¿Cómo se siente a los 70 años?
-Ya no me siento, me acuesto.
Pero se le ve muy bien físicamente….
-Estoy regio, me he convertido en el símbolo sexual de las octogenarias.
Hablando en serio, está bien de salud?
Sí, regio. Con los achaques de todos los que hemos subido al séptimo piso, naturalmente, y con la cajita de pastillas que ya tiene como once colores.
Daniel Samper, el viejo, el papá, Samper Pizano, no deja de ser el gran periodista, el investigador y el agudo analista, sin quitarse el humor del alma.
Antes de hablar sobre su nuevo libro, le pregunto sobre Peñalosa, las corridas de toros, Venezuela y el papel de su hermano, el expresidente Ernesto Samper, como Secretario de Unasur.
-Veo la situación con algún optimismo porque, finalmente, el señor Maduro, que me parece un tipo espantoso, malo incluso como chiste, aceptó que hubiera una serie de controles en las elecciones. Y si pierde sale a la calle a defender la revolución. Espero que eso sea sólo una retórica de un señor que es muy aficionado a decir pendejadas, pero confío que, si lo derrotan, tenga el decoro republicano de aceptar que ha sido derrotado y pueda, por fin, tener un aire la oposición venezolana, que lo merece.
Ernesto ajedrecista
¿Y cómo analiza la gestión de su hermano, Ernesto, como secretario de Unasur?
Creo que ha hecho un trabajo que aquí no se conoce, de ajedrecista, al lograr mover una situación tan difícil, como la que se daba con Venezuela, lograr mover todas las piezas para que pueda haber un control importante, un control serio, un control institucional de las elecciones. Eso, le repito, es algo de lo que aquí no se habla, se conoce poco, pero alguna vez alguien tendrá que reconocer que lo que se hizo, en esa materia, en Unasur, ha sido importante.
¿Sin Ernesto Samper la situación con Colombia sería más grave?
Me parece que él ha hecho un papel de moderación importante y silencioso, en lo que tiene que ver con Maduro, papel que, obviamente aquí sus enemigos lo señalan para decir que es un traidor a la patria, la cosa más absurda del mundo.
Creo que ha sido un papel muy importante, no es que estuviéramos en guerra, pero seguramente habría sido mucho más difícil avanzar, en lo que se está logrando con Venezuela.
Que haya elecciones, por ejemplo, fue un papel de Unasur. Que esas elecciones sean vigiladas, no por un organismo de bolsillo de Maduro sino por un organismo internacional, también ha sido un trabajo de Unasur. Según la prensa colombiana pareciera que es un colombiano que está hablando mal de Colombia allá, cosa totalmente desproporcionada. Son cuestiones políticas, de líderes que quieren vengarse o desquitarse. Son los viejos 'patrioterismos' que hay en Colombia.
En defensa de las corridas de toros
¿Qué esta pensando en la Bogotá de estos días?
No hay duda de que Gustavo Petro, a quien admiré muchísimo como senador, fue un desastre como alcalde. El balance general es lamentable. Con Peñalosa se han alentado las esperanzas.
Pero me desilusiona que continúa negando las corridas de toros, autorizadas por la Corte Constitucional. Ha dicho que puede acudir al truco muy 'petrista' de no alquilar la Plaza de Toros, eso me desilusiona, no porque yo sea un gran aficionado a los toros, lo soy a los toreros colombianos más que a los toros, sino porque me parece que ese fue un debate que se dio para evitar que las mayorías aplastaran los gustos de las minorías y que tuvo una decisión jurisprudencial muy clara. Piensa burlarla Peñalosa, como en los tiempos de Petro. Me produce desazón.
¿Es claro que usted defiende la llamda fiesta brava?
Defiendo las corridas y el derecho de la gente que le gustan las corridas. Si el toro bravo que sólo se ve en las plazas, queda desterrado y mueren las ganaderías de toros bravos, esa especie zoológica, el toro de raza, se extinguirá también porque, paradójicamente, la única manera de que subsista el toro clásico, el toro arquetípico que hemos conocido, es que tenga un proceso de vida y de muerte, como el que tiene en las plazas de toros.
