La reducción de la jornada laboral, que propuso el ex senador Álvaro Uribe Vélez, abrió un amplio debate y rechazo por parte de los gremios empresariales en el país, que señalaron que la medida no contribuye a la productividad de las empresas y podría afectar la generación de empleo.
El proyecto plantea reducir la jornada laboral semanal de 48 horas a 40 de manera gradual durante los próximos 3 años de entrada en vigencia de la ley, sin afectar el salario de los empleados en el país. La medida también estipula que la jornada máxima diaria de trabajo será de 9 horas.
ANDI, Fenalco, Anato, e incluso el Ministerio de Hacienda, rechazaron la iniciativa y aseguraron que no es conveniente por la baja productividad de las empresas y la alta tasa de desempleo que provocó el aislamiento decretado para evitar los contagios de coronavirus en el país.
“El cambio de la jornada laboral va en el sentido totalmente contrario al que debería. Se está encareciendo la creación de empleo, se está afectando la competitividad. Lamentable que no se haya tenido en cuenta eso en el Senado. La responsabilidad que tenemos es grande”, señaló Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI).
Mac Master había dicho, en un pronunciamiento anterior, que esta iniciativa no contribuye al restablecimiento y generación de nuevo empleo, que son los aspectos en los que el presidente de la ANDI considera que se debe centrar el esfuerzo para la reactivación económica del país.
En el mismo sentido se pronunció el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, quien incluso convocó a los empresarios y gremios para hacer una férrea oposición al proyecto que pasó su segundo debate en el Senado de la República.
“Si esta reducción de la jornada laboral se llegara a dar en Colombia, significaría inmediatamente que las ocho horas de disminución de la jornada, que se van a necesitar en una gran mayoría de empresas industriales, comerciales, de turismo, actividades comerciales, etc. se incrementará en un costo del 20%, que en esta época de pandemia es absolutamente inconsecuente”, afirmó Cabal.
Por esa razón, según Cabal, se reduce la competitividad y la posibilidad de generar empleo, justamente en medio de la situación de recesión que vive el país. “Es totalmente inconsecuente lo que está haciendo el Senado de la República y esperamos la firmeza de todos los empresarios y el gobierno nacional para oponernos a esta gravísima iniciativa”, puntualizó.
La Asociación Colombiana de Agencias de Turismo (ANATO) consideró que “no es prudente” impulsar la reducción de la jornada laboral en el país, porque incrementaría los costos de funcionamiento del sector turístico, uno de los más afectados por el aislamiento preventivo durante la pandemia de coronavirus.
“Esta iniciativa afecta no sólo al sector turismo, sino también a todos los empresarios del país, toda vez que no es consecuente con la realidad actual, va en contra de la recuperación que se busca después de la recaída que ha tenido todo el país, afecta la generación de empleo y la competitividad”, manifestó Paula Cortés Calle, presidente ejecutiva de ANATO.
Al igual que lo han señalado los críticos del proyecto, la reducción de la jornada laboral llevaría a que todas las empresas, incluidas las del sector turístico, se vean obligadas a tener un tiempo menor de servicio diario o contratar más personal que cubra las ocho horas que se eliminarían de la semana.
“El sector en estos momentos no está preparado para este tipo de medidas, se debe buscar una reforma laboral estructural con relación sana entre trabajador y empresario con mayor productividad y beneficios para ambos”, agregó la dirigente de ANATO.
Pese a que el proyecto fue radicado por el líder del partido de gobierno Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, el gobierno se abstuvo de acompañar la iniciativa. El viceministro de Hacienda Juan Pablo Zárate calificó de inconveniente la iniciativa porque, según expuso, reduciría en dos días el tiempo laboral trimestral y podría conllevar a una reducción de 0.2 puntos porcentuales del PIB.
La jornada laboral en América Latina
Colombia es uno de los países de América Latina con la jornada laboral más larga, junto a países Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Uruguay, que tienen establecida la jornada laboral de 48 horas semanales, según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica.
Por su parte, Brasil, Cuba, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras y Ecuador, junto a Chile, se ubican en el rango de 40 a 45 horas laborales a la semana. Chile, recientemente, debatió en el Congreso la reducción de la jornada a 40 horas, aunque la medida no logró reducir las horas efectivas de trabajo.
Según un estudio de la OCDE, a la que pertenece actualmente Colombia, publicado en 2015, México y Costa Rica son los dos países que más horas trabajan al año, entre las 38 naciones más desarrolladas, 2.246 y 2.230 horas anuales, que se traducen en cerca de 45 horas semanales en promedio.
En ese informe, la OCDE concluyó que los países más desarrollados del mundo, trabajan media hora menos en promedio con las demás economías. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo consideró en 2019 que los países con altas tasas de informalidad laboral, como el caso colombiano, las medidas de control de la jornada no tienen efectos para garantizar los derechos laborales.