A las 7:00 de la noche de este 31 de diciembre, a cinco horas de que se acabe este 2017, el presidente Juan Manuel Santos, dio su último discurso de este año que termina.
El mandatario empezó hablando de lo que fue su bandera de gobierno, el proceso de paz logrado con la entonces guerrilla de las Farc.
Santos calificó el año que hoy termina como de transición en temas de paz, económicos, sociales y políticos, que tuvo aspectos tanto negativos como positivos.
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En el tema de paz, destacó el desarme total de las Farc y su disposición de abandonar la violencia para pasar a luchar a través de la democracia y las normas aprobadas para la implementación del Acuerdo, pero fue crítico con hechos como la demora en la aprobación de algunas normas necesarias para que dicha implementación y la existencia de disidencias Farc que siguen delinquiendo.Santos aseguró que aunque Colombia no es un paraíso, "sí es un país mucho mejor y más seguro, con más oportunidades que el que teníamos antes", e invitó a los colombianos a seguir protegiendo la paz, para "que crezca fuerte y firme como un árbol frondoso que nos de sombra a todos".
Frente a lo económico dijo que aunque el crecimiento en esta materia no fue el que se esperaba, está por encima del promedio de la región y que sectores como el agro y el turismo, según él los más beneficiados por la paz, crecieron y generaron empleo.
http://es.presidencia.gov.co/Audios/3644_AlocucionFinAnioPresidente_20171231.mp3
"A pesar de que seguimos generando empleo y reduciendo la pobreza, no podemos sentirnos satisfechos mientras más de 10 millones de colombianos sigan siendo pobres", aseguró el mandatario.
Sobre la corrupción, un tema que este año levantó ampolla y salpicó sectores y personajes privados y públicos del país, el Presidente dijo que se han destapado muchas ollas podridas y que esto es muestra de que los corruptos comienzan a pagar, por fin, por sus delitos.
Santos invitó a que ni los odios ni los rencores se impongan en el país, el cual debe mantenerse por encima de las diferencias personales y políticas.
Reconoció que su gobierno no ha sido perfecto y reconoció que ha habido dificultades y errores.
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El mandatario terminó su discurso pidiéndole a los colombianos optimismo por el país. "Quiero pedirles que crean en Colombia, en ustedes, en nuestro pueblo y nuestra nación. Crean en un mejor futuro para el país, en especial para tantos compatriotas que durante muchos años, solo vivieron el miedo y la violencia. Vale la pena creer. Vale la pena unirnos y trabajar por nuestro país".
Este el texto completo del discurso
Compatriotas:
Termina otro año, y es normal que todos hagamos balances y formulemos propósitos para el año entrante.
El 2017 fue –podríamos decir– un año de transición, con aspectos positivos y negativos, que nos debe servir para continuar avanzando en el 2018 hacia un mejor mañana para todos.
Transición en la paz, transición en lo económico, transición en lo social, transición en lo político…
Transición en la paz, porque pasamos del logro de un acuerdo con las FARC para terminar el conflicto armado al complejo desafío de ponerlo a andar y construir paz.
Hay luces, ¡grandes luces!, como el desarme de esta antigua guerrilla –avalado y certificado por las Naciones Unidas–, su renuncia a la violencia para entrar a la democracia, y las normas aprobadas para la implementación del Acuerdo, incluyendo las relativas a la Justicia Especial para la Paz.
Hay sombras, como la demora en la aprobación de otras normas necesarias para la implementación del Acuerdo, y la existencia de disidencias que siguen delinquiendo –un pequeño grupo de antiguos guerrilleros– a quienes les caerá todo el peso de la ley y el contundente accionar de nuestra Fuerza Pública.
Lo cierto –lo más importante– es que se han salvado miles de vidas de colombianos, se han evitado decenas de atentados y se ha comenzado a desminar completamente el país.
También vamos adelante en el programa de sustitución de cultivos ilícitos, que trae más oportunidades para los campesinos, así como con la erradicación forzosa de los grandes cultivos.
Colombia –libre ya del conflicto con las FARC– no es un paraíso, pero es un país mucho mejor y más seguro, con más oportunidades que el que teníamos antes.
Es por eso que esta paz –que apenas comenzamos a construir– tenemos que seguirla protegiendo, para que crezca fuerte y firme como un árbol frondoso que nos de sombra a todos.
También vivimos una transición en lo económico…
Sufrimos hace dos años el mayor desplome de precios de nuestro principal producto de exportación, que es el petróleo.