Sobre la paz
¿Cómo ve usted el panorama nacional en este gobierno de Santos y la inminencia de la paz?
Mire, creo que la mayoría anhelante de colombianos queremos que llegue la paz. El país ha estado luchando por la paz hace setenta años, algunas veces mejor que otras, pero no hemos vivido la paz. Confío en que esa paz se dará, confío en que lucharemos para sacarla adelante y en que todos aquellos que quieren hacerle zancadilla a la paz quedarán derrotados.
Breve historia de este punto mundo
¿Por qué tan provocador el título de su último libro?
Sí, fue una decisión que tomamos con un poquito de riesgo, pero en una encuesta que se ha hecho con vendedores del libro, sólo una persona prefirió no llevar el libro porque era un regalo para su mamá y podía incomodarla. La señora tiene 80 años.
El libro viene acompañado de ilustraciones de 'Matador'. ¿Era necesario?
Indispensable. Creo que la interpretación que hace 'Matador' de los personajes y de las situaciones es excelente y creo que duplica el valor, no digo económico, que podría tener el libro como pieza humorística. A mí, me encantan los dibujos de 'Matador'.
Daniel, muchos de sus libros de fin de año eran la suma de notas publicadas a lo largo de ese mismo año. ¿También se repite en este?
Este me senté a escribirlo, dispuse del tiempo necesario para poder leerme más de ochenta libros, que leí o consulté, y me provocó hacerlo, entre otras cosas, porque ya en dos ocasiones, he publicado historias de humor: la historia del antiguo testamento con humor y la historia colombiana con humor.
Es una visión divertida y satírica sobre lo que ha sido la humanidad, desde que aparece la primera ameba, en una playa, hasta el momento en el que estamos viviendo, con algunos presagios de lo que puede venir.
No está escrito en 'colombianés', digamos, porque muchas veces mis columnas tenían mucho acento en el lenguaje característico de la Colombia actual. Este no, lo que convinimos con los editores, que piensan distribuirlo por toda América Latina y España, es que fuera trabajado con el lenguaje común de América Latina y de España y así procuré hacerlo.
Un periodista de quilotes
Usted fue jefe de la Unidad Investigativa de 'El Tiempo' y periodista incisivo, pero siempre vuelve al humor…
Ahora me inclino un poco más porque soy periodista de 'quilotes' más que de quilates, pero siempre he manejado el humor, siempre me ha atraído. Y veo que muchos autores trabajan obras serias y también otras divertidas o con humor. Lo que he leído es que se puede escribir, con la misma mano, humor y material serio, ensayo e incluso poesía. Quevedo escribió los más grandes poemas de amor del español y los más divertidos. De modo que creo que es posible hacer distintas opciones en el proceso de escribir.
El humor del hijo
Sobre las columnas de su hijo Daniel Samper Ospina, Gardeazábal critica que se haya excedido al escribir sobre supuesto sexo entre el Procurador y el expresidente Uribe. ¿Qué opina usted?
Yo discutiría seriamente si el homosexualismo es un defecto o, simplemente, una condición. Pienso que el humorista tiene derecho a meterse con lo que él considera que contribuye, primero, a hacer reír a la gente y, segundo, a despertar la sociedad. La misión de un humorista es que no se duerma la sociedad, que la gente viva despierta, sobre todo el humorista satírico, no simplemente el que cuenta chistes.
El humorista satírico, que es un poco el caso de este muchacho del que usted me habla, debe estar dando bofetadas para que la gente esté despierta, para que vea lo que pasa alrededor y me parece, aunque yo no estoy de acuerdo algunas veces con las cosas que él escribe, es natural y como pasa con cualquier papá y con cualquier hijo, me parece que tiene todo el derecho de tomar a dos personas, que han sido perseguidoras del homosexualismo, perseguidoras de la igualdad sexual, e imaginar una escena en la cual se encuentren las dos juntas y lo que podrían decir si estuvieran en ella, me parece perfectamente válido.