobre este importante aspecto de sus eventuales gobiernos.
Al conversatorio acudieron Alejandro Gaviria, Paloma Valencia, Rafael Nieto, Camilo Romero, Roy Barreras, Gustavo Petro, Juan Fernando Cristo, Juan Manuel Galán, y Juan Carlos Echeverry, quienes compartieron sus propuestas sobre la lucha contra las drogas.
La primera pregunta que respondieron los precandidatos atendía a cuál sería el enfoque de la política de las drogas que implementarían en sus administraciones. Juan Manuel Galán, líder del Nuevo Liberalismo y miembro de la Coalición de la Esperanza, afirmó que se debe tratar la problemática de manera multidimensional y avanzar en la titulación de tierras.
"En Ecuador los campesinos son titulares de la tierra, por eso se puede rastrear su propiedad. Acá no porque los cultivos están en parques naturales o en terrenos que no le pertenecen a nadie”, explicó.
Y agregó: "Para avanzar en nuestro nuevo enfoque en la política de drogas también debemos restaurar con EE.UU. la relación bipartidista que el actual gobierno rompió haciéndole campaña a la presidencia a Donald Trump".
Por su parte, Alejandro Gaviria, exministro de Salud y exrector de la Universidad de los Andes, enfatizó en que el enfoque prohibicionista fracasó, por lo que se debe implementar una política basada en las personas, en la salud pública, en la generación de oportunidades y en evitar la violencia.
"Creo en una regulación distinta, que ponga altos impuestos, advertencias sanitarias, prohibición de la publicidad. El enfoque prohibicionista no cumple con los objetivos de salud pública y debe acabarse", detalló.
A su turno, el exviceministro Rafael Nieto aseguró que lo que ha fracasado es el “nuevo paradigma”, ya que según expresó, se creía que el Acuerdo de Paz iba a arreglar el problema del narcotráfico, pero no ha sido así.
"En 2013 teníamos 48 mil hectáreas de coca y se producían 290 toneladas de cocaína. En 2014 se firmó el componente de narcotráfico del Acuerdo y el año pasado teníamos 143 mil hectáreas y se produjeron 1.200 toneladas de cocaína. ¿Qué pasó?", preguntó.
Explicó que su propuesta está basada en una estrategia integral que no se centre solo en los campesinos que siembran coca, que es el eslabón más débil, sino en las organizaciones y en las finanzas de los grupos ilegales, "más que pegarle a los cultivos, hay que pegarle a los laboratorios y cristalizaderos".
La segunda pregunta que respondieron los precandidatos era: ¿En un gobierno liderado por usted lideraría la fumigación aérea con glifosato? Interrogante que fue contestado de la siguiente manera:
- Camilo Romero: no
- Juan Manuel Galán: no
- Juan Fernando Cristo: no
- Rafael Nieto: sí
- Juan Carlos Echeverry: sí
- Gustavo Petro: no
- Alejandro Gaviria: no
- Roy Barreras: no
- Paloma Valencia: sí
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Además, los aspirantes a la Presidencia fueron interrogados sobre si apoyarían la regulación del uso recreativo del cannabis. Así fueron las respuestas:
- Camilo Romero: sí
- Juan Fernando Cristo: sí
- Gustavo Petro: sí
- Rafael Nieto: no
- Paloma Valencia: no
- Roy Barreras: sí
- Alejandro Gaviria: sí
- Juan Carlos Echeverry: no
- Juan Manuel Galán: sí
Sobre el enfoque de género en sus respectivas políticas de drogas Gustavo Petro señaló: "La titulación de tierras debe ir a a las mujeres. La mujer campesina puede cuidar mejor la tierra, la alimentación y el agua que el hombre, por su condición de cercanía a la vida".
Por su parte, Juan Carlos Echeverry dijo que "Para las mujeres campesinas como para las de las ciudades debe haber un enfoque integral, hablando de formalización, de trabajo, a la protección de los niños, etc".
A su turno, Camilo Romero sostuvo: "La mayor producción de coca está en los hogares que dirigen las mujeres en el campo, no en los cultivos industriales, es con ellas que hay que acordar un programa de sustitución de cultivos ilícitos".