Esto afectó gravemente nuestras finanzas, redujo nuestros recursos para invertir y nos obligó a apretarnos el cinturón.
Este ajuste lo hicimos sin afectar el empleo ni los sectores más vulnerables.
El crecimiento económico de este año no ha sido el que esperábamos, pero está por encima del promedio de la región.
Sectores como el agro y el turismo –los más beneficiados por la paz– crecieron y generaron empleo.
Y la inflación, que en 2016 nos dio muchos dolores de cabeza, volvió a caer al 4 por ciento.
También le dimos un nuevo impulso a la lucha contra el contrabando para proteger nuestra industria de esa competencia ilegal.
¡La confianza en Colombia se mantiene! Tanto los analistas como los organismos internacionales coinciden en que durante el 2018 que comienza –pasada ya la tormenta que nos golpeó tan duro– nuestra economía crecerá más.
Ahora que muchas familias colombianas viajan por nuestro país para disfrutar de sus vacaciones o visitar a sus parientes, creo que la gran mayoría ha constatado el inmenso avance en nuestras autopistas y carreteras, o los trabajos para seguir ampliándolas y mejorándolas.
Lo mismo con los aeropuertos, lo mismo con los puertos…
¡Qué mejor símbolo de un país que avanza!
También vivimos un año de transición en lo social…
A pesar el apretón económico, logramos seguir adelante con los principales programas sociales –como Más Familias en Acción, la Estrategia de Cero a Siempre para la primera infancia, Ser Pilo Paga, Colombia Mayor, y tantos otros–.
Y a pesar de que seguimos generando empleo y reduciendo la pobreza, no podemos sentirnos satisfechos mientras más de 10 millones de colombianos sigan siendo pobres.
Por eso lo importante ahora es seguir invirtiendo en educación, consolidar los logros de estos programas sociales, seguir ampliando la clase media, y mantener un manejo económico responsable.
También tenemos que seguir empeñados en la lucha contra la corrupción.
Se han destapado muchas ollas podridas –que nos preocupan y escandalizan a todos–, pero esto es muestra de que los corruptos comienzan a pagar, por fin, por sus delitos.
¡Peor, mucho peor, cuando robaban sin que nadie se enterara, ni nadie los cuestionara!
Y en lo político –finalmente– también vivimos un año de transición…
No permitamos que los odios ni los rencores se impongan. Mantengamos al país por encima de las diferencias personales y políticas.
En este año que comienza, abonemos el terreno para lograr entre todos la unidad que tanto necesita Colombia. Porque la unidad es lo que nos hace fuertes.
Siempre es posible –siempre es mejor– construir sobre lo construido, que hacer tabla rasa y empezar de cero.
Queridos colombianos:
Mi gobierno no es perfecto –ninguno lo es–. Soy el primero en reconocer que ha habido dificultades y errores.
También hemos tenido aciertos en nuestro propósito de dejarles un mejor país a las futuras generaciones.
Sé que a veces es difícil ver los avances y que los cambios no llegan tan rápido como todos quisiéramos.
Nos quedan 7 meses de trabajo y los dedicaremos enteramente a seguir generando mejor calidad de vida para todos.
Esta noche quiero pedirles –no por mi, no por el gobierno, sino por ustedes, por nuestro querido país– que no se dejen llevar por el pesimismo.
Quiero pedirles que crean en Colombia, en ustedes, en nuestro pueblo y nuestra nación.
Crean en un mejor futuro para el país, en especial para tantos compatriotas que durante muchos años, solo vivieron el miedo y la violencia.
Vale la pena creer. Vale la pena unirnos y trabajar por nuestro país.
Si desarmamos nuestros espíritus y trabajamos con sentido de patria, podremos lograr mucho más todavía.
Si nos dedicamos a construir en lugar de destruir, a proponer en lugar de criticar, a abrazar en lugar de rechazar, nada detendrá al nuevo país que está resurgiendo con esperanza.
A todos les quiero desear –desde el fondo de mi corazón– un 2018 lleno de prosperidad y amor, en el que nos unamos por un solo proyecto que todos compartimos: una Colombia en paz, una Colombia con más equidad, una Colombia mejor educada.
Buenas noches y feliz año nuevo.
Mensaje de fin de año del Presidente Santos
Dom, 31/12/2017 - 15:36
A las 7:00 de la noche de este 31 de diciembre, a cinco horas de que se acabe este 2017, el presidente Juan Manuel Santos, dio su último discurso de este año que termina.
El mandatario empezó ha
El mandatario empezó ha