Luego del lamentable caso de acoso callejero presentado en Bucaramanga contra una mujer de 27 años, que además fue brutalmente agredida por un hombre que le estalló una botella de vidrio en la cara, el debate por la penalización del acoso callejero se reabrió.
Es por ello que el proyecto radicado en el Congreso de la República que busca sancionar esas conductas y a los acosadores callejeros con fuertes sanciones penales, tomó gran relevancia en el panorama político de cara al inicio del periodo legislativo.
La iniciativa es de autoría de la representante a la Cámara Katherine Miranda, quien propuso que se cree una nueva tipificación de delito denominado acoso sexual en espacio público para que las personas, en especial la mujeres, puedan gozar de espacios más seguros.
"Una cosa es un piropo y otra muy diferente es un asedio verbal con connotación sexual", explicó la representante en Noticias Caracol sobre la delgada línea que diferencia al piropo del asedio, como en el caso de la joven agredida en Bucaramanga, el cual era un mensaje con claro contenido sexual por parte del agresor.
Aunque la iniciativa en principio busca la protección y el respeto de las mujeres, mayormente afectadas por estas conductas, también sanciona el acoso a todas las personas, cuando esta violencia se ejerza “en razón al género, identidad y/u orientación sexual del sujeto pasivo”.
El texto que se busca agregar dice: “ARTÍCULO 210-B. ACOSO SEXUAL EN ESPACIO PÚBLICO. El que, sin mediar consentimiento, acose, asedie física o verbalmente, realice exhibicionismo, tocamientos, filmaciones o cualquier otra conducta de connotación sexual inequívoca o contenido sexual explícito en espacio público o de acceso público incurrirá en una prisión de dos (2) a cuatro (4) años siempre que la conducta no constituya por sí misma otro delito”.
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Es clave señalar que, el acoso ya es castigado en Colombia, se configura a través del delito Injuria por vías de hecho y se constituye formas distintas a las verbales en que se ofende el honor de una persona, y que van desde una bofetada, escupitajo, someter a escarnio a una persona, o realizar sobre ella “un simple tocamiento o caricia fugaz o imprevista”. Sin embargo, el nuevo proyecto estipula que ese acoso que se genera en las calles pueda ser castigado penalmente.
En Bogotá, una encuesta realizada por la Alcaldía y sus diferentes secretarías a mujeres en 2017, indica que el 60% fue víctima de actos obscenos y mal intencionados, 78% de exhibicionismo, 86,2% de tocamientos, 84,9% de roces con cualquier parte del cuerpo, 79,7% de persecución y 92,8% y 91,8% de intimidación o agresión y grabaciones no consentidas del cuerpo con connotación sexual respectivamente